La noche ansiaba tanto como aquella
muchacha las palabras del Capitán, las olas del mar mecían el barco del
presente y los pensamientos de ambos, pensamientos que viajaban unidos, los
recuerdos que al Capitán le aceleraban el corazón se entrelazaban con la
necesidad de imaginar de aquella
Grumete.
Una noche que prometía tanto, como
prometían los lazos de aquellas dos almas que se fundían entre pensamientos,
vivencias, y sentimientos como la noche se acoplaba en perfecta sincronía a la
luna que los estaba observando y que estoy segura que los envidiaba.
- Mi padre se llamaba Luis – proseguía el Capitán – y mi madre Haidée,
fruto de aquel amor nacieron mis hermanas y yo.
Nos criamos rodeados del calor familiar
inconfundible, aunque la felicidad no era completa, la familia de mi padre
vivía en España, y aunque esos lazos afectivos eran enormes, el Atlántico que
nos separaba nos robaba aquellos besos y abrazos, la convivencia y aquella presencia
física en nuestras vidas que toda relación necesita.
Varias veces mi padre intentó viajar
para visitarles, pero se suspendió por diversos sucesos, uno de ellos fue la
Guerra Civil Española, sucesos que fueron haciendo la espera ansiada y algo muy
interminable.
Mis abuelas siempre me hablaban de
España y acunaban en mí esa esperanza e ilusión insaciable de conocerla,
alimentaban mis ganas y mi imaginación cada vez que pensaba en aquella tierra,
una tierra que para mí se ha hecho importante con el paso de los años, no solo
por lazos afectivos, sino por sucesos que me han unido más a ella, pero eso mi
querida Grumete, te lo contaré más adelante.
Aquella Grumete lo miraba embelesada
mientras sus ojos se emocionaban por el sentimiento que el Capitán ponía en sus
palabras, era increíble como recordaba cada detalle de su historia, el paso de
los años no le había arrebatado ni una sola de las sensaciones vividas y
experimentadas.
Esta vez tenía claro que no le iba a
interrumpir, necesitaba que las palabras del Capitán fluyeran con soltura y
calmaran las ansias y el misterio que aquella muchacha sentía.
- Con 19 años mi deseo y el de
mi padre se cumplió, en noviembre de 1952, por fin se reencontraría con la
familia después de 43 años de espera, yo iba a tener la oportunidad de
conocerles y comprobar que aquella España de mis pensamientos era tan bella
como me habían contado.
Embarcamos con mi hermana en un
trasatlántico llamado “El Conde Biancamano”, el viaje de ida duró 16 días, días
especiales e importantes para mi padre, y por supuesto para mí también.
A la Grumete cada vez le apasionaba y
sorprendía más la historia del Capitán, se sentía parte de ella, tanto que
podía cerrar los ojos y sentirse en aquel buque como si viajase en el mismísimo
Titanic, por un momento pensó que en su historia también pudo haber un amor,
eran tantas las suposiciones que aquella muchacha se hacía mientras escuchaba
aquellas palabras, que prefería rellenar sus pensamientos con la realidad y
para ello tenía que seguir escuchando al Capitán.
- Durante la
travesía hubo días invernales en los que el frío se hacía notar, aunque yo tuve la oportunidad de
conocer el calor del amor en cubierta.
Conocí a
Rosita, una muchacha realmente deliciosa con tan solo 16 años, nuestros caminos
se cruzaron en aquel buque a los 4 días de navegar por el Atlántico, ahí
comenzó nuestra historia de amor, en la inmensidad del mar, el mismo lugar
donde años después desapareció.
-
¡Caramba Capitán! – la Grumete sintió la necesidad de
interrumpir aquel nudo en el pecho que se le había formado al Capitán con sus palabras
y recuerdos.
No daba
crédito a lo que escuchaba, su imaginación minutos antes había intuido de la
existencia de ese amor que desde fuera se veía tan puro, tan verdadero, tan
deseado y tan extrañado.
Por un
momento la Grumete sintió miedo, estaba en la misma situación que el Capitán
había vivido muchos años atrás, con una chica joven, entre olas y espuma, bajo
un cielo de estrellas y bajo la mirada expectante de aquella luna que
hipnotizaba a primera vista.
En seguida
aquellos latidos que galopaban en su pecho como caballos desbocados, se
detuvieron en seco al entender que el Capitán lo que menos necesitaba en estos
momentos era enamorarse de nuevo, la necesidad de aquel hombre no era otra que
compartir sus experiencias con aquella chica a la que empezaba a considerar su
alma gemela, completar ese inventario de vida que había comenzado, viajar en el
tiempo, sentir esos momentos que habían marcado su alma y que esos mismos
caballos desbocados que habían dado a la estampida en su Grumete, siguieran su
camino dentro de su pecho.
¿Y qué pasó
con aquel amor mi Capitán? ¿Dónde está Rosita?
-
Pasó lo que tenía que pasar, con Rosita me ilusioné y
de ella me enamoré como se enamora un adolescente que experimenta el amor por
primera vez, la inocencia y la entrega es absoluta a esa edad, así fue como en
una noche como la de hoy aproveché la oportunidad que me dio la vida de
experimentar y desear a una mujer, el cielo estaba claro y cubierto con una
alfombra de estrellas que brillaban como los ojos de aquella muchacha, como hoy
brillan los tuyos, aquella luna gigante que era replica de la que hoy gozamos,
iluminaba el marco exuberante donde nos encontrábamos haciendo que parte de esa
luminosidad, salpicara en mi yo más interno.
Fue allí,
envueltos por las sensaciones que sentíamos, nos dejamos llevar embriagados por
el ronroneo del agua y el baile sutil de las estrellas, nuestros labios se
encontraron propiciando así mi primer beso de amor..
-
¡Guauuu! Que romántico mi Capitán, no puede haber
marco más hermoso para comenzar una increíble historia de amor.
El Capitán
hizo una pausa considerable en su historia, necesitaba reencontrarse de nuevo
con Rosita en aquel buque, y una vez más, como tantas había tenido en su vida,
había dejado volar su imaginación y había retrocedido en el tiempo haciendo a
su Grumete participe de aquel encuentro y espectadora directa de aquel amor que
el Capitán desprendía por sus retinas.
Ni siquiera
las olas se atrevían a distraerlo estaba absorto en sus recuerdos, sin duda la
inmensidad del mar lo acercaba más a aquel primer amor, a aquellas sensaciones
y aquella parte de la historia que aún desconocía al completo, pero lo que
estaba descubriendo, le encantaba.
Mientras la
Grumete esperaba que el Capitán volviese a la realidad, pensaba que no
pertenecemos a un lugar por estar allí, sino por ser quienes somos, y estaba
claro que la locura de aquella chica a pesar de ser introvertida, la llevaban
al punto de aquella historia que el Capitán deseaba que conociera, a pesar de
los años, la Grumete se sentía parte de aquel buque y por lo tanto parte de la
vida del Capitán.
Esos Recuerdos que sobrevuelan el inmenso espacio del Mar, dejando absorto a quien lo cuenta y ensemismado a quien es receptor.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias por tu regreso Pedro, así es, el que lo cuenta se deleita mientras es compartido con el que escucha, siempre y cuando el que escucha se adentra en la historia contada.
EliminarAbrazos
Asombroso querida Amparo, realmente asombroso tu relato, la simbiosis que tu realizas de los hechos reales y de los que imaginas, dando de esa forma a tu novela extraordinaria fuerza de documento histórico y de romanticismo clásico de entonces.
ResponderEliminarMis felicitaciones querida amiga del alma... Haces que reviva la historia fielmente, como si no hubiesen trascurridos los sesenta años que nos separan de aquel viaje... Gracias, muchas gracias...
Besos
Federico
Querido Federico, es un documento histórico para ti y algún día también lo será para mi, gracias a ti por supuesto, en cuanto a la fuerza, la mantienes tu sin borrar un ápice de tan bellos recuerdos.
EliminarGracias por tu felicitación, pero te recuerdo que sin ti no seria posible.
Besos
Hola Amparo!!!!
ResponderEliminarTengo que ponerme al día con tu relato que ya vas por el capítulo tercero, lo iré leyendo para poder comentarte de verdad sobre él, lo que he leído me ha gustado, es muy interesante tu forma particular de contar tu historia, engancha!!!
Te volveré a comentar mejor la próxima vez, solo quería que supieras que estoy aquí de nuevo contigo y ...me subo al barco!!
Un abrazo y mi cariño!!!!
Hola Estrella, ponte al día cuando quieras y tengas tiempo, se que te gusta lo que lees, prueba de ello es que vuelves, no importa cuanto tardes en regresar, te siento conmigo y eso es lo que importa.... Yo tampoco tengo mucho tiempo últimamente de visitar vuestros blogs.
EliminarUn abrazo reciproco
Un relato maravilloso, con una realidad sorprendente, donde las circunstancias hicieron que la historia fuera real.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola Fus, bienvenido de nuevo a mi casa, maravilloso es contar con tu presencia entre mis palabras, sin vosotros nada de esto tendría sentido.
EliminarEn efecto es una realidad sorprendente que si a nosotros nos engancha imagínate a los protagonistas de tan bella y peculiar historia...Que envidia más sana!!!
Un abrazo
Muy buen relato Amparo, como siempre con mucho sentimiento donde se van mezclando las realidades y las fantasías.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Abrazos cálidos y buen fin de semana.
Hola mi querida Genessis, me encanta que te guste el relato, en efecto van muchos sentimientos compartidos, en esta historia soy una más, como vosotros, la veo y la siento desde fuera pero a la vez muy dentro.
EliminarTe aseguro que la realidad pesa en estas palabras más que las fantasías.
Abrazos
Admiro tu buena narrativa querida Amparo. Ya sabes que ando con el blog medio en paro, pero prometo pasar despacio por tu espacio. Gracias siempre por tus visitas.
ResponderEliminarTe dejo un beso enorme.
Hola Teresa, gracias por tu admiración a mi forma de escribir, es un placer compartir con lectores tan amables y entregados como vosotros.
EliminarTe esperare siempre que te apetezca volver, gracias por tu interés y constancia.
Un beso enorme
muy entretenido, con ejemplares mensajes
ResponderEliminarsaludos
Hola Omar, me alegro que cojas esos mensajes ocultos, señal de que estas receptivo. Saludos
EliminarA mi me encanta como me transportas, sabes, el que logres regresar al momento justo, ese que marcó tu vida y que lo hagas así tan absorto, sin que nada pueda interrumpir ese recuerdo, es por demás placentero, eso me gusta mucho en tus relatos, que lo lleva a un punto de disfrute y entrega total.
ResponderEliminarBesos mi linda Amparo
Hola Ame, a mi me encanta que vuelvas, gracias por tu critica positiva siempre sobre mis textos, es un placer y orgullo compartir con vosotros.
EliminarTienes razón, ponerse en la piel del protagonistas es disfrutar totalmente de la historia que se cuenta.... Gracias por tu entrega.
Besos linda Ame
Solos en la inmensidad del mar, compartiendo recuerdos,
ResponderEliminarBien logrado el relato, que como la grumette compartí el viaje en el trasantlantico
Un abrazo
Hola Lapislazuli, solos en la inmensidad del mar, con un futuro incierto y observando el horizonte que los aguarda, tras el esta sus destinos.
EliminarGracias por embarcarte en esta aventura.
Un abrazo
Hola Amparo, buenos días,precioso relato, muy emocionante,felicidades amiga, gracias por compartir tus letras.
ResponderEliminarYo cogere un descanso en mi blog pero antes quería pasar por aquí a dejarte un saludo. Un fuerte abrazo. Que pases un lindo día.
Lola Barea.
Hola Lola, buenas tardes, gracias por tu comentario en mi espacio, es emocionante descubrir como os llegan mis palabras y os sentís parte de esta historia que es un placer compartir.
EliminarMas gracias aún por tu saludo y por el detalle de acordarte de mi..Un abrazo especial.
No hay camino para la paz, la paz es el camino. Feliz Viernes
ResponderEliminarGracias por tus palabras Soledad, en efecto todos buscamos esa paz interior para marcar el camino. Feliz semana
EliminarBuen relato. Me ha hecho gracia cuando dice: las olas del mar mecían el barco, porque me ha recordado un viaje que hice yo y no pude ni hacer pis de tanto oleaje, ja ja ja. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Lobezna, yo también hice un recorrido en Málaga desde Fuengirola a Torremolinos, menos de 15 minutos y me maree, jejje
EliminarUna sensación diferente.
Besos
No he podido evitar sonreír cuando he leído el pensamiento de la Grumete.
ResponderEliminarSiempre pensamos que en determinados momentos no es bueno enamorarnos o que el otro se enamore cuando al realidad es que el amor llega y prende el enamoramiento sin tener en cuenta si es el momento adecuado o no.
La mente y sus cosas!!! :)
Hay amores que siguen intactos toda la vida.
Veremos qué les depara la travesía.
Abrazo Amparo, buen fin de semana
Hola Verónica, tienes razón, uno no determina cuando ni donde ni mucho menos de quién se enamora, el amor llega sin avisar, y si haces caso omiso, puede que no regrese jamás a tu vida, aunque siempre existen esos miedos.
EliminarVeremos que guarda la inmensidad del mar para ellos.
Un abrazo
Maravilloso relato. El compartir recuerdos y que la otra persona los viva es mágico. Besos
ResponderEliminarHola Alicia, Gracias por tus palabras. Con los recuerdos pasa como los sueños, compartirlos es otra forma de vivirlos.
EliminarBesos
Tienes la habilidad de narrar como haciendo que uno pueda ver, pensar y sentir como tus personajes!
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola Soñadora, Gracias por tus palabras y lograr ver eso que quiero transmitir, no hay mayor gratificación para la persona que escribe.
EliminarUn abrazo
Que lindo y el mar acoje muchas veces recuerdos inolvidables verdad Amparo??? que lindo este capítulo... besos ^^
ResponderEliminarHola Patty, el mar es tan inmenso como el horizonte que nos espera, en su profundidad habitan la intensidad de nuestros sentimientos.
EliminarGracias por tu visita una y mil veces.
Besos
Me gusta esto esta enganchándome
ResponderEliminarUn besote
Pues gracias por engancharte 40añera!!!
EliminarUn beso
Muy buen relato con secuencias maravillosas. Me encantó. Un abrazo. Tirnrd un premio en mi blog Con los ojos del alma.
ResponderEliminarGracias Alma!!! es un placer volver a verte por aquí, iré a por tu premio, gracias.
EliminarUn beso
¡Qué profundidad y sencillez hay en tu relato!. ¡Cuánto para reflexionar y cuánto para agradecer!. Me gusta muchísimo Amparo. Te felicito.
ResponderEliminarMuchos besos. Rosa.
Hola Rosa, en si la vida es demasiado sencilla, nosotros la complicamos.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, sabes que son importantes para mi.
Besos
Hola Amparo, si si, yo!
ResponderEliminarufff me está enganchando pero aquí van a dar las 6 am... mañana seguiré con el restante!
mmmm estaremos en presencia de otra Rosita? =(
excelente historia!
besitos
Me alegro que te hayas enganchado, gracias por terminar tu día conmigo, te espero en el próximo capitulo, a ver que pasa con Rosita.
EliminarBesos
¿Que tendrán las historias de amor?
ResponderEliminarLa magia ante de escucharlas.
Por eso nos ponemos en posición para escuchar y abrimos los ojos para poder apreciar la escena.
Un abrazo :)