Esa noche dormimos como dos niños,
estábamos agotados físicamente ya que la noche anterior el sueño había sido
escaso, tanto que éramos incapaces de sentir la picadura de cualquier insecto.
A la mañana siguiente, los toques que
resonaban en la puerta de mi habitación lograron despertarme, pude ver una
nota. Acababa de atravesar la raja que quedaba entre la puerta y el suelo de la
habitación, la curiosidad por leer su contenido me apresuró a levantarme
rápidamente y abrirla, era una nota de Javier.
>> Hoy me toca a mí
sorprenderte, tienes solo cinco minutos para vestirte, te espero en la fuente
del pueblo.
Apresúrate, Javier <<
Era imposible que llegase al pueblo
en solo cinco minutos, estaba sin vestir y el pueblo quedaba a tres kilómetros
y medio de la casa. Tuve en cuenta que me llevaba ventaja, él llegaría antes
que yo.
¿De qué sorpresa se trataría? En el
pueblo no había mucho para sorprender a nadie, estaba claro que si no iba a la
cita no lo descubriría jamás. Me puse los tejanos despintados que Nana
aborrecía, según ella parecía que estaban sucios, la camiseta de pico roja que
me gustaba, me hice una cola agarrándome el pelo y cogí la moto que papá me
regaló. Nunca la utilizaba porque me encantaba mucho más pasear disfrutando el
paisaje y la naturaleza. Se trataba de una emergencia, el tiempo corría en
contra mía y mi única salida era la moto, limpié rápidamente con la mano el
polvo que cubría el sillín y la arranqué a la primera a pesar del tiempo que llevaba
sin utilizarla. Llegué al pueblo antes de lo previsto, miré y remiré la fuente
que señalaba el centro del pueblo. La misma a la que Javier se refería en su
nota, estaba sola, Javier me había engañado, o tal vez yo había llegado antes
de lo previsto.
Me senté en el borde de la fuente
dejando que el agua que caía de ella salpicara mi espalda, resoplé con
impaciencia deseando la llegada de Javier.
-¿Cuál sería su sorpresa?
Tenía muy claro que si no tenía
paciencia no lo descubriría. Agaché la vista hacia el suelo un instante,
observé un sobre medianamente grande tirado en él, su color blanco destacaba de los adoquines del suelo alrededor de la fuente, me acerqué y pude ver su inscripción.
-“Para Laura, de Javier”- leí.
¿Sería esa la sorpresa? ¿Sería una carta
de despedida? ¿Se habría marchado sin despedirse? El único modo que tenía de
saberlo era leyendo el contenido del sobre que sin lugar a dudas, era para mí.
Con las manos inquietas esperándome lo peor, abrí el sobre y encontré una nota.
-No te asustes, no es una despedida –logró
tranquilizarme bastante – yo diría que se trata de una cita para el futuro. Mi
sorpresa es imprevisible, igual que tu paseo en la lancha de ayer. Tú tenías la
ventaja de ver mi rostro, yo no puedo ver el tuyo aunque intento imaginármelo,
por eso espero que me digas si te ha gustado o no.
Ayer pensé mucho sobre nuestra conversación marítima, decidí buscar las
cuerdas de mi guitarra. Quién sabe, quizás haya encontrado una. Tal vez la que
esté más afinada y dé melodía a mis próximas notas. No te voy a decir donde
estoy porque en mi nota ya te lo he dicho sin querer, solo tienes que buscarme
te estaré esperando. Javier
Estaba emocionada a la vez que
enojada, la nota parecía una adivinanza y no tenía ni idea de donde comenzar a
buscarle, aunque el morbo de encontrarle me ayudaba a ser optimista. En el
fondo me gustaba el juego al que me estaba invitando, me entusiasmaba lo
imprevisible, lo no calculado, claro por mi parte, porque supongo que él lo
había planeado todo.
Dejé caer el peso de mi cuerpo sobre
mis piernas cansadas y me giré de frente a la fuente de la plaza, realmente
estaba más pensativa de lo común, tanto, que aunque estaba un poco rezagada me
adentré casi si darme cuenta en el juego que me proponía Javier. Arranqué la
maquina de mi cerebro buscando la opción correcta para iniciar su búsqueda.
Mientras tanto, mis pupilas se impregnaban de la belleza del agua subiendo y
dejándose caer por la fuerza de la gravedad, observaba como los niños lanzaban
al fondo de la fuente frutos secos, solo esperaban la demanda de algún
pajarillo optimista que salía cada día a la aventura buscando el único objetivo
de alimentarse. Hoy al igual que esos pajarillos, no podía saber lo que el
destino me tendría guardado para poder alimentar mi ego.
Por un momento volví a la realidad,
me di cuenta que estaba demasiado entregada a las vistas que la naturaleza me
estaba ofreciendo, estaba descuidando la búsqueda de Javier, el sentido por el
cuál me encontraba allí en aquel momento, centré mi pensamiento en el contenido
del sobre que me había escrito y pensé en su nota, decía que había encontrado
una cuerda de la guitarra de su vida, de la guitarra de su sentido para
existir, la más afinada, la que daría melodía a sus próximas notas.
-¿Cuál sería?
Repasaba una y otra vez mi mente sin
encontrar nada, de pronto se me ocurrió ¿Qué tendría que ver el agua en todo
esto? ¿Por qué me había citado Javier en la fuente de la plaza? Estaba segura
que el agua era una pieza clave en este juego, pero ….¿hasta qué punto?
Recordé que lo único que relacionaba
el agua con Javier y conmigo, era el mar, lo único que habíamos compartido
juntos, era la fuerza y la vitalidad del mar, eso me llevó a pensar en nuestro
naufragio del día anterior. Mi sentido común me arrastró a la playa. Allí
estaba, sentado en la arena fina, con la mirada perdida en el horizonte que
delimitaba el azul oscuro del mar con la claridad del cielo, estaba sonriendo.
-¡Javier!, pensé que no te encontraría.
-Yo confiaba en que lo harías, sé lo que significa para ti la fuerza del
universo, imaginé que pensarías antes en el mar que un vaso de agua.
Le sonreí con entusiasmo, estaba
mucho más relajada que al principio, había descubierto mi juego, había resuelto
mi adivinanza, cosa que no me imaginaba.
Eso hizo que conociese un poco más
mis posibilidades como persona y como ser humano.
-Bien Javier. ¿Cuál es esa famosa cuerda que dices haber encontrado?
-No lo sé aún, pero ésa es mi sorpresa, me has de ayudar a encontrarla.
-No entiendo nada. Más que darme una sorpresa parece que estás jugando
al escondite.
-Verás Laura, después de nuestra conversación marítima de ayer, siento
cosas extrañas, algo que no sé si antes lo he sentido o experimentado, solo sé
que si lo hice, debió ser hace mucho tiempo, tanto que mi ser no lo recordaba,
por eso siento que es la primera vez que me pasa.
-¿Qué es?
-Me siento realmente animado, con ganas de hacer cosas. Es como si el
miedo a la novedad, a dejar mis hábitos y costumbres hubiese sido suplantado
por el entusiasmo que siento a ver, oír, a sentir cosas y emociones nuevas.
Miles de actividades y opciones azotan mi mente desde ayer como si fuesen
diapositivas en mi cabeza. Imagino situaciones como aprender a montar a Niebla
y si cierro los ojos puedo sentir su paso lento, si los vuelvo a cerrar aún con
más intensidad, puedo sentirla galopando. Miro mi mente y me veo como un jinete
estupendo, contento, feliz.
-¿Qué tiene eso de malo, Javier?
-Nada, al contrario, ¿te das cuenta Laura? Yo ni siquiera sé montar.
Creo que si tuviese que llevar a Niebla de reata de su ronzal me daría pánico,
sin embargo en mi imaginación traspaso esos miedos y voy a más, llego al máximo
de lo que ayer ni siquiera me planteaba. No sé como definir estas sensaciones
que me invaden pero me siento bien, por eso sé que ha de ser algo importante.
-Javier no es nada extraño, es algo tan sencillo como que estás
ILUSIONADO, has recuperado y reciclado tu ilusión de esa papelera en la que lo
habías desechado, la cuál te negabas a abrir tras los acontecimientos que has
vivido y que forman parte de tu pasado.
-¿Ilusionado? Me gusta esa palabra. En efecto Laura, encontré la primera cuerda de mi guitarra y aquí
junto al mar la bautizaremos, se llamará “ILUSION”.
La ilusión que había perdido y que gracias a ti he vuelto a recuperar, gracias
Laura.
Era cierto, Javier me había
sorprendido, era nuestra primera charla y había surgido efecto, yo que nunca
había ayudado a nadie psicológicamente hablando, había devuelto la ilusión de
vivir a un hombre que lo creía todo perdido, más que una sorpresa, era una
posibilidad a fortalecer mi autoestima.
-Bien Javier, desde hoy has de comprometerte a utilizar esa ilusión para
encontrar las otras cinco cuerdas restantes de la guitarra de tu vida.
-Acepto – me confesó con un brillo procedente de sus ojos que no se
parecía en nada a la tristeza de los primeros días de su regreso.
Pasaron algunas semanas y Javier
irradiaba una alegría con cierto aire de prudencia. Compartimos muchas cosas,
él me avanzaba como era la capital que yo nunca había conocido y yo le enseñaba
lo poco que sabía del pueblo, además de enseñarle a montar a Niebla. Al
principio temeroso de caer o lastimarla, pero poco a poco mi potranca se
convirtió en su amiga, bueno en realidad ya lo eran. Desde que Javier la
convirtió en su confidente Niebla le tenía un apego especial. Para mí Niebla no
era un animal, sino un ser humano que se exigía mucho menos que nosotros y que
a su modo, aunque solo fuese comiendo heno, paja o cabalgando portándome en su
lomo a mí o a cualquiera, se sentía realizada y feliz. Siempre he pensado que
los animales son más inteligentes que nosotros, su mente es más simple, más
reducida.
En definitiva la llegada de Javier
había sido para todos un regalo, un ejemplo de superación, un motivo de
estimulación en la necesidad de querer ayudarle, cada uno le aportaba lo que
buenamente podía y era capaz.
Papá sus consejos y su experiencia
como hombre, él también había perdido el amor de mamá y había aprendido a vivir
con su recuerdo. Nana se lo camelaba por el estomago. Hasta un simple vaso de
agua en manos de Nana sabía especial, también le contaba sus cuentos que eran
bastante sabios. Al mes de haber llegado a la casa más o menos, Nana lo cogió
por banda una tarde soleada, se encontraba solo en el salón de casa, quería
contarle el cuento de “La túnica”
Había una vez un padre que perdió a
su hijo tras un fatídico accidente de motocicleta. El joven era atraído por la
velocidad. Éste como todos los demás, era uno más que desafortunadamente
llevaba el casco desabrochado. Aquel día sobrepasó la velocidad aconsejada, el
casco voló al otro lado del arcén tras el impacto sufrido con un camión era de
transportes pesados.
El chaval de apenas 18 años se
empotró contra el camión, el precio del accidente fue la vida del adolescente
que comenzaba a vivir. Su padre estaba desolado, lloraba de día y de noche su
pérdida, según él y mi punto de vista, era una perdida irreparable.
Sabía muchas cosas sobre la vida,
pero sobre la muerte todo lo desconocía, en realidad todos lo desconocemos,
solo podemos dejar volar nuestra imaginación. Era precisamente esa falta de
información sobre donde estaría su hijo lo que inquietaba al hombre.
Tras un mes desesperado y sin saber
el paradero de su hijo, decidió salir a buscarle, aunque para eso tuviese que
sacrificar su vida, la cuál estaba careciendo de sentido e importancia para él.
El hombre cogió su coche sin parar de
llorar y preocupado por no saber donde y como estaría su hijo, quiso saber si
estaba solo o acompañado, si comía o carecía de apetito. Decidió ir tras él y
en la primera curva que se topó, pisó el acelerador con la intención de no
girar el volante, el coche dio seis volteretas por un cantón de tierra, los
cristales crujieron y el chasis del vehículo quedó siniestro total, el hombre
ingreso en la UVI con las mínimas esperanzas para poder sobrevivir. Estaba en
el camino que deseó escoger, el sendero que lo guió a la muerte, el único que
lo conduciría al cielo, su nueva vida.
Por un momento logró ver las puertas
del cielo casi nítidas en su retina, aunque aún mantenía un pié en la tierra.
Al llegar a las puertas del cielo
llamó desesperado, su intención era tener noticias de su hijo, San Pedro se
apresuró para abrirle las puertas.
-
¿Qué
pasa buen hombre? Le noto angustiado, ¿puedo ayudarle en algo? – preguntó San
Pedro.
-
Verá,
mi hijo murió hace un mes aproximadamente, me preocupa mucho dónde y cómo pueda
encontrarse.
-
No
se preocupe, su hijo está bien, no se quién es pero todo el que llega a la casa
de Dios, está bien, descansa para la eternidad sin que nada pueda perturbarle y
supongo que su hijo también estará descansando.
-
Quiero
verle por favor, le prometo que después me marcho, pero quiero verle.
San Pedro sintió tal pena por el
pobre hombre, había arriesgado su vida para viajar a la eternidad, su única
meta era ver a su hijo. De modo que le dejó pasar.
Había una alfombra infinita de
pétalos de rosas rojas y blancas, un cristal los separaba del pasillo, todo
aquel que encontraba a su paso iba vestido con túnica blanca y nítida, no había
paredes, solo un pasillo infinito y blanco que lo dirigía hacia algún lugar que
aún no sabía. A los lados solo podía observar nubes formando acogedores
asientos de algodón, el aroma era parecido al del incienso. El hombre continuó
avanzando por el pasillo junto a San Pedro, horas y horas hasta llegar al salón
donde vivían todos los chicos que habían perdido su vida a temprana edad.
El hombre se posó junto a la puerta,
vio un sin fin de adolescentes desfilando con atuendos blancos, y solo unos
pocos con atuendo negro. El color blanco representaba la tranquilidad espiritual, la
paz y el sosiego que todos habían encontrado al morir.
-
¿y
mi hijo?, ¿Dónde está mi hijo?, no le veo.
-
Cálmese
buen hombre, su hijo también se halla entre ellos.
El hombre esperó impaciente hasta que
por fin pudo ver a su hijo, iba vestido con túnica hasta los pies como los
demás adolescentes, la única diferencia es que su túnica era negra.
¡Hijo mío! Gritaba su padre a través del
cristal que lo separaba de el, pero no era escuchado…
-¿Cómo lo tratáis? ¿Comes bien?
San Pedro al ver la angustia del
hombre, contesto a las preguntas que el hijo no pudo escuchar.
-
Está
bien, todos son amigos entre ellos, y disfruta de infinidad de tiempo libre
mientras busca el camino a la eternidad. No se preocupe por el.
El padre se tranquilizó mucho al ver
que su hijo estaba bien, aunque se sorprendió bastante al ver que su túnica era
negra.
-
¿Por
qué no viste como los demás?
-
Todavía
alguien llora su partida como el primer día a pesar del tiempo que hace de su
muerte, no lo deja encontrar el camino hacia la eternidad, por eso vaga por los
pasillos del cielo, esperando que el dolor de su perdida sea superado. ¡No
llore mas por el!
La habitación de la UVI estaba sola y
vacía, el hombre se recuperó hasta tal punto que pudo abrir los ojos, pensó que
había soñado ver a su hijo, tocó sus ojos y al ver que estaban mojados por el
llanto, los secó con sus manos. Se prometió a si mismo y al recuerdo de su hijo
que nunca más le recordaría llorando, quería concederle la dicha y la
tranquilidad que todos los demás tenían, quería que encontrara el camino hacia
el descanso eterno.
Niebla intentaba ayudarle
escuchándole, siempre estaba dispuesta a dedicarle el tiempo que fuese
necesario, siempre lo escuchaba sin preguntas, sin porqués, sin reproches. Y
yo, yo no sé si lo ayudaba tanto como ellos, lo que si sé es que lo hacía de un
modo distinto, intentaba mostrarle mi interior, mi forma de ver la vida, mi sensibilidad
hacia la naturaleza, mi forma de demostrarle mi cariño, mi estima, mi afecto y
mis sentimientos, aunque es cierto que muchos de esos sentimientos, sobre todo
hacía él, prefería guardármelos. Era mi primo y me estaba dando cuenta que mi
pensamiento siempre salía en su búsqueda sin motivo aparente, necesitaba
refugiarme en el recuerdo de los momentos vividos junto a él, a veces, tenía
que contener el impulso de darle un beso. Sus cualidades de hombre resaltaban
en mí mucho más que sus cualidades como persona, ya estaba segura, me estaba
enamorando de él. Quería pensar que serían nubecillas de verano como decía
Papá, que sería una ilusión pasajera, el resultado de haber compartido mi
soledad con la suya. Para darle menos importancia de la que desafortunadamente
le estaba dando, me repetía constantemente que era mi primo. Papá decía que no
se debían unir dos especies de la misma sangre, él era veterinario y nunca se
arriesgaba, decía que en el resultado de la unión el embrión estaba expuesto a
sufrir malformaciones, no era bueno unir sangres semejantes.
A mí me aterrorizaba la idea, pero al
fin y al cabo Javier era mi primo, no tenía un grado de afinidad tan grande al
mío, no era mi hermano, ni mi padre, ni siquiera mi tío, era mi primo. Eso me
tranquilizaba, aunque algo dentro de mí me decía que si por casualidad Javier
depositase su vista en mí como algo más de lo que era hasta el momento, cosa
que me parecía imposible, yo atravesaría cualquier oposición para defender mis
creencias y mis sentimientos por más ruines y obscenos que pareciesen.
Lo que no se puede negar en tu novela es la acción.
ResponderEliminarJamás se aquieta el desarrollo que va avanzando entre trama y trama que ligas además a la perfección.
Seguiré al tanto,aunque a decir verdad,a veces se me pasa porque no me salen todas tus actualizaciones.
Besos.
Es cierto que hay acción en mis palabras donde el espíritu de lucha constante sobresale, en Javier para salir del dolor que lo asfixia, en Laura la lucha constante por convertirse en su apoyo mientras se aventura a caminos desconocidos.
EliminarEspero que vuelvas semanalmente aunque no te salgan mis actualizaciones, jejej
Besos
Sigo enganchada con tu linda historia. No me sorprenderia que javier se enamore de laura. Veremos....
ResponderEliminarQuerida Marilyn, creo que Laura ya esta enamorada de Javier hasta la médula.jejej
EliminarDeseo que lo veas, gracias por volver a mi blog, Amparo
Hola Amparo. La lucha de Laura entre sus sentimientos y conocimientos. Me llego la historia de padre-hijo. Haces crecer la intriga
ResponderEliminarHasta el proximo
Un abrazo
Hola Lapislazuli, la lucha de Laura es interminable, pero aún así sigue, continua sin detenerse pues su entusiasmo por conseguirlo no la deja.
EliminarEs increíble como algunas historias pasan a ser realidad.
Un abrazo
Amparo
ResponderEliminarVas dando secuencias interesantes a la trama, mucha sensibilidd, imaginación y movimiento se entrecruzan.
Me encanta leerte. Ya estoy esperando el siguiente capítulo.
Vaya que somos exigentes.....
Fuerte abrazo de sábado y buona domenica!
Querida Genessis, me seguidora fiel y leal, me alegra que sigas embriagada por mi escritura, me anima a continuar entrecruzando sentimientos y poniendo sensibilidad en la trama de esta novela.
EliminarTendrás el próximo capitulo la semana que viene, me encanta que seáis exigentes, jejje
Feliz domingo, besos.
Un gusto leerte Amparo, El cuento de la túnica me ha parecido excelente.
ResponderEliminarBuen domingo
Gracias por leerme Rosa y por seguir disfrutando, el cuento de la túnica es especial.
EliminarBuen domingo, Besos
Me encanta leerte, Amparo. Te felicito por tan magistral forma de escribir. La encuentro muy interesante y muy reflexiva.
ResponderEliminarTe seguiré en el próximo capítulo.
Besos. Rosa.
Me encanta que me leas Rosa Mª. Gracias por tus felicitaciones realzan mi autoestima.
EliminarTe espero en el próximo capítulo.
Besos, Amparo
Hola Amparo:
ResponderEliminarMientras la relación - esperable por cierto - entre Laura y Javier avanza al tiempo de un adaggio. Vemos un cambio en Javier que se anima para vivir nuevamente con entusiasmo.
Ahora bien. Te contaré algo que deseo que tomes como una casualidad, tranquilizandote a la vez sobre lo que yo siento. El relato de "La tunica" Me hizo detener varias veces la lectura al no poder continuarla. Hace cinco años mi único hijo varón se estrelló en una moto a alta velocidad y justamente contra un camión. Murió en el acto. Demás esta decirte que aún sigo recorriendo pasillos blancos. hoy ya a la distancia en el tiempo, hasta me animo a escribirte estas palabras.
Tu no podías saber al escribir el relato que alguien que te sigue te leería afectado y yo no sabía que me enfrentaría a ese relato como para evitarlo. Pero bueno dejé pasar unas horas antes de regresar a tu blog para comentarte.
No deseo que te sientas molesta por esto, al contrario, es una muestra de que a veces lo que se escribe es tan real como la vida misma. Te lo hago notar como estímulo al camino que has emprendido y que tan bien andas
Besos
Querido Daniel, efectivamente la relación entre Laura y Javier era de esperar, esperemos que el cambio de Javier los lleve por senderos paralelos.
EliminarGracias por tu fidelidad y confianza depositada en mi, jamás imagine que tocara de cerca, es una de la veces donde siento haber hacertado.
Gracias por volver y comentar y por alimentar mis ganas de escribir.
Un beso muy pero que muy fuerte, de tu amiga Amparo.
Hola Amparo!!
ResponderEliminarPermíteme un inciso antes de comentarte,pues he leído el comentario de nuestro amigo Daniel y me he quedado así...no sé como decirlo"tocada",pues aunque sabía de la muerte de su hijo,no sabía las circunstancias y pienso en cómo se habrá sentido al leer esa parte de tu historia y solo quiero darle un abrazo desde aquí mismo y...decirle que lo siento mucho,que no había dicho nada antes,porque es algo muy delicado y que se lo leí en un comentario en el blog de Humberto,pero ahora tengo la necesidad de darle mi pésame y todo mi cariño,por todo lo que ha pasado en su vida y querido Daniel tú sabes que tu hijo estará bien donde se encuentre y que tienes un ángel que vela por ti.
Tienes mi cariño y mi amistad Daniel y un fuerte abrazo que siempre va a tu corazón!!!!
Perdona Amparo,pero me ha emocionado tanto su comentario que tenía que hablarle.
Y volviendo a tu relato veo que Laura cada vez más se acerca a Javier,en sus sentimientos y que le ayuda a encontrar esas cuerdas tan necesarias para vivir,es un buen apoyo para él,y haber encontrado la ilusión es un primer paso para volver a encontrar su vida.
Magnífico como lo relatas,ya me veía yo en la fuente,leyendo la nota...qué romántico!! encontrándoselo en la arena mirando el horizonte y sonriendo,esperándola...me quedo con esa imagen.
Un fuerte abrazo y no te sientas mal,vale!!
Te permito ese inciso Estrella, es mas creo que es necesario, me apena que le haya tocado a Daniel, le tengo un cariño especial, me permití escribirle un correo personal para expresarle lo que pienso y como me siento después de haber leído que esta historia le tocaba muy de cerca, seguro que tus palabras le han llegado de algún modo, igual que las mías, necesita de ese apoyo que le damos sin reservas desde la distancia. No tengo nada que perdonarte estrella, estoy encantada de que te hayas sincerado en mi blog y haberlo compartido conmigo, eso me demuestra que eres una persona de las que a mi me atrapan.
EliminarEn cuanto a Javier decirte que es un afortunado por haber podido reencontrarse con la ilusión que había perdido, solo así sentirá sus pisadas mas firmes y placenteras, gracias por meterte en la piel de mis personajes, ya ves, a veces hay mucha realidad dentro de ellos.
Gracias por tu fidelidad y por disfrutar de mis palabras.
Un abrazo tan intenso que te dure hasta el próximo, Amparo
¡Felicidades Amparo! va muy bien tu novela y esas relaciones como las de Javier y Laura, son más comunes de lo que podemos imaginar, mezcla de admiración y ocmplicidad que culminan en enamoramientos.
ResponderEliminarBesos, escritora!
p.d. No has pensado en quitar las palabras de verificación en los comentarios, dificultan comentarte. Piénsale no te sirven para nada y si estorban para quienes te seguimos.
Gracias por tu felicitación Sara, para mí es importante, es cierto que es común este tipo de relaciones aunque a veces no las vivamos tan cerca.
EliminarMe alegro que te hayas animado a volver a mi espacio y que hayas disfrutado de mi novela....te espero en el próximo capítulo.
Infinidad de Besos, Amparo.
PD; gracias por tu inciso en que quitara las palabras de verificación, no me di cuenta de que estaban activadas, es cierto que dificultan a mi tampoco me gustan, de hecho cuando visito algunos blog y hay que ponerlas para comentar me cabreo, jejej, en mi caso ya están quitadas, eso espero, jejej si no es así avísame de nuevo por favor, y gracias.
Javier y Laura ..... espero lleguen a buen puerto.... besitos Amparo muá :**
ResponderEliminarHola Patty, yo creo que si, que llegaran a buen puerto, cuando uno de sí todo lo que es y aprende a experimentar compartiendo, el desenlace debe de ser bueno.
EliminarTe espero en el próximo capítulo.
Besos, Amparo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Felicidades Amparo! La relación entre Laura y Javier era de esperar pero me da la sensación que en el momento que encuentre de nuevo su camino volara y muy alto, buscando nuevas ilusiones
ResponderEliminarEsa es la sensación que tengo
Bella hermosa y conmovedora historia
Un beso muy fuerte, de tu amiga Lola
Mis disculpa por no poder leerte tan a menudo como quisiera
Ya te echaba de menos Lola, gracias por tu felicitación, la recojo como mucha ilusión. Como bien dices la relación entre Laura y Javier apuntaba a algo más que esa admiración y esos recuerdos, tal vez tengas razón y cuando encuentre otra ilusión vuele sin Laura, pero tendremos que esperar a ver si Laura le deja escapar, jeje de cualquier modo lo importante es que se ilusione de nuevo, lo necesita mucho y de momento por Laura siente algo más que gratitud.
EliminarGracias amiga por volver, un beso enorme, Amparo
PD; en cuanto a tus disculpas por no poder venir tan a menudo como quisieras, me quedo con esas ganas de volver que tienes aunque no puedas hacerlo, eso es lo que mas me llena. Gracias por ilusionarte conmigo.
Amparo, ayer pasé la tarde disfrutando de tu novela y leí los cuatro capítulos de un tiròn, en verdad quedé enganchada, te felicito. Esperaré la continuaciòn!
ResponderEliminarBesitos,
Hola Soñadora, me siento privilegiada por haber invadido una tarde de tu vida entre mis palabras y pensamientos, me halaga tu entusiasmo por leerme hasta tal punto de leerte los cuatro capítulos que llevo seguidos, gracias por enredarte conmigo en esta aventura que espero sigas disfrutando como ahora..
EliminarTe espero.
Un abrazo, Amparo
Vaya, gracias por dejar tus huella en mi blog, no me esperaba, bueno es un gusto estar aqui en tu espacio, ya puedo decirte que eres una excelente escritora.
ResponderEliminarun abrazo y miles de miles, desde Perú.
Gracias por tu valoración nada más llegar Junior, espero que a lo largo de tus visitas sigas pensando lo mismo, jejje
EliminarUn abrazo vuela hacia Perú
Amparo
ResponderEliminarAgradezco me trajeras de la mano a tu espacio, me siento satisfecha de poder leerte, ha sido un placer y por aquí estaré a buscar la continuidad.
Besos Amparo
Gracias por tu llegada a mi espacio, Ameny, estoy encantada de que tu primera impresión active tus ganas de continuar entre mis pensamientos, tendrás esa continuidad, te espero.
EliminarBesos Amparo
Acabo de llegar y la novela pinta muy bien, sobre todo el suspense, que se mece entre ellos. Enhorabuena
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Bienvenido a mi espacio Fus, gracias por enredarte en esa suspense que te permite adentrarte en la trama de la novela. Espero verte en próximos capítulos.
EliminarUn fuerte saludo, Amparo
Esperando continuidad a esta novela adictiva, te lo juro!
ResponderEliminarSaludoss!!
Bienvenida de nuevo Gloria, veo que a pesar de no formar parte de mis seguidores me sigues de incógnito, jeje
EliminarTendrás esa continuidad, espero que te enganche tanto como hasta ahora, será la garantía de que vuelvas.
Un abrazo, Amparo
Que lindo cuento, el cual recordándolo le ayudara a Javier estar cada día mejor.
ResponderEliminarMe gusto este capitulo.
Un abrazo.
Me ja encantado la historia del padre y su hijo. Hay que recordar a las persona con alegría y no con llanto. Lo que tiene que hacer Javier. Besos
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