Aquella
Grumete soñadora, pasó toda la mañana al mando del presente, el poema que había
descubierto de su capitán, era el aire que impulsaba la imaginación de aquella
muchacha mar a dentro.
En
su mente se organizaba todo lo que hasta ahora había descubierto de la
interesante vida del Capitán, entre todo lo acontecido, resaltaba un nombre,
“Rosita”
Sin
apenas darse cuenta y abrazada a aquel cuaderno abierto por aquella página,
llegó a la sobremesa, hora en que el Capitán volvió a la cubierta del presente
a reanudar su travesía.
La
encontró sentada en cubierta, con las piernas al aire, con la mirada perdida en
el agua del mar, buscando en la profundidad de aquellas aguas las respuestas a
la historia con Rosita. Respuestas que de momento tenía que seguir buscando al
lado del Capitán.
-
¿Qué haces
muchachita? – preguntó el Capitán sin quitar ojo de aquel cuaderno que la Grumete
abrazaba.
-
Perdona Capitán,
no pude evitar ojearlo, después sus versos me empujaron a leer más – se
excusaba la muchacha sonrojada.
-
No te preocupes –
la tranquilizaba mientras el Capitán sonreía cariñosamente - si no hubiese querido que te enterases no lo
hubiese dejado a la vista, tampoco te estaría contando todo lo que sabes de mi
vida. No tengo nada que ocultar, y aunque no lo creas, necesito compartirlo
contigo, tal vez por eso surgió esta travesía. Me alegro que te hayas animado a
ojearlo. Ahí encontrarás lo que yo no sea capaz de explicarte.
La
muchacha sonreía libremente tras las palabras de su Capitán, lo último que
quería era que se enfadase.
-
¡Tengo una duda
mi Capitán! – se animo a decir la muchacha.
-
¡Dime! ¿En qué
puedo ayudarte?
-
Nunca vi un
cuaderno de abordo lleno de poemas, pensé que este tipo de cuadernos trataba de
plasmar las vivencias y los sucesos ocurridos durante la travesía.
-
¿Acaso no viste
eso entre mis poemas? Mis poemas reflejan mis vivencias y sucesos ocurridos
durante la travesía de mi vida.
-
Tienes razón
Capitán – asintió la Grumete ante las acertadas palabras de su Capitán.
-
Solo vi un par de
ellos, en especial este, “El frío que ronda el aire”, me impactó tanto que
quedé absorta en mis pensamientos, buscando las respuestas que mi mente se
pregunta.
-
¿Respuestas? Yo
aún no encuentro las mías querida Grumete. Es difícil entender los designios de
la vida, a veces solo te puede contestar el paso del tiempo, aunque te confieso
que ya transcurrieron 60 años y aún no
encontré esas respuestas.
La única respuesta que tuve clara, es que sabía que no
volvería a verla más.
-
¿Nunca la volvió
a ver Capitán?
-
Nunca muchachita,
yo creo que ambos lo intuíamos.
Cuando aquel buque atracó en Barcelona y llegó la hora
de desembarcar, le prometí a Rosita que volvería al puerto para despedirme de
ella con los brazos en alto, ya que el buque estaría anclado en el puerto
durante varias horas antes de zarpar de nuevo a Génova (Italia) donde
finalmente acabaría este viaje.
Me despedí de ella fugazmente, en medio de una
angustia terrible que presidían mis lágrimas entrelazadas con las suyas.
Mi padre tenía prisa por pisar tierra Española, tenía que
realizar los trámites para entrar a España y estaba ansioso por ver a la
familia, como sabes habían sido muchos años de espera.
Nos recibieron unos familiares con su automóvil, a
partir de ahí las horas pasaban mientras yo me impacientaba por ir al encuentro
de Rosita, era mi última oportunidad de verla y se lo había prometido.
Finalmente pude regresar al puerto gracias a un primo
mío que me acompañó, pues el sabía de mi impaciencia por volver a verla.
-
Que romántico
Capitán, ¿Cumpliste tu promesa?
-
No pude, cuando
llegamos al puerto, el “Conde Biancamano” se encontraba con la proa hacia
Italia.
A
la Grumete se le encharcaron los ojos mientras el Capitán lloraba otra vez por
dentro, la partida de Rosita.
-
Mi primo y yo
estuvimos como tres horas en aquel puerto, viendo como el buque se alejaba y
llevaba todo los sueños y emociones vividas días atrás. Hasta que aquel buque
se convirtió en un puntito blanco en medio del horizonte, un horizonte que me
devoraba con la mayor incógnita que aún
tengo, ¿Volveré a verla?
Imaginaba a Rosita con sus brazos levantados buscando
los míos entre la multitud de familiares que había en el puerto, un sentimiento
de angustia terrible invadía mi alma.
Al volver con mis familiares, solo mi madre pudo
entender como me sentía.
Hubiera dado media vida en aquel momento por
explicarle a Rosita que no me olvidé de mi cita con ella en el puerto, sino que
me resultó imposible llegar a tiempo. Quería gritarle con todas mis fuerzas que
estaba allí, viendo como el buque se la llevaba de mi vida, haciendo que toda
esperanza a su lado, se diluyera en mí como la espuma de aquel buque se diluía
en el mar.
-
¿Nunca pudiste
explicárselo Capitán?
-
Le escribí a
Rosita a la dirección que me indicó y tres o cuatro días después, recibí su
respuesta.
En sus letras estaba reflejada la misma angustia y
decepción que yo había sentido al llegar al puerto y comprobar que el buque
había zarpado.
Su respuesta fue tan dolorosa como habían sido la mía
tratando de explicarle porqué no pude estar allí para despedirme de ella.
-
Menudo flechazo
Capitán, es increíble como la ilusión cambia nuestra vida en segundos.
Sin duda, hay muchos tipos de amor y todos son
validos, este apuntaba a expandirse en vuestras vidas aunque fuese difícil
experimentarlo juntos, se que cada cual sentía por separado aferrándose a esos
pocos e intensos momentos vividos. ¡Tal vez sea cierto que el primer amor nunca
se olvida!
-
Estábamos
dispuestos a seguir dándole vida y forma a estos sentimientos que habían nacido
en nosotros.
A la primera carta le sucedieron más, en la segunda
carta que Rosita me envió, me decía que su hermano mayor se había enterado de
nuestra relación y exigía que si deseaba continuar escribiéndome con su
hermana, tenía que solicitarle dicho permiso a él, ya que el padre de Rosita
había muerto en un accidente en Buenos Aires, motivo por el cual ella y su mamá
viajaron de regreso a Italia.
Cosas de aquella época tan distintas a las que
suceden hoy ¿no crees?
-
Así es Capitán,
pienso que ni tan calvo ni con tres pelucas.
Antes había que dar la cara y luchar desde el
principio por lo que querías, ahora la mayoría de las veces, los padres conocen
al chico que comparte vida con su hija el día de la boda, o cuando se entera de
que va a ser abuelo.
Se perdió el encanto, la belleza y el romanticismo, yo
me quedo con aquellos tiempos donde todo era más estricto, pero más real y
duradero, me quedo con esa lucha y ese compromiso que no solo se establecía con
el cabeza de familia, sino con nosotros mismos.
Aunque te confieso que es la primera vez que escucho
hablar de una pedida de mano por carta, cada vez me sorprendes más mi querido
Capitán. Pero cuéntame, ¿Aceptaste?
-
Por supuesto que
acepté, le envié a Rosita una carta solicitándole permiso a su hermano para que
me dejara escribirme con ella, quedamos en que Rosita se la traduciría a
italiano. Era mi única forma de comunicarme con ella, no podía perderla del
todo.
-
¿Y aceptó?
-
A los pocos días
recibí una carta de Rosita donde me explicaba que su hermano estaba satisfecho
con mi petición y que nos autorizaba a escribirnos.
Así comenzó un ir y venir de cartas que me mantenían
unido a Rosita, la luz que iluminaba mi vida mucho más que esas miles de
estrellas que nos arroparon aquella noche en que la besé.
Otra
vez la cara del Capitán brillaba sacando de su interior esos sentimientos que
había mantenido en él dormidos, recién ahora los despertaba al lado de su Grumete,
alguien que sabía que Rosita no solo había quedado anclada en su recuerdo, sino
también en su corazón.
Me gusta como relatas y como haces que la historia tenga movimiento. Enhorabuena
ResponderEliminarun abrazo
fus
Gracias Fus, por asistir de nuevo a la cita que os ofrezco a mis lectores, es un privilegio contar con tu presencia en mi blog, a mi me encanta como comentas.
EliminarUn abrazo.
Esos corazones de Capitán y Grumete empiezan a estar tan cerca¡Tan cerca !como lejano es el horizonte! de ese mar en que se pierde Su mirada.
ResponderEliminar¡Espero!
Besos.
Andre, esos corazones están cerca desde el día que se conocieron. No todos los días encuentras a tu alma gemela.
EliminarBesos
Una historia llena de vida y vivencias que cada vez son más paralelas.
ResponderEliminarUn abrazo.
En efecto Pedro, cada vez son más paralelas y mas compartidas por ambos, sobre todo necesarias. La mayoría de las veces en la entrega está aquello que tu ego y alma necesita para estar en paz.
EliminarUn abrazo
Ay Amparo que siempre te me olvido!
ResponderEliminarMil perdones guapa.
Veo que tengo mucho para ponerme al día,pero de apoquito lo haré,ya que veo que has navegado mucho...
Y por cierto,tan bien como siempre,con esa naturalidad y buen hacer que hace inmiscuirse en el relato de manera agradable,tanto como abrir un cuaderno de poemas.
:)
Besos.
Marinel la verdad es que no importa cuanto me olvides, sino las veces que me recuerdes y vengas a mi encuentro, no hay nada que perdonar.
EliminarNavegar es una necesidad innata que surge cada día, pero te alcanzara tu paciencia y entusiasmo por ponerte al día.
Gracias por tus palabras Marinel. Besos
Mágico, sencillamente mágico tu relato de mi vida hace tanto tiempo, porque más allá de aquellos detalles que te contado de aquellos días lejanos, compruebo emocionado que tu le imprimes, con tu tan bella forma de escribir, agregando tu propia forma de apreciar los hechos con las deliciosas palabras con que lo haces.
ResponderEliminarGracias querida Amparo, muchas gracias por tu evidente capacidad de interpretar y la extraordinaria y muy simpática manera de escribir.
Mi amistad contigo ha de ser eterna, muchacha amiga.
Besos verdes para ti
Federico
Bueno Federico, seguimos en alta mar, con ese nudo marinero en tu alma que espero se afloje poco a poco, solo espero que esas pinceladas personales que interpreto te sirvan para conocerme un poco más y saber quien soy en realidad.
EliminarTu amistad es de lo mas bello que me ha pasado en la vida.
Besos verdes Capitán.
Hola Amparo, buenas tardes,
ResponderEliminarpensé que el barco se había perdido después de tanto tiempo =)
bueno, me pareció un capitulo un poco triste por el desencuentro pero que bueno que al final remontó con la aceptación de dicho intercambio de cartas... la historia sigue abierta...
te felicito, excelente entrada...
Te deseo un gran fin de semana
besos y abrazos
volveré pronto =)
Hola Ariel, con puedo abandonar a mi Capitán, es solo que a veces el tiempo no podemos controlarlo como quisiéramos.
EliminarSiempre que hay una perdida por mínima que esta sea, es triste para nosotros, pero cuando se trata de perder un amor, la perdida ademas de ser irreparable golpea en lo mas hondo de ti dejando secuelas de por vida.
Feliz fin de semana Ariel. Gracias por tu regreso a mi blog
En este capitulo cuentas comportamientos de época. Si no fuera porque el capitan le dijo que no la habia vuelto a ver, hubiera pensado que ese amor epistolar tenia esperanza
ResponderEliminarComo siempre un placer leerte.
Un abrazo
Hola Lapislazuli, es verdad que antiguamente se estilaba otro tipo de comportamientos que nos obligaban a llevar a cabo una serie de normas y tradiciones con las que no estábamos muy de acuerdo.
EliminarA pesar de haberse disuelto como la espuma en el mar, ese amor esta vivo, estoy segura.
Un abrazo
Amparo: ¡Qué delicia de texto!, te quedó mucho muy ágil, divertido y muy bien dibujado. Tus palabras se convirtieron en nuestros ojos y terminó la lectura deseando más. Eso significa un gran acierto, de verdad! Distancia kilométrica con lo que alguna vez llegué a criticarte. Ambas posturas con toda la sinceridad.
ResponderEliminarFelicidades y muy fuerte abrazo!!
Querida Sara, es un honor contar con tu visita en mi espacio, y mucho mas en una de las entradas mas importantes de esta historia de vida. Agradezco sinceramente tus palabras, tu agradable comentario sobre mi escritura que sin duda me estimula a continuar expresando.
EliminarToda critica nos aporta algo, las buenas ilusión para continuar, las malas ganas de mejorar, y cuando esa critica viene de alguien sabia, entregada y sincera como tú, surte el doble de efecto.
Un abrazo enorme para ti Sara, desde Jaén al estado de México.
Querida Amparo, te felicito por tu maravillosa forma de relatar y de enganchar. Cada vez me gusta mucho más.
ResponderEliminarMuchos besos. Rosa.
Querida Rosa, gracias por tus palabras sinceras, me gusta que te enganches en mi forma de sentir, eso significa que te enganchas a mi forma de ser.
EliminarMuchos besos
Qué bonito te ha quedado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Lobezna, muchas gracias por acompañarme en esta entrada que sin duda es muy importante para los protagonistas y para mi. Te espero en la siguiente!!
EliminarUn abrazo
Es una historia donde se desea de corazón que esa historia de amor, que tiene trazas de fracaso, al menos tenga su momento de plenitud.
ResponderEliminarSigo atenta, Amparo, he estado liada.
Besos
En efecto Veronica, el momento de plenitud de este amor se queda en esa estela que dibuja el mar tras su partida, aunque el amor continua creciendo a día de hoy.
EliminarGracias por tu visita y comentario acertado. Besos
Querida Amparo.
ResponderEliminarNo te tengo olvidada, simplemente necesito más tiempo para leerte con lo que se merece tus escritos para disfrutarlo mejor.
Como siempre nos regalas hermosas y tiernas historias. Es un gusto regodearme en tus pensamientos que se hacen palabras, y esta concretísima historia de mar la disfruto mucho.
Un abrazo grande y cálido.
Hola Genessis, se que no me olvidas, yo a ti tampoco, me alegra que tomes tu tiempo para disfrutar de mis entradas, eso significa que son importantes para ti.
EliminarGracias por sentirlas y poder disfrutarlas tanto o mas que yo al escribir, ese es mi cometido.
Seguiremos navegando, un abrazo enorme
Hola Amparo¡¡ quería desearte un feliz día
ResponderEliminarSiento no haber entrado últimamente en tu espacio, no tengo ganas de entrar últimamente en el blog, desde la muerte de mi madre que ara dos meses el 25 no se me apetece nada la verdad pensé que era mas fácil pero cuanto mas días pasan mas difícil se me hace, no verla
y mil besos para ti preciosa
Ayyy mi querida Lola!!! a veces la vida se llena de obstaculos y pruebas que a pesar de ser obligatorias no terminamos de adaptarnos a ellas, imagino el vacío que sientes y espero que con el tiempo puedas ir rellenándolo de recuerdos gratos a su lado, eso no te lo podrá arrebatar nadie, ni tan siquiera la fría muerte.
EliminarGracias por el detalle de venir a saludarme y por tus palabras sinceras, es un placer para mi recibirte y mucho mas en estos duros momentos que atraviesas.
Ojalá el dolor te azote cada día con menos fuerza. Un abrazo enorme
Son hermosos tus relatos, haces que vuele lejos mi imaginación.
ResponderEliminarGracias por tus palabras en mi blog.
Bss de colores.