Nuestra balsa iba sin
prisa pero sin pausa, había pillado correndilla hacia el futuro, tal
parecía que quería recuperar todo el tiempo perdido en aquel
naufragio para ponerse al día no solo en vivencias, sino también en
recuerdos.
Tras nuestra primera noche
a merced del mar, en aquella masa de agua salada que guardaba mis
sensaciones ante las confesiones y la sinceridad de mi Capitán,
dependiendo de la inestabilidad de aquella balsa pero sabiendo que
era nuestra única opción, el horizonte nos recibía con los brazos
abiertos dejando como incógnita nuestro destino.
Así amaneció,con la
melodía de aquellas gaviotas y el cariño de aquellas olas que nos
mecían sin cansancio, acercándonos cada vez más a tierra firme y
al conocimiento de la vida de mi Capitán.
Mientras yo retenía en mi
mente lo que la tarde anterior me había desvelado mi Capitán sobre
aquel anciano misterioso, él perdía su mirada en el mar azulado que
nos rodeaba por todos lados, como tratando de buscar el norte, y yo
presentía que las coordenadas que mi Capitán buscaba, habían
desaparecido junto a Rosita, mi intrépida seguridad me animaba a
preguntar a mi Capitán el desenlace de aquella historia de amor que
cuajo en el mar, así rompí sus tranquilos pensamientos perdidos.
- ¿Volviste a verla? -
pregunté intuyendo que sabía a quién me refería, o tal vez fue la
certeza de saber que él pensaba en ella, el caso es que acerté, mi
Capitán sabía que le preguntaba por aquella muchacha que conoció
en el Conde Biancamano.
- Cómo me conoces mi
querida Grumete, sabes que me gusta viajar en el tiempo y volver a lo
que me acelera el pulso.
Como ya sabes Grumete,
cuando el buque atracó en Barcelona me despedí de ella fugazmente,
ya que estaría en puerto unas horas antes de volver a Génova
(Italia), y aunque me despedí angustiado y con lágrimas en los ojos
que acompañaban las de Rosita, tenía previsto volver antes de que
saliera Rumbo a Italia, pero no llegué a tiempo.
Cuando regresé a casa de
mis tíos donde estaríamos hospedando nos durante mi viaje a España,
solo mi madre entendió mi angustia de ese momento.
Solo había una cosa que
me urgía, explicar a Rosita el porqué no pude despedirme de ella,
ella tenía que saber que yo estuve allí, que no llegué a tiempo,
que vi como ese buque la arrancaba de mi lado y que el miedo a no
verla más me arrastró por mucho tiempo, tal vez demasiado.
Tenía que dejarle claro
que hice todo lo posible por perderme de nuevo en sus ojos, por ver
su sonrisa y que mi alma se rompió cuando supe que ya no sería
posible.
Le prometí que volvería
a puerto para saludarla al menos con los brazos en alto, para verla
por última vez, tenía que informarla de porqué no pude cumplir mi
promesa.
Algo muy grande en mí se
rompió en aquel puerto, mi primo y yo estuvimos casi tres horas en
aquel puerto mientras el Conde Biancamano se volvía un punto
minúsculo en el mar con la proa hacia Italia. Por eso le escribí
una carta a la dirección de Italia que ella me había dado en el
buque, allí volqué mi corazón y la esperanza de que entendiera.
- Admiraba a mi Capitán,
su entereza para luchar por sus sentimientos, la constancia para
perseguir sus sueños, por más que el destino jugase su juego.
¿Y contestó? - pregunté
ansiosa por saber el desenlace.
- Por supuesto que
contestó, tres o cuatro día después recibí su carta, impregnada
con la misma angustia e impotencia que yo sentí en aquel momento, su
carta trataba de su espera en aquel buque, tan dolorosa como había
sido mi llegada tardía.
- No podía contener mis
lagrimas ante los golpes bajos del destino, a hurtadillas intentaba
agachar mi cabeza para que el Capitán no me viese mientras la misma
angustia seguía siendo la protagonista ante sus recuerdos.
- En su segunda carta, el
hermano de Rosita me obligaba a pedir su mano para poder seguir
carteando nos, y yo accedí, increíble anécdota que nos unía sin
miedos y sin impedimentos.
Y así tras conseguir el
permiso de su hermano se fueron sucediendo más cartas, incluso me
mandaba fotos que yo colocaba en mi escritorio, con el tiempo me doy
cuenta que nuestra relación es fría, y que no avanza, apenas tengo
unas letras suyas y una imagen congelada como congelados estaban
aquellos momentos fugaces a su lado.
Tenía que contener mis
ganas de abrazarla, los besos que tenía para ella se perdían entre
recuerdos que no podía renovar, imaginaba su sonrisa mientras
ansiaba volver a ver aquella mirada penetrante que borraba mis
esquemas, me recreaba una y otra vez en aquel único beso que me
había marcado, los sentimientos luchaban contra la impotencia de
quedarme anclado en mi pasado y así no podía vivir.
Después vino mi carrera y
el servicio militar, algo dentro de mí sabía que esto no podía
llegar a más, así llega el momento más trágico de mi vida y
decido despegarme de ella ignorando lo que siento.
Le escribí una carta de
despedida, inspirado en esa foto fría que aún tenía sobre mi
escritorio y que ya ni los recuerdos calentaban.
- !Increíble Capitán!
¿Como se puede sentir tanto en la distancia? - pregunté perpleja.
- Grumete, Cuando has
vivido algo positivo, cuando esas sensaciones te han marcado y
cambiado tu vida en lo más mínimo, la distancia lejos de olvidar,
te hace aferrarte a ellas con más fuerza, tal vez porque es lo único
que tienes, porque sueñas con esa posibilidad de un posible futuro,
o simplemente, porque no ha pasado por tu vida nada mejor hasta ese
preciso momento.
Eso era Rosita para mí,
alguien cuyo paso por mi vida había arrasado y edificado un mundo
nuevo, me había cambiado e incluso ilusionado soñando con un futuro
para los dos, a pesar de esa distancia me aferre a ella con todas mis
fuerzas, los recuerdos me quemaban por dentro, y mis sentimientos
crecían porque nunca antes había sentido algo así.
- ¿Cómo recibió tu
carta de despedida? ¿Respondió? - pregunté esperanzada, quería
ver la angustia de mi Capitán resuelta.
- Un momento de silencio
interrumpió nuestra conversación, él necesitaba su tiempo para
contestar, aún hacía mella en su vida – Supongo que no la recibió
muy bien - balbuceó.
- ¿Cómo es eso de que
supones mi Capitán? - no entendía.
- Porque no recibí
respuesta a mi carta de despedida – sentenció.
- ¿No contestó? ¿Tal
vez no la recibió? - dije esperanzada.
- No contesto Grumete, por
más que me duela es así, pude comprobar más tarde que
efectivamente ella había recibido esa carta.
Un año después una tía
suya viaja a Argentina y me entrega una carta de Rosita, de su puño
y letra, además me asegura que todos en Italia están consternados
por nuestra ruptura.
- Bueno al menos se
sinceró en esa carta, imagino que te pediría explicaciones por tu
ruptura, por esa carta de despedida. - mi ignorancia no tenía
límites.
- Te equivocas, no entendí
esa carta, a día de hoy no he podido hacerlo, bueno o tal vez sí,
en ella iba todo y nada.
La carta de Rosita estaba
vacía, me mandó con su tía un folio en blanco, arriba ponía mi
nombre “Federico”, abajo solo ponía el suyo “Rosita”, nada
más adornaba esa carta, excepto las huellas de las letras borrosas
enjugadas por las lágrimas que intuyo que Rosita derramó mientras
escribía nuestros nombres.
Dejó la carta en blanco,
para que yo la completase, para que intuyera los sentimientos de
rabia y desesperación que la habían llevado a derramar esas
lágrimas, dejó el desenlace de esa última oportunidad entre
nosotros dos a mi completa voluntad, en ella iba ese todo que jamás
pude completar y que deseaba a su lado cada día de mi vida, así
como en esa nada iba lo que quedo de nuestra relación fugaz y
maravillosa que me cambio la vida hasta el día de hoy.
- Lo siento Capitán –
dije consternada – jamás pensé que el desenlace de algo tan bello
podía ser tan cruel.
- Tranquila Grumete, he
aprendido en estos años que la felicidad no subsiste, sino que es
tan fugaz y volátil como el paso de Rosita por mi vida, la vida se
compone de pequeños momentos perdidos que juntos hacen palpitar
nuestro corazón, hay amores que prevalecen por años y jamás han
encontrado esa felicidad, sin embargo yo tuve la fortuna de sentirla
a pesar de lo breve del momento, y si te soy sincero, viví de esos
rescoldos durante años, esos recuerdos y ese sueño incumplido
siguen alimentando lo que sentí por Rosita.
No lo podía creer, mi
Capitán se había quedado anclado en el paso de Rosita por su vida,
con ella lo poco pero intenso de sus vivencias en aquel buque, y tras
ella esos sueños y esperanzas que quedaron tras el frio cristal de
esa foto que ya no tenía claro si permaneció en su escritorio o no,
aunque mi espíritu de aventurera pedía a gritos que la tuviese
guardada en el cajón del tiempo.
He leído muy lentamente tu introducción, volviendo atrás , releyéndote y queriéndote , haciéndome valorar de forma especial esa vela , la mía ¡Permíteme que me la adjudique así , porque la quiero!
ResponderEliminarCon cariño.
Besos
André
Adjudicada André, es para tí, te pertenece no solo por ser seguidor mio sino por ser mi amigo....Gracias!
Eliminari consider a magnific write and much talent y capacitation kisses andy
ResponderEliminarHola, ^_^ vengo de Adolescentealos28... donde ya me seguías, pero me he actualizado y me gustaría que continúes formando parte de todo, así que te invito a mi nueva casa, espero que te guste y te quedes ;)
ResponderEliminarVioletaPurpurina.blogspot.com
Bss de color Violeta...
Hace mucho de esta entrada. ¿Dónde te has metido?
ResponderEliminarBuenas noches te deseo una Feliz Navidad
ResponderEliminarHai, We are from team Teguh Team, want to share 3 a new artikel from deguh Blog - #NaraBlog
ResponderEliminar- Fiersa Besari Guncang SMAN 3 Pontianak
- Keseruan Festival Imlek dan Cap Go Meh 2019 serta Pesona Wisata Kota Singkawang
- Pontianak City Run Berlangsung Seru
Good to see you, i M. Teguh Budianto
Espero vuelvas
ResponderEliminarBuenas tardes !! Te deseo que tengas un feliz día
ResponderEliminarUn abrazo