Segunda cuerda ( LA ESPERANZA )
Aquella noche me visitó el llanto como consecuencia de la confusión que sentía, lloraba con la esperanza de que mis lágrimas aclararan mis sentimientos, igual que el suelo de casa se esclarecía cuando Nana lo fregaba. No lo conseguí, mi confusión continuaba intacta, fue ahí cuando asumí que ese sería mi presente, que ese estado de confusión sería mí día a día a corto o largo plazo. Que solo el futuro podría disipar mis dudas, lo único que tenía claro es que aún así, quería seguir disfrutando de la compañía de Javier y conociéndole más.
Aquella noche me visitó el llanto como consecuencia de la confusión que sentía, lloraba con la esperanza de que mis lágrimas aclararan mis sentimientos, igual que el suelo de casa se esclarecía cuando Nana lo fregaba. No lo conseguí, mi confusión continuaba intacta, fue ahí cuando asumí que ese sería mi presente, que ese estado de confusión sería mí día a día a corto o largo plazo. Que solo el futuro podría disipar mis dudas, lo único que tenía claro es que aún así, quería seguir disfrutando de la compañía de Javier y conociéndole más.
A la mañana siguiente invité a Javier
a ir al pueblo, eran las fiestas locales y como todos los años se celebrarían
las típicas carreras de globos aerostáticos, estaba muy reacio al principio,
pero finalmente aceptó.
Los globos estaban colocados a las
afueras del pueblo, en la colina que se hallaba al norte. Javier no se acordaba
de lo que esas fiestas significaban para nuestro pueblo, se trataba de hacer un
pequeño recorrido en globo para conocer mejor el pueblo y sus alrededores. Como
su propio nombre indica, el pueblo “el punto”, sería el punto de partida y el
punto de regreso de la carrera. Ninguno de los diez globos que había eran
iguales, todos ellos eran aerostáticos y se elevaban con aire caliente, su
estructura era de caucho impermeable.
Diversos dibujos y colores los hacía
diferentes, los globos eran tripulados, por lo tanto, permitían a varias
personas que viajasen en sus cestillas, siempre que el número de estas no se
excediera de cinco.
Cuando Javier marchó, la fiesta
emblemática del pueblo fue acentuándose puesto que, numerosos turistas viajaban
hasta el pueblo para presenciar el evento. Así pues, fue tomando fama y
bastante audiencia. Javier no podía dar crédito a la multitud de espectadores
que había alrededor de la colina y en la plaza del pueblo.
El pueblo parecía una ciudad pequeña,
la expectación estaba animando a Javier a subir a uno de esos globos, esta vez
fue él quién me convenció a mí, quería que le acompañase en una nueva locura,
quería que formásemos parte de la tripulación de uno de esos globos.
Tras el discurso formal y típico del
alcalde, la tripulación fue subiendo a las cestillas de los globos, Javier y yo
nos apresuramos para ocupar el de color rojo y azul. El piloto de éste era
joven y nos inspiraba más confianza, aunque aún no llegaba a tranquilizarnos lo
suficiente. Javier estaba nervioso ya que nunca había subido en ninguno, yo
tampoco lo había hecho, papá nunca quiso que lo acompañara. Mi miedo también
era evidente, nadie más subió al globo, de modo que viajamos solos con el
piloto.
El alcalde se subió al púlpito para
dar la señal de salida y con un gesto emocionante hondeó su bandera indicando a
los pilotos que la carrera había comenzado. El quemador que calentaba el aire
fue tomando fuerza y elevando el globo muy despacio, la cestilla se movía de un
lado hacia otro, la gente que permanecía en la colina observando el espectáculo
se dejaba ver cada vez más pequeña hasta el punto en el que se perdían de
nuestra vista. Miramos un instante alrededor, estábamos volando. La tripulación
de los globos rivales y nuestro piloto era ahora nuestro presente, del mismo
modo que el paisaje que estábamos divisando. El color de las mejillas de Javier
cambió cuando se dio cuenta de la altura que habíamos tomado, sus manos estaban
húmedas del sudor que le producía el miedo, resudaban tanto como la jarra de
cerveza de papá al romper la cadena del frío tras sacarla del congelador, aún
así se negaba a admitir que estaba asustado. No pude contener la duda y le
pregunté.
- ¿Por qué querías subir en el globo? ¡Estás asustado!
- Sin darme cuenta me volvió a sorprender la ilusión por llevar a cabo
cualquier reto, casi sin estudiar la idea y las posibles consecuencias acepté
la propuesta de ilusionarme por conseguir éste reto, las alturas me dan miedo y
ya ves, estoy a no sé cuántos metros de la tierra. Estoy seguro que si no
hubiese sido capaz de subir, estaría abajo con todos ellos, sin duda alguna más
angustiado.
El
miedo es una sensación volátil, si no le damos importancia, si lo ignoramos sin
tomarlo en cuenta, si le hacemos caso omiso, entra y sale de nuestro interior,
desaparece dejándonos llevar acabo el reto que nos habíamos propuesto.
- ¡Estoy volando Laura!, ya no tengo
miedo, lo ignoré y se marchó de mi interior, la ilusión que me brindó la idea de
experimentar éstas sensaciones es lo único que me queda, créeme estoy
disfrutando de la experiencia. ¿Y tú Laura?, ¿la estás disfrutando?
- Estoy alucinado, esto es fabuloso, parece que vamos a tocar el cielo y
sin embargo, nunca llegaremos.
Era evidente que Javier había
cambiado mucho desde su llegada, ahora estaba segura de que podía lograr salir
de su estado anímico por la muerte de Carla. Cuando quise darme cuenta el miedo
se había despojado de mi interior también. Javier tenía razón, sólo había que
ignorarlo, sólo a partir de ese momento me alegré de haberle acompañado en el
vuelo. Los latidos de mi corazón eran tan fuertes que no necesitaba acercar la
mano a mi pecho para poder sentirlos. El camino que conducía a casa se veía
como si fuese una serpiente larga, bastante fina. Dependiendo de cómo miraras
el mar o de que lado, parecía un charco de agua en la tierra o un lago sin fin.
-¿En qué punto se habría parado la lancha?
Javier no supo responder mi pregunta.
Divisábamos las montañas, el mar, los
picos, el río se encontraba dos pueblos más arriba. Vimos las aves volando
dentro de su espacio, el mismo que estábamos invadiendo. Sentíamos la
importancia de la fuerza de la gravedad, de no existir todos flotaríamos en el
aire igual que en ese momento lo estábamos haciendo, con la única diferencia
que ahora podíamos controlar los movimientos del globo y por lo tanto, los
nuestros también.
El piloto fue tirando los diversos
sacos de lastre para que el globo se elevara más y más, ocupábamos la tercera
posición, lo teníamos bastante complicado para obtener la victoria. Bordeamos
la colina para volver al punto de partida, el viento soplaba a nuestro favor,
nos llevó a coger algo de ventaja respecto al primero y al segundo, los tres
estábamos apareados, volábamos en línea recta. Nuestra vista volvió a divisar
los puntos minúsculos en la tierra que representaban a la gente que habíamos
dejado en la colina. Comenzamos a recordar que el vuelo estaba llegando a su
final, el quemador comenzó a aflojar su intensidad obligando al globo a
descender poco a poco. Nuestros globos rivales comenzaron a descender minutos
después que nosotros, la ventaja respecto a ellos aumentó. La gente se iba
haciendo mayor hasta permitirnos ver su cara perfectamente, la cestilla se apoyó
en el suelo con un movimiento brusco, el aire que portaba al principio la bolsa
de caucho se extinguió, quedó estirazada en el suelo. Volvimos la vista hacía
el cielo y descubrimos que nuestros adversarios aún estaban volando. ¡Habíamos
ganado!, Javier estaba eufórico, no sólo había vencido el miedo de algo que en
otro tiempo ni siquiera se hubiese planteado, no sólo había hecho realidad su
ilusión de volar. ¡Habíamos ganado!
En el momento en que puse los pies en
la tierra confirmé que Javier había encontrado la segunda cuerda de su
guitarra, había recuperado así “LA ESPERANZA”. Había confiado
ciegamente en la realización de su deseo, deseaba subir en globo y confiaba en
que podía lograrlo, de hecho ya lo había logrado, había vuelto a tener la
esperanza de conseguir algo que deseaba. Le expliqué mi forma de ver las
consecuencias que había tenido el paseo en globo, me alegré al saber que Javier
estaba de acuerdo conmigo, había encontrado la segunda cuerda.
-¿Qué pasaría cuando encontrase las otras cuatro cuerdas restantes?
-¿Se marcharía a componer sus notas diariamente lejos de mí?, prefería
no pensarlo.
Javier era lo mejor que me había
pasado en los últimos meses, avivaba los principios que ya existían en mí a la
vez que me ayudaba a confiar más en ellos. Pensaba que estaba ayudando a
Javier, pero en realidad era Javier quién me estaba ayudando a mí. Gracias a él
mantenía viva la ilusión y la esperanza de compartir mi cariño a su lado, la
misma ilusión y la misma esperanza que él acababa de recuperar tras su regreso.
La semana que viene, Capítulo VI
Amparo te felicito por tan precioso que llevas este relato, lo bien que lo narras y la sensación de bienestar que se crea al leerlo.
ResponderEliminarBesos. Rosa.
Me alegro que te sientas cómoda al leer Rosa, es la mejor forma de poder disfrutarlo y quedarse con ganas de repetir.
EliminarBesos, Amparo
Te diré que para poder leer un libro necesito primero iniciar por el final, de no ser así lo que lograría sería devorar las paginas tan de prisa que no podría ni disfrutar ni entender en su totalidad el camino.
ResponderEliminarVas poco a poco y me gusta, porque lo vives, te deleitas, es lo que yo logro cuando leo el final, ahora es diferente, voy a tu paso y me agrada, lo disfruto, espero tranquila y sin angustias.
Besos Amparo, excelente como todo lo que he leído
Ameny, dicen que hay libros para masticarlos, libros para tragarlos enteros y libros para disfrutarlos, me alegro de haber conseguido que puedas leer un libro por el principio, es la mejor forma de mantener la intriga y la curiosidad hasta el final, y si además lo disfrutas y no ansias acabarlo es porque está dejando huella en ti, me alegro enormemente, y espero que a partir de ahora no tengas la necesidad de empezar por el final.
EliminarUn beso enorme, Amparo
Cara Amparo
ResponderEliminarLogras espléndidamente el enganche de las secuencias de los capítulos que nos vas regalando semana tras semana. Sabes amalgamar la inocencia, la ternura, la osadía y la esperanza de dos corazones jóvenes que intentan reunir, aclarar y descubrir la belleza de sentirse vivos y dejarse arrastrar por los sentimientos que sutilmente van revoloteando por dentro...
Un gusto leerte
Abrazos y buen fin de semana.
Mi querida Genessis, me alegra enormemente tenerte de nuevo por aquí, recorriendo a mi lado el camino que marca Laura de la mano de Javier, dejándote arrastrar en esta aventura que te hace disfrutar y saborear tu momento, nuestro momento, porque lo comparto contigo.
EliminarUn placer verte de nuevo entre mis pensamientos.
Un abrazo enorme y buen fin de semana a ti también, Amparo
Ohhhhhh que emoción volar en globo, debe ser espectacular no??? y que linda novelita nos tienes a la expectativa Amparo.... que lindo sería que Javier y Laura se queden juntos ainsssss.. besitos Amparo y que lindo también debe haber sido ese viaje tuyo a Disney.... muá ^.^
ResponderEliminarHola Patty, dicen que no pertenecemos a un lugar por estar allí, sino por ser quienes somos, yo no he volado nunca en globo, pero al escribir este capítulo he sentido como me elevaba a lo más alto de la mano de Javier y Laura. Me alegro que te enganche así tendré la seguridad de que regresas a por el próximo capítulo.
EliminarEn cuanto al viaje a Disneyland, dicen que los sueños de los grandes soñadores nunca llegan a cumplirse porque siempre son superados, pues mi sueño se superó con creces en un lugar mágico y con una compañía muy ansiada.
Requetemuakkkk
Ha sido un día de gran emoción, se van acercando cada uno de manera diferente a recuperar poco a poco, tanto la ilusión como la esperanza, con un detalle muy importante, lo están haciendo juntos, compartiendo.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Cecy me alegro que resaltes que ambos encuentran esa ilusión y esperanza para continuar, porque Laura también estaba falta de ese empuje que la anima a seguir sin mirar atrás, y gracias a la llegada de Javier, es posible. Es sumamente importante que en esta etapa se están ayudando, comprendiendo, confiando y ayudando mutuamente.
EliminarUn abrazo enorme
El miedo paraliza, sin duda alguna, pero también se puede vencer si ponemos empeño en ello y tenemos fe y creemos en nosotros mismos.
ResponderEliminarMe da que ella está vertiendo demasiadas expectativas en Javier, veremos...
Bienvenida a mi casa, besos!
Por supuesto que se puede vencer, es más, se debe vencer siempre Ion- Laos, el miedo nos encadena y nos paraliza cuando debemos continuar, solo plantándole cara podemos seguir y darnos cuenta que nosotros somos mucho más fuerte que todos esos miedos.
EliminarBienvenido tu también, Besos.
Hola Amparo, intenso relato, recorde cuando recibi de regalo de cumpleaños un vijae en globo
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por volver, un regalo muy especial que espero supieras disfrutar al máximo.
EliminarUn abrazo
hola Amparo,
ResponderEliminarme parezco a ti...^^ cuando me siento impotente suelo llorar como una nina..^^
un abrazo^^
Hola Rebecca, llorar no es malo, nos abre la puerta del interior para que podamos refugiarnos en el, mientras conocemos cada rincón de nuestros sentimientos.
EliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha encontado asistir al espectáculo de tus experiencias.
ResponderEliminarLas he disfrutado plenamente...
Te felicito Amparo... asistir a esta lectura no solamente ha sido grata, sino sumamente edificante...
un abrazo volador!
Aguamarina gracias por volver y enhorabuena por disfrutar con mi escritura, a veces es necesario dedicarnos un momento y evadirnos de la realidad de algún modo.
EliminarFeliz semana!!!
Amparo, es un placer venir a disfrutar de la lectura de tus relatos.
ResponderEliminarUn beso.
Es un placer que vuelvas.
EliminarLindo relato, Amparo.
ResponderEliminarEs verdad, el miedo es solo una sensación volátil, que todos tenemos la capacidad de dominar, si tan solo confiamos en nosotros mismos, si en verdad nos lo proponemos.
Quedo a la expectativa del siguiente capítulo.
Abrazos alados, amiga. Feliz semana!!!
Me alegro que hayas captado la importancia del miedo en nosotros, te espero en el próximo capítulo.
EliminarFeliz semana
Hola Amparo:
ResponderEliminarPrimero decirte que tienes un don para rodearte de gente linda , de 12 comentarios 7 son amigas mías. Lo que me convierte a tu blog casi como el living de casa.
Lo segundo para decirte es que yo nunca hubiera recuperado la segunda cuerda por mi yuyú a volar (Yuyú lo aprendí hoy de una española y creo que significa miedo).
Creo que has llegado a una meseta dentro de tu historia donde comienzan a gestarse con más fuerza los sentimientos de tus protagonistas "Trás la calma chicha la tormenta" Y para que eso suceda habrá que esperar...
Me gusta mucho como escribes
Besos
Me alegra compartir amigos contigo Daniel, nos movemos por caminos paralelos y como tu bien dices cuando visito tu blog y leo comentarios también me parece estar en casa.
EliminarEfectivamente Yuyú significa miedo y me alegro que hayas podido vencerlos para continuar mas libremente, esta claro que la realidad no se puede modificar, pero si nos adaptamos a ella es mucho mas fácil el camino.
Habrá que esperar a ver donde desembocan las ilusiones de Laura con Javier... mientras tanto me alegro de volver a verte por aquí.
Hasta el próximo capitulo.
Intenso y Magnífico Relato, magistralmente narrado.
ResponderEliminarAunque un poco tarde...¡¡¡Gracias!!! Por tu bello comentario en mi Poesía "Lo Eres Todo" dentro del Espacio de Maria (Algo más que Palabras).
Me encanta tu blog y, si me lo permites, me hago fiel seguidor de tan Maravilloso Espacio, lleno de Magia, Sentimientos y Sensaciones.
Un abrazo.
Encantada de tenerte por aquí Pedro, cuando los comentarios surgen es un placer dejarlos salir.
EliminarGracias por formar parte de mis seguidores y espero que te sigan invadiendo esos sentimientos y sensaciones que dan la magia a mi espacio.
Hasta pronto.
hola Amparo,
ResponderEliminarhoy 20 de julio, paso a saludarte y desearte un lindo día con mucho sol y calor, para que lo disfrutes, vayas a comer helado y divertirte con tus amigos.
un abrazo^^
Bueno Rebecca te agradezco el saludo, la verdad que me pareció un detalle estupendo de tu parte, no me lo esperaba, y aunque no comí helado ni disfrute con los amigos, si pude disfrutar de mi marido e hijas a pie de playa, así que tus buenos deseos surtieron efecto.
EliminarGracias, Amparo
Un viaje en globo precioso. Hay que perder el miedo. Y recuperar la esperanza. Me ha encantado este capitulo. Besos
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