La
orilla estaba cubierta por restos del presente, un presente que había parecido
detenerse en el sueño de aquella Grumete encallada en su destino.
La
tormenta no solo había devastado la costa, sino el día a día que el Capitán y
la grumete compartían hasta el momento.
Los
primeros rayos del sol de la mañana, agudizaban el marco sombrío que acariciaba
la marea, mientras la luz de aquel faro esperanzador, se había extinguido en la
luz del nuevo día que acababa de comenzar.
Una
ola certera con más fuerza que las demás, sacó a la muchacha de aquel sueño perdido.
Al
abrir los ojos a la realidad la angustia por el paradero del Capitán seguía
invadiendo sus sentidos.
Observó
el lugar y la costa impactada por los efectos devastadores de la tormenta,
buscó desesperadamente la luz de aquel faro de nuevo, pero no la halló.
Fue
entonces cuando miró el horizonte del mar y mantuvo un dialogo interior con la
profundidad de sus pensamientos tan nítidos como el agua del mar, y en ese
instante supo que el Capitán no estaba allí, algo le decía que había corrido la
misma suerte que ella.
Aunque le daba miedo, pensaba que el verdadero secreto
del mundo, de la vida, es que todas las cosas subsisten y no mueren, tan solo
se retiran, desaparecen de nuestra vista para regresar más tarde en otra forma.
¡Quizás nada muere Capitán! – gritó en silencio a su
soledad.
Tal vez el alma del Capitán había naufragado para
navegar en un barco de la vida nuevo – pensaba en solitario.
Sin embargo ella sabía que volvería a verle, en
aquella isla o en otra, en aquel viaje de vida o en algún viaje eterno, pero
sabía que volvería a encontrarle.
Estaba situada en su presente, quizás era una de las
pocas veces que lo había logrado. Sabía que si no vivimos el presente al máximo,
en un abrir y cerrar de ojos se nos habrá ido. La vida lo engulle a cada momento
como el agua del mar engulló aquel barco.
Habremos perdido sus sensaciones, su exquisitez, su
belleza, su esplendor, sentiremos que ha transcurrido a toda velocidad, sin
oportunidad de ver las mismas costas, de oler la misma brisa, de escuchar las
mismas olas, ni perdernos en el mismo horizonte.
Hay cosas que se pueden perder en un naufragio y que
no son importantes, más bien, nos han sido útiles mientras navegábamos, pero
ahora podemos pasar sin ellas. Pero hay cosas importantes y que no perdemos
aunque nos vallamos al carajo, de una manera u otra su Capitán no iba a salir
de su vida.
Se levantó y comenzó a caminar, en la costa encontró
una botella envuelta entre arena y algas que no dejaba ver su color, tan solo
un tapón de corcho asomaba tímidamente, como gritando desesperado, la grumete
no se lo pensó un momento, flexionó sus rodillas y la cogió quitando suavemente
toda la arena que impedían verla claramente, se parecía mucho a la que el
Capitán tiró aquel día en el barco, suceso que la intrigó tanto, que se atrevió
a quitarle el corcho, y efectivamente, dentro había un trozo de papel con la
esperanza de ser leído, lo sacó y respiro profundamente antes de recibir el
mensaje que alguien dejó en manos del mar para que lo entregase.
“Cuando te
sientas perdido y no tengas mapa, ni brújula, confía en las estrellas, ellas te
guiaran”
La grumete miró ese cielo azul sabiendo que esas
estrellas a las que el mensaje se referían, estaban ahí, esperando la noche
para hacerse vistas, y eso la tranquilizaba.
Mientras seguía caminando, encontró un remo comido por
el agua y el sol, miró dentro de sí encontrándose de frente con su corazón, un
remo deteriorado con el naufragio pero capaz de avanzar con fuerza y determinación.
El sol apretaba sin compasión, la sed y el hambre se
hacían de notar en el cuerpo de aquella muchacha, agotada de andar en aquella
playa que parecía no tener fin, se sentó mirando de nuevo al mar, al cual no
reprochaba nada, pero al que pedía respuestas que esperaba en un futuro no muy
lejano.
Se confirmaba a sí misma, que todo lo que ocurre tiene
un porqué, un antes y un después, aquel cansancio no había sido casual, sino
necesario.
Junto a ella, estaba el cuaderno de a bordo del Capitán,
había sobrevivido al naufragio, con sus hojas mojadas, ansioso por ser
descubierto.
Una vez más, la grumete abrió aquel cuaderno, era una
forma de reencontrarse con el Capitán, (no importa el tiempo y la distancia si
nuestro corazón permanece intacto), ojeó dos páginas y pasándolas muy
cuidadosamente para que no que rompiesen por la humedad, intentó leer entre la
tinta borrosa, un poema de su Capitán.
La narración me resulta de muy buen gusto, amiga, muy amena.
ResponderEliminarBeso
Gracias José, disculpa este tiempo de ausencia pero no pude dedicar el tiempo que necesitaba a esto que me gusta.
EliminarBesos por seguir ahi
A ver si aparece el poema en el próximo capítulo, será interesante saber esa parte sensible del capitán... ¿no?
ResponderEliminarBesos!
Aparecera ese poema muy pronto mi querida Sara, será interesante descubrirlo y saber que sigues cerca de mis palabras.
EliminarBesos por tu fidelidad y cariño
Me gustaría saber como es el poema del capitán. Enhorabuena por tu narraciòn.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Por supuesto que conocerás ese poema, os lo debo a todos mis fieles seguidores.
EliminarGracias por seguir ahí
Que bien escribes!! Haces que el lector se compenetre con la narración. Te felicito. Quedo a la espera del próximo capitulo.
ResponderEliminarun abraxo!!
Que gusto leer tus comentarios querida Marilyn, haces que mis ganas de escribir realcen mi autoestima.Pronto tendrás próximo capítulo.
EliminarHOLA AMPARO:
ResponderEliminarME GUSTA ESA MANERA DE SENTIR TUYA Y LA MANERA TAN ARMONIOSA COMO LA COMUNICAS AL MUNDO.
ESPERO EL DESENLACE DE ESTA LINDA HISTORIA,
RECIBE UN ABRAZO DE TU AMIGA, EVA MARGARITA
Eva gracias por seguir al otro lado de mis letras, yo también espero el desenlace de esta historia, es necesario para que las aguas vuelvan a su cauce.
EliminarAbrazos amiga
Y como será ese poema??? tomántico hablando del sol, la luna y las estrellas... ainsssss seguiré esperando a ver si el Capi aparece besos preciosa :*
ResponderEliminarAyyy Patty, tan soñadora y romantica como siempre, veremos que esconde ese poema, y que tanto tiene que ver en la vida del Capitán.
EliminarBesos fuertes
Puse tomántico .....jajajajajaj suspiro y todo ;)
ResponderEliminarjjajjajjjaja, te pusiste nerviosa
EliminarEs un relato con mucha potencialidad, creo sinceramente que tiene muchas posibilidades.
ResponderEliminarNo obstante, hay ciertas cosas que, desde mi ignorancia y solamente desde el punto de vista de un lector, me gustaría comentarte.
Pero antes, te ruego que me digas si prefieras que haga esta crítica (que pretende ser constructiva) mediante un correo personal.
Un abrazo
Gracias por tu comentario Ibso, y por ese punto de vista que ya recibi y conteste, como siempre es bueno saber lo malo para mejorar y lo bueno para continuar, siempre agradecida a tu tiempo, tus letras y tu presencia entre mis pensamientos.
EliminarUn abrazo
Y nos llevas de la mano mar adentro...
ResponderEliminarEste viaje tiene su encanto, sus episodios y sus letras que saben decir lo que sienten.
Muy hermoso leerte querida Amparo.
Abracitos.
Si Genesis, os llevo de la mano mar adentro, adentro de mis pensamientos en este mar de letras que nos une cada día más.
EliminarGracias por seguir ahí, abrazos.
Y, y, y, y?
ResponderEliminarnooooooooo
otra vez me quitas el plato a punto de probar bocado? =)
eso no se hace =(
ok, volveré por mas... como dijo una vez Amparo...
-te dejo la intriga para asegurarme que vuelvas! =)
Te deseo una linda semana
un cálido abrazo
Te sigo me agrada lo que escribis
ResponderEliminarun beso enorme carmen y te sigo
Muchísimas gracias Amparo por enseñarnos tu buen hacer en las letras. Me encanta cómo narras las cosas, y como acercas al lector y lo enganchas.
ResponderEliminarBesos. Rosa.
Capítulo intenso: un naufragio, una grumete salvada (Gracias a Dios), un cuaderno de poemas en tu recuerdo, pero... y el capitán...? que sucede con el Capitán, Amparo querida...?, tal vez ha pasado lo peor...?, volverá a tu novela el Capitán...?, o tal vez ha quedado sepultado en el mar...?. Amparo por favor, devela esa terrible incógnita muchacha. Dios te bendiga y te de el tiempo de escribir, aunque sólo sea un capítulo más... Que así sea querida amiga. Besos verdes para ti...!!!
ResponderEliminarFederico
Esa sensación que no la pierda, seguro lo vuelve a ver, es muy intensa la forma que tienes de relatar Amparo, siempre es un placer visitarte
ResponderEliminarBesos linda
Se te extraña linda, espero te encuentres bien
ResponderEliminarmis besos, te cuidas
Querida Amparo: Deseo que te encuentres muy bien y que tu ausencia sea solo por falta de tiempo. Te espero con un abrazo enorme cuando desees retomar tu blog o visitarme. Se te echa mucho de menos!!!
ResponderEliminarMuchos anises y besos.
Gracias Jose por pasar y quedarte, es un placer tenerte entre mis letras, pasare por tu espacio.
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