Gracias a un regalo estoy aquí, tras él, estabais vosotros

Hace unos días llegaba a los 100 seguidores, en mi cabecera dediqué unas palabras a todos vosotros que me acompañáis en esta andadura y a todos aquellos que aún no me acompañan, yo sé como muchos de vosotros habéis llegado hasta aquí, siguiendo mis pasos, por casualidad, por agradecimiento, por error, por curiosidad, algunos incluso a través de otros blog amigos, también sé que muchos se acercan tímidos sin dejar huellas, y otros dejan huellas a pesar de no acompañarme a menudo, pero a todos absolutamente a todos, tengo que agradecer el éxito personal de mi pequeño espacio, porque para mí lo tiene, estoy muy satisfecha y orgullosa de haber llegado hasta aquí, de estar con vosotros, pero ¿porqué escribo para vosotros? En el relato que a continuación os narro y que esta basado en hechos reales intentaré explicaros, mi llegada es tan mágica, como mágica es vuestra presencia y palabras en mi vida.

Muchos de vosotros ya terminaron su periodo de vacaciones, yo lo empiezo ahora, antes de dejaros con el relato quiero deciros, que a pesar de que estaré algunas semanas de septiembre ausente, vosotros siempre estaréis conmigo, esté donde esté.

Gracias a un regalo estoy aquí, tras él, estabais vosotros.

Aquella mañana era distinta, a pesar de que el día auguraba ser lo mismo, mi interior sentía una ilusión especial, mis ganas de salir a la calle y disfrutar de todo lo que me aguardaba me devoraban como leones hambrientos.

Cuando me disponía a salir de casa para ir a todos y a ningún lado, el teléfono me ensordecía con su inusual melodía mientras la llave de la cerradura estaba a punto de girar. Por un momento decidí girarla y hacer caso omiso a aquel sonido que me atraía bastante, mis ansias por encontrarme con el nuevo día eran demasiado fuertes, sin embargo mi curiosidad por saber quien se escondía detrás de aquella llamada era más fuerte aún.

Abrí la puerta lo más rápido que pude e intente descolgar el teléfono lo más rápido posible, mi madre era la voz que me hablaba y que me mostraba que tenía prisa por verme. Un instante después de colgar el teléfono, tenía claro que mi primer destino seria ir a verla.

Los días anteriores habían sido difíciles para mí, una serie de sueños me mortificaban y me inestabilizaban interiormente (están todos en entradas posteriores) mi madre estaba al tanto de todos ellos y de lo que habían supuesto en mi los días anteriores.

Al llegar a casa de mamá lo primero que recibí fue un beso en mi frente acompañado de un felicidades lleno de cariño, efectivamente era mi santo, aunque lo había olvidado por completo, ahora entendía porque mi día era diferente, claro esa es la explicación que encontraba hasta el momento, pues no sabía lo que ocurriría después.

Me sacó a dar una vuelta, mamá me llevo casi a hurtadillas hasta el mercado medieval del pueblo, estábamos en octubre y por esa fecha siempre nos visitan los títeres y puestos acompañados de los personajes que nos transportan al pasado, con sus gentiles melodías, alardeando de sus ademanes y dones que todos me parecían atractivos.

Cuando quise darme cuenta, el cielo estaba cubierto de bambalinas y banderas pequeñas que cruzaban de punta a punta de la calle, los personajes con ropas y harapos de época vagaban por las calles entre cánticos y bailes típicos de la fecha, mientras, nuestros oídos sucumbían por completo a tales encantos, de pronto paramos en uno de los puestos donde vendían pulseras, mamá me regaló el ojo de Fátima, los antepasados dicen que es bueno para el mal de ojo, pero tenía que ser regalado, así que yo regalé otro a mamá, idéntico.

Paseamos sin medir el tiempo durante un largo rato por aquel ambiente que a mí me encantaba y a mamá también, pasamos varias veces por un puesto cubierto por una cortina, en el frontal decía, Tarot, mamá es muy crédula de todo lo que concierne a ese mundo, y yo no es que no crea, solo que me creo solo lo que me interesa y no me hace daño.

Mamá me confesó que me había llevado para que entrará con ella, el regalo que quería hacerme era pagarme la visita para que me echaran las cartas, por un momento la música de aquellas flautas que minutos antes me hacían sonreír, se detuvo en mis tímpanos para que las palabras de mamá retumbasen. Yo no estaba segura. El recelo me hizo decirle que no, aunque en el fondo estaba deseando, mamá lo notó, y antes de que reaccionara ella ya estaba detrás de aquella cortina, esperándome, me sentí impotente al descubrir que ya no había marcha atrás, así que como si no hubiera otra salida, entré tras ella.

Tras la cortina, apenas una mesa con una pata coja cubierta por un tapete rojo con adornos dorados, tras ella, una mujer vestida con túnica y turbante que solo dejaba ver su rostro, no recuerdo como se llamaba, aunque sus ojos me quemaran por siempre. Se levantó a cerrar la cortina y allí comenzaron los minutos más intensos que viví durante días.

Comenzó a echarme las cartas y me dijo que pensara en el motivo de la visita. Yo no paraba de pensar en los sueños, organizaba en mi mente las situaciones que veía durante cada madrugada, revivía los lugares donde mi subconsciente me llevaba cada noche.

Por un momento paró de mover cartas y cogió un montón, puso tres cartas boca arriba y comenzó a hablar.

Me hablo de mis hijas, de mis inquietudes, de trabajo, de todo un poco, pero nada de los sueños, no paraba de sonreír picaronamente mientras me miraba fijamente, me intimidaba…. Entonces me dijo...

-¿A ti te gusta escribir verdad? – si, le contesté, pero no he venido por eso.

-¿A qué viniste entonces? – a hablarte de mis sueños.

-Ese es uno de tus sueños, me dijo.

-Pero no vengo a hablarte de cuando sueño despierta, sino de cuando sueño dormida – le contesté.

-Dormida nunca podrás realizar tus sueños, solo despierta podrás darles forma y color, solo así podrás hacerlos realidad.

- No me entiendes, dije acusándola tajantemente, me refiero a que últimamente tengo una serie de sueños que no me dejan tranquila ni de día ni de noche, que condicionan mi vida y me aterrorizan, en sueños veo gente que no conozco, gente del pasado, sin embargo mis hermanos, mis padres, yo, todos aparecemos físicamente idénticos al presente, me piden que hagan cosas, cosas que el resto no entienden, siento que me vigilan y no me dejan tranquila, siento que si no lo hago, no tendré paz. En algunos de mis sueños salen mis antepasados, una parte me anima a hacerlo, la otra me frena, vine a saber por qué.

La mujer me quitó un momento la vista de mis ojos, miro hacia la carta que había salido, era el Mago, me la dio en la mano y me dijo que la observara, después me pidió que le contara lo que veía.

- Veo un personaje frente a una mesa con varias herramientas, utensilios, en su mano posee como una vara, y su mirada esta girada – contesté.

- Ese personaje que acabas de ver eres tú, miras a tu entorno y eso te impide avanzar, tienes en tus manos el poder, frente a ti las herramientas que necesitas para triunfar en todo lo que te propongas, tu yo interno es fuerte y como tal debes sacarle partido, solo céntrate y mira hacia delante.

Cuando acabo de hablar, recogió las cartas, abrió la cortina y me pidió 5 euros por la visita. Por supuesto, mamá se adelantó a pagarlos, era mi regalo por mi santo.

Salí atónita, aún no encontraba esa respuesta pero sus palabras retumbaban en mí, mientras seguía andando por la calle, viendo la gente caminar y los personajes representando escenas de antaño, no escuchaba nada, tan solo sus palabras, minutos después mi madre se detuvo en otro puesto donde vendían de todo, en un pilla paginas de madera pude leer "Blo", no sé porqué, pero me quedé pensando en esa palabra, me tranquilizaba pensar en ella.

Justo ahí comencé a escuchar de nuevo la música de las flautas y los tambores de fondo, y no sé si por casualidad, todo aquel al que miraba sonreía, incluida mamá. Me lo tome como una señal, como un camino por el que debía continuar hasta encontrar lo que necesitaba en ese momento. Una respuesta que me sirviera.

Aquella mujer me había hablado de que me gustaba escribir, y de que solo podemos hacer realidad los sueños que coloreamos despiertos, mi próxima meta era descubrir que se escondía tras aquella palabra fortuita que para mí era una desconocida hasta el momento.

Llegue a casa con ansias de conectarme a la red, de averiguar todo sobre aquella palabra, sentía que era una de las herramientas del mago para hacer los sueños realidad sin necesidad de mirar a mi alrededor, sin detenerme en lo de los sueños que me habían inestabilizado, pero sí aprendiendo de ellos.

Me metí en google y puse blo, lo primero que me salió, fue blogger, decidí averiguar sobre esa palabreja que hasta entonces era una total desconocida para mí.

Descubrí que era como una carpeta donde podías guardar lo que quisieras y que gente que no conocías de nada tendrían acceso a ella, así pues decidí contar todo lo que sentía durante y después de esos sueños y meterlo en una carpeta para esa gente desconocida, para vosotros.

Tras buscar videos en youtube de cómo dar vida a mi blog, comencé  a  utilizar esas herramientas que tenía, mis ganas de escribir, la historia de mis sueños, la necesidad de contarlo, y un destino incierto como meta.

Sentía que aquella mujer tenía razón, contando todas mis sensaciones con esos sueños, sentía que me estaba liberando de ellos, ya no me intimidaban tanto y podía hablar de ellos con más normalidad, hasta que fueron desapareciendo de mi vida poco a poco... pasó el tiempo y ví como me escuchabais y os gustaba lo que os contaba, tenía una carpeta con mucha cabida para seguir rellenando, unos seguidores hambrientos de mis palabras, y una ilusión por hacer un sueño realidad, escribir pensamientos, publicar estados de ánimo, mis vivencias, mis sentimientos, compartir mis necesidades, descubrir que no solo mi forma de escribir gustaba a la gente cercana que me quieren, sino a gente hasta hace poco desconocida para mi que no tenian la obligación de halagarme ni animarme de no haberlo sentido así.

Así fue como decidí quedarme y colorear mi sueño a diario con vosotros y a pesar de que yo cojo el lápiz con gran entusiasmo y fuerza, vosotros ponéis el color que a mí me llena, el que me da vida y el que necesitaba.

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Gracias a ello hoy disfrutáis de mis palabras, gracias a ello hoy disfruto de vuestra presencia, de vuestro cariño, de vuestra constancia y generosidad conmigo.

Eternamente, GRACIAS A TODOS VOSOTROS (espero veros por aquí a mi regreso)