Mientras la luz de la luna guiaba al Capitán mar a dentro en busca de Rosita, la Grumete paró el presente dejándolo flotar en el agua del mar.
No
quería avanzar sin el Capitán, no estaba dispuesta a continuar el viaje sola
mientras él estaba inmerso en sus pensamientos, si lo habían iniciado juntos,
así lo iban a continuar.
Cuando
la embarcación se detuvo, ella se puso a contemplar el agua que gracias a la
luz de la luna llena, parecía un espejo en medio de la gran inmensidad.
El
agua azulada la incitaba a sumergirse en sus propios pensamientos mientras,
esperaba el regreso del Capitán que minutos antes, había zarpado
imaginariamente 60 años atrás.
La
Grumete se veía reflejada en ese espejo de agua salada cubierta por una noche
mágica y allí inició un monólogo con ella misma, tras entender que la magia
vive en nosotros mismos, solo tenemos que creer en ella.
Se
preguntaba de nuevo que hacía allí, a bordo de un barco desconocido con un
Capitán que no había visto en su vida, ella tenía su propia historia, su vida,
sin embargo había sentido una profunda necesidad de sumergirse en la historia
de aquel hombre.
En
las primeras palabras que aquel Capitán cruzó con la Grumete, ésta palpó la
necesidad de aquel hombre por sacar de él todo lo que le arañaba el pecho,
todos esos recuerdos y vivencias que guardaban en lo más profundo de él, como
el mayor y más preciado tesoro.
A
la muchacha le impactó esa confianza extrema y la necesidad enorme de
sincerarse que tenía.
Tal
vez por eso inició este viaje sin rumbo con él, se estaba dando cuenta, que a
medida que surcaban las aguas del día a día, la historia del Capitán le
despertaba mayor interés, un interés que mezclado con la necesidad de
sincerarse de él, la habían embarcado en este presente donde ahora se
encontraba.
A
medida que la muchacha era engullida por el reflejo de ella misma en el agua
salada, entendía que el principal motivo
por el que se encontraba allí, era que el Capitán la había buscado, en realidad
ella intuía que él la había buscado durante años ya que esa necesidad de sacar
todo lo que llevaba dentro lo había perseguido siempre, como si en realidad
nunca hubiera querido dejar atrás el pasado, como si nunca hubiese bajado de
aquel buque ni hubiese visto de nuevo la luz del sol, en su cielo seguían
brillando miles de estrellas que velaban por su historia con Rosita, que
guardaban sus más profundos sentimientos junto aquella ilusión que jamás se
diluyó como lo había hecho espuma del mar. Todas aquellas preguntas sin
respuesta, los temores que lo intimidaban, la inocencia de su adolescencia, las
ilusiones compartidas, aquellos sentimientos experimentados que no anclaron en
el pasado, se encargaron día a día de transportarlo y mantenerlo en su
presente, un presente que ahora necesitaba compartir y volver a experimentar de
algún modo.
Ella
sabía que el Capitán la necesitaba en este último tramo de su vida, confiaba en
él con la misma intensidad que él lo hacia en ella, una chica entregada al
momento, al vivir el instante intensamente, a exprimir cada segundo de su vida
para sacarle el máximo partido, no hubiera podido negarse a brindarle al
Capitán su compañía, su apoyo, su asombro, a escucharle y acompañarle hasta el
final, a compartir aquellos momentos mágicos que aunque no le pertenecían, los
sentía un poco suyos también. Aquella Grumete, necesitaba mitigar esa necesidad
del Capitán de revivir y retomar su
historia de vida que habían marcado sus pasos hasta ponerle frente a ella,
necesitaba sentirse útil, necesaria e importante, justo lo que podía sentir
desde la llegada del Capitán a su vida.
El
Capitán contaba con esa mano amiga en la que confiar todo lo importante que le había
sucedido con el paso de los años y había tatuado su interior, sin duda, la
Grumete necesitaba de un Capitán que le señalara que el camino hacia los sueños
existe, solo tienes que seguirlos con todas tus fuerzas, que todo lo que vivimos
queda grabado en nosotros y nos condiciona a ser lo que somos, y no lo que
queremos ser, que nos identifican nuestros actos mucho más que nuestras propias palabras, que no hay mayor
satisfacción que sentirse útil para el necesitado, aunque seamos un hilo fino
de luz en medio de las tinieblas, que si hacemos lo que deseamos en cada
momento sin seguir directrices ni teorías, dando lo que somos, ¡Nuestra vida
merece la pena!
Aquel
era el reino donde la Grumete vivía, un reino gobernado por la lucha, la
constancia, la entrega, la comunicación, el apoyo, el compañerismo, cuya
bandera hondeaba en forma de orgullosa locura…una locura que no todo el mundo
era capaz de entender.
Todo
ocurre por alguna razón en esta vida, y aunque todo tiene un antes y un
después, no podemos averiguar el porqué de las cosas que nos suceden hasta que
no miramos atrás, pero para ello primero hay que continuar, seguir avanzando
hacia delante.
La
Grumete volvió de sus pensamientos a la realidad y se dio cuenta que el Capitán
la estaba observando.
-
¿Volviste mi
Capitán?
-
Sí, volví, entre
mi historia y yo hay un puente tejido por una realidad inminente que cruzo cada
vez que necesito encontrarme con esos momentos. Hacía mucho que no los volvía a
vivir a fondo.
-
Imagino Capitán,
debe ser difícil adaptar el pasado al presente que vivimos.
-
A veces querida
Grumete, el pasado y el presente no son compatibles, tanto es así que por eso
vivimos en tiempos distintos.
-
¿Cómo se siente
Capitán?
-
Me siento como
aquel chico de 19 años que era capaz de vibrar por las emociones que provocaban
los acontecimientos.
Me siento afortunado por haber tenido esa oportunidad
y haber vivido lo que te cuento, pero
aún más afortunado por poder compartirlo contigo 60 años después y que a pesar
de todo este tiempo no haya cambiado nada dentro de mí, aunque lo di todo por
perdido, esa ilusión jamás morirá en mí.
-
En efecto
Capitán, tienes motivos para sentirte afortunado, y yo tengo motivos para
agradecer tu máxima confianza en mí.
-
¿Te apetece
continuar? – me preguntó con los ojos inundados por la nostalgia.
-
¿Y aún lo pregunta
mi Capitán? Por supuesto que sí, a eso he venido, a conocer de ti y de tu
historia mientras navegamos juntos por el mar de la vida.
El
Capitán prosiguió con una sonrisa dibujada en el rostro y con la convicción de
que no se había equivocado al elegir a su confidente.
Había
encontrado alguien muy distante en edad, pero muy cercana espiritualmente, muy
semejante en vivencias y modos de vivir, en creencias e inquietudes.
Sus
coordenadas espirituales les fijaron el mismo rumbo, la brújula de sus
corazones les llevó a encontrarse a pesar del tiempo y la distancia.
-
Durante los 12
días restantes de travesía por aguas del Atlántico, seguí disfrutando de la
presencia y la compañía de Rosita, pude conocer más de ella y de su vida,
fueron días inolvidables donde nuestra ilusión se acrecentaba tan velozmente
como la noche se ponía y daba paso al nuevo día, días que se esfumaban
rápidamente como la estela de espuma que el trasatlántico dejaba sobre el mar
que quedaba atrás. Fue inolvidable todo lo que viví a su lado, como inolvidable
fue aquella madrugada donde cruzamos Gibraltar y vi por primera vez a mi
deseada España en medio de miles de olas bordadas de espuma blanca.
Ya en aguas Mediterráneas y bordeando tan soñada
España disfrutaba de mis últimos días junto a Rosita. Cuando quisimos darnos
cuenta el trasatlántico atracó en el puerto de Barcelona.
El
pecho del Capitán se aceleró al llegar a este punto de su historia, él se
estaba abriendo interiormente a mí como las flores se abren en primavera
impregnándonos con su fragancia, yo percibía la fragancia melancólica del
Capitán, no tenia que imaginar como se sentía en este momento, lo sabía
perfectamente.
A
mi mente llegaban intermitentemente imágenes de esas despedidas que se
aproximaban y de esos encuentros tan esperados fruto de aquel viaje tan
deseado.
En
la mirada del Capitán brotaban lágrimas producto de esas alegrías y de esas
partidas inevitables.
Mientras
mi Capitán intentaba alcanzar su pulso, yo escuchaba retumbar en mis tímpanos
el sonido de aquel buque atracando.
Nuestro
presente continuaba varado en medio del mar, expectante de aquella historia
vivida en las mismas aguas.
La
luz del nuevo día asomaba tímidamente tras el horizonte que nos aguardaba, sin
lugar a dudas, alcanzaríamos ese horizonte, nuestro horizonte.
“Un
buscador no es alguien que necesariamente busca, sino todo aquel que es capaz
de detectar algo nuevo en su vida, alguien que encuentra”
Aún conociendo tu enorme capacidad de dar el alma, sabiendo de tu innata capacidad de interpretar vivencias de otras personas, reales o imaginarias, (Que eso es escribir una novela...!), y además tener el pleno convencimiento que tu, Amparo, eres y serás mi AMIGA siempre y mientras Dios me mantenga con vida... aún con todas esas felices comprobaciones que se me han revelado de ti, querida Amparo... No logro salir de mi asombro al leer este capítulo extraordinario de tu novela del mar...! Has interpretado cabalmente aquello que te he contado de hechos de mi muy lejana juventud y no sólo eso, sino que escribes palabras y pensamientos míos que nunca te he dicho, por falta de tiempo material para hacerlo pues hace poco que nos conocemos...!. Tal es la magia de tu pluma: darle al relato una tremenda actualidad y contar de mi, de mi historia personal, aspectos más allá de lo que yo sabía o interpretaba de aquello.
ResponderEliminarEste capítulo describe los hechos con una capacidad de interpretación de tu parte que me conmueve, además te describe a ti, grumete, tal y como realmente eres.
Gracias, Muchas gracias Amparo. Lo que estás escribiendo es un "Volver a vivir", luego de tantos años.
Un enorme beso para ti
Federico
Como te dije en el correo, me arriesgue a plasmar aquello que yo siento o intuyo, a expresar eso que veo en ti cuando miras atrás y te reencuentras con el pasado, es para mi un privilegio poder conocer tu historia y compartirla hasta tal punto de revivirla los dos a bordo de este presente que es en realidad con lo que contamos ahora, se que te sientes afortunado por todo lo vivido y créeme que tienes motivos mas que suficientes para hacerlo.
EliminarMe alegro de haber dado en el clavo y que te haya llegado tal y como yo quería, eso es la aventura, arriesgarse pese a todo, y yo arriesgo en esta novela mis percepciones, mis propias sensaciones y mis dilemas.
Gracias a ti por regalarme este viaje en el tiempo y por darme la oportunidad de hacerlo de tu mano.
Besos verdes para ti.
Me gustas como escribes y como tu relato recrea la situaciòn de cada escena.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola Fus, gracias de nuevo por tu visita y comentario en mi espacio, es un privilegio tenerte aquí. Gracias por tu valoración sobre mi forma de escribir, me alegro que puedas disfrutar de mis palabras.
EliminarUn abrazo
Escribes y describes muy bien, Amparo. Es un gusto seguirte tramo a tramo, capítulo a capítulo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Jorge.
Hola Jorge, bienvenido a mi espacio, gracias por tus palabras que me animan a continuar adelante, gracias por seguirme en mis relatos tramo a tramo....ya que al final no hay nada, lo único que nos queda es el camino, y si lo disfrutamos en compañía es más placentero.
EliminarUn abrazo
Fantástico!!! como narras... y a mi que me gusta la aventura!...
ResponderEliminarUna prosa poética ya que empleas mucho las metáforas... bello...
Un gran abrazo
Hola Duarte, bienvenido también a mi espacio, gracias por subirte a bordo de mi presente sin equipaje y surcar el mar de la comunicación y del momento.
EliminarGracias por tu critica constructiva sobre mi forma de escribir, me alegro de que estés aquí.
Un abrazo
¡¡pero que gusto!! Yo no he llegado por casualidad, sino desandando el camino de tu gentil enlace a Google. Escribes maravillosamente, y en este momento me llevo el link para ponerlo en "los blogs que sigo" y estar pendiente de tus entradas.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo desde Mèxico
Hola Adelfa, me alegro de que estés aquí entre mis palabras, y que no haya sido por casualidad sino siguiendo ese camino que te trajo hasta mí, es un doble gusto saber que he sido buscada.
EliminarGracias por tu valoración sobre mi forma de escribir, vosotros mis seguidores, me animáis a hacer realidad mi sueño, me siento mariposa aunque no pueda volar.
Besos desde España
Un cordial saludo y mi enhorabuena por estos textos tuyos tan rebosantes de buena literatura.
ResponderEliminarHola Antonio, Bienvenido a mi blog, me alegro de que estés aquí, es un privilegio tener entre mis seguidores a un poeta que ha viajado por rincones del mundo y ha adquirido de ellos una riqueza personal.
EliminarUn abrazo
Cuan grande mi sorpresa, menos mal que estaba sentada je je, al ver la foto que ilustra tu post de hoy.
ResponderEliminarEn ese barco de niña navegaba a las costas Brasileras con mi madre, abuela y hermano.
Mi madre amaba Brasil y las vacaciones de invierno las pasabamos en ese pais,ibamos y regresabamos en barco, otro que recuerdo fue el Conte Grande.
Que pequeño es el mundo!!!!!!!
Gracias por tu visita
Cariños
El mundo es un pañuelo Abuela ciber, me alegro que hayas conocido de cerca ese buque, así lo sentirás todo más real y podrás viajar en el tiempo junto al Capitán y su Grumete.
EliminarMe alegro de tenerte aquí, entre mis palabras, Gracias.
Besos
El buscador es alguien que encuentra...-sacar todolo que le arañaba el pecho...para así alcanzar nuestro horizonte.
ResponderEliminarTodo está lleno de hermosas metáforas , ¡Tú eres una fabulosa poeta!.
El argumento me fue llevando de la mano hasta sentirme dentro y recibir las sensaciones que transmites .
Eres buena,¡muy buena!.
Besos.
Hola André, de nuevo gracias por volver a esta tu casa, no se si soy una fabulosa poeta, ni siquiera si soy buena en mis pinitos sobre escritora, pero puedo asegurarte que a mi personalmente me sirve de mucho pues puedo ser yo misma, indagar en mi interior, conocerme, aceptarme y deleitarme con mis palabras, te confieso que después de escribir, releo las entradas y quedo impresionada cuando leo, así que me quedo con esas sensaciones.
EliminarGracias por tus palabras
Besos
Gusto en conocerte, escribes muy lindo y, es cierto todos llevamos un escritor o un artista adentro. Un saludo afectuoso, gracias por darte una vuelta. Rondaré por aqui...
ResponderEliminarHola Lao Bienvenido, igualmente, gusto en conocerte también, me alegro que te guste mi forma de expresar, gracias por tu interés en volver.
EliminarBesos
Hola Amparo:
ResponderEliminarGracias por tan lindo comentario dejado en mi blog.
Ahora, soy yo, la que te visito y todo lo que he leído, es maravilloso.
Me llama la atención que ames tanto el mar y te refugies en el.(Lo mismo que yo)Ya me tienes como seguidora. Me encanta, como escribes y me encanta tu Ciudad, la que tuve la oportunidad de conocer en la primavera pasada.
Te envío, las direcciones de mis otros blogs y espero tus comentarios. http://cuentosparaunatardedeinvierno.blogspot.com
thhp://cortesiayprotocolosocial.blogspot.com
Me gustaría que hicieras parte de mis seguidores.
Un gran abrazo desde América,
Eva Margarita.
Hola Eva, gracias por venir a conocerme y por quedarte entre mis seguidores, aunque me alegra mucho más que tengamos en común nuestro amor por esa gran inmensidad de agua salada como lo es el mar.
EliminarIré a conocer tus blogs
Un abrazo
Querida Amparo, la unión de ellos en la inmensidad del mar, en extremos de la vida, compartiendo recuerdos es maravilloso, por la forma en que relatas, pude vivir en tus palabras todo.
ResponderEliminarLa frase final lleva a reflexionar
Un abrazo
Hola Lapislazuli, efectivamente están unidos en la inmensidad del mar, y aunque están en extremos de la vida, ellos se sienten que van en el mismo camino, en la misma dirección, al mismo son.
EliminarGracias por meterte en la piel de los protagonistas.
Un abrazo
Genial. Se esta poniendo muy interesante. Ella sabe porque esta ahi, para escuchar a si capitán, ella es alguien con quien puede abrirse. Me encanta el final. Un buscador encuentra. Besos
ResponderEliminarHola Alicia, si se está poniendo interesante, nadie sabe qué les depara el horizonte a estos dos corazones aventureros, ni siquiera yo que tengo el lápiz en la mano.
EliminarElla sabe porqué está a su lado, necesita hacerlo.
Gracias por estar de nuevo entre mis palabras.
Besos
Qué alegría volver a contemplar tus letras, tu forma de escribir y sentir. Me alegra saludarte. un abrazo.
ResponderEliminarHola Paco, cuanto tiempo, gracias por volver, pero sobre todo por seguir disfrutando de mis entradas.
EliminarMe alegro que estés aquí.
Besos
me he convertido en 'buscador'
ResponderEliminarporqué encontré un gran relato
saludos
Hola Omar, me alegro de que te hayas convertido en un buscador, ojalá no dejes de serlo jamás, sera seña de que has encontrado lo que necesitabas en cada momento.
EliminarSaludos
Querida Amparo siempre es un placer la lectura amena y en eso tú eres una maestra.
ResponderEliminarMil gracias por estar siempre.
Te dejo un beso enorme.
Querida Teresa también es un placer para mi recibirte en esta mi casa con los brazos abiertos.
EliminarGracias a ti por refugiarte en mis palabras y vivencias.
Te devuelvo ese beso tan enorme como el mar que envuelve al Capitán y al Grumete
Muchísimas gracias Amparo por invitarme a navegar en esta historia tan profunda e interesante. En tus letras hay lecciones de vida y reflexiones considerables.
ResponderEliminarMuchos besos. Rosa.
Gracias por tu permanencia junto a mis palabras y por sumergirte en mis sensaciones y en esta historia que tiene más de real que de fantasía, me alegro de que encuentres esos pequeños mensajes ocultos que intento dar a cada uno de mis escritos.
EliminarMuchos besos
Querida Amparo,
ResponderEliminarme faltó tiempo para venir a tiempo y degustar tu novela. Hoy pude hacer y como siempre encantada con tus letras. Las vivencias crecen, los hechos se multiplican, los colores y los sentimientos se dan por doquier. Es un gusto leerte.
A la espera de otro nuevo capítulo, te dejo mi abrazo cálido.
Feliz domingo en familia y muchas bendiciones.
Paz y Bien!
Gracias por tu visita Genessis, efectivamente siempre que el camino continua los hechos crecen y las vivencias se intensifican.
EliminarEs un gusto tenerte entre mis letras.
Besos
Hola Amparo, volví por el capitulo restante...
ResponderEliminarparace que ellos estaban predestinados,
(una historias de buenos confidentes)
muy bueno este capitulo.
Te deseo una gran semana
un cálido abrazo
Hola Ariel, veo que te pusiste al día de un plumazo, te adentraste en el mar de sentimientos que azotan mi corazón últimamente, es un placer tenerte aquí.
EliminarParece que estaban predestinados, aún falta averiguar mucho de estas dos almas tan similares.
Besos
Cuánto me ha gustado este relato mezcla de ficción y realidad.
ResponderEliminarDerspués de esta lectura nos haremos todos buscadores :)
Muy agradecida por pasarte por mi espacio para decir que habías regresado.
Un abrazo grande
Hola Pilar, un gusto tenerte por aquí de nuevo, en verdad es mezcla aunque lleva más de realidad que de ficción.
EliminarYa somos todos buscadores, ojalá jamás dejemos de serlo.
Gracias por tu visita, Besos
Genial como interiorizas en los sentimientos! Te sigo con entusiasmo y quedo a la espera del siguiente capítulo.
ResponderEliminarBesos,
Hay que interiorizar siempre en los sentimientos, son lo más valioso que tenemos, tenemos que exprimir a tope esas sensaciones que nos aportan y son gratificantes para dar vida a nuestro ego y a nuestra alma.
EliminarGracias por seguir embarcada en mi aventura.
Besos
Y seguimos expectantes.... me gusta la historia, como relatas con tanto detalle como siempre ... un beso Amparo ^^
ResponderEliminarHola Patty, seguimos expectantes si, gracias por tus palabras y seguir conmigo perdida en este mar de sentimientos.
EliminarUn beso
Hola Colas de Sirena, gracias por formar parte de mis seguidoras, bienvenida, gracias por tus palabras, por supuesto que iré a conocerte.
ResponderEliminarBesos