Caminar es mejor que llegar

Aunque a veces el camino sea duro, tenebroso, incierto, no hay nada más placentero y gratificante que seguir caminando, pues la riqueza de todo camino reside ahí, en el día a día, paso a paso, puede que jamás lleguemos al final, o puede que si llegamos, nos encontremos que no hay nada de lo que esperábamos, sin embargo siempre nos quedarán esas pisadas, a veces firmes y otras asustadas, aquello que si hemos podido vivir y experimentar a diario y que forma parte del camino para llegar a nuestros sueños, a nosotros mismos.

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A MIS SEGUIDORES

Mis queridos seguidores, apenas hace unos meses empezaba este camino en solitario con la llama de la ilusión encendida, una llama ansiosa por gritar, por mantenerse, por iluminar de algún modo el camino de esa gente que aunque no conocía sabía que estaban ahí.
Un camino duro si lo ves como una meta para saltar a la luz literaria, pero si lo sientes como una vía de escape necesaria en tu día a día, que te hace evadirte de estrés siendo tu misma, es muy pero que muy gratificante, ya que la mayoría de la gente que se esconden tras esos avatares son increíbles personas.
Hoy quiero daros las gracias desde el corazón a todos y cada uno de mis seguidores, empezando por Marilyn a la cual tengo especial cariño, ella fue la primera en visitar mi espacio y en traerme esa sensación de que lo que escribes llega de algún modo, gusta, y que algunas veces esas vivencias que plasmo, son compartidas, mucho más de lo que imagino cuando escribo.
Gracias a todos esos que llegaron después y a los que aún no han llegado pero que están en camino.
Gracias a todos esos que me siguen en el anonimato y disfrutan no solo con seguir mi blog, sino con seguir mi vida y para los cuales se que soy y me siento importante.
Gracias a todos los que me comentan aunque no me sigan, a los que me siguen sin comentarme.
Jamás pensé llegar al impensable numero de 100 seguidores, no auguraba ni llegar a 20, sé que muchos de vosotros sabéis como me siento porque tenéis muchos más que yo, mi satisfacción no es por el número, sino porque detrás de de ese número estáis vosotros esperando lo que tengo que decir, viviendo lo que yo vivo, intentando comprenderme y conociéndome a través de mis palabras, lo más importante de todo, es que la mayoría de vosotros vais en la misma dirección que yo y valoráis ese cariño, esos detalles, esa constancia, esa necesidad y esa ilusión.

Así pues mi regalo de hoy para cada uno de vosotros es una pequeña vela que vosotros habéis ido encendiendo estos meses y habéis colocado en mi camino, una vela que mantenéis y que cada día sigue iluminando mis letras, mis pensamientos, esa ilusión que se acrecienta. GRACIAS A TODOS POR ENCENDER ESA LUZ EN MI CAMINO.

Algunos habéis llegado hasta aquí por casualidad, a otros os ha traído algún seguidor mio, otros os habéis sentido atraídos por mis palabras ya que yo os encontré primero.....pero eso da igual, lo importante es que estáis aquí, y me siento un poco en deuda con vosotros, por lo tanto en cuanto termine mi novela os contaré como llegué yo hasta vosotros, no quiero meter ninguna entrada entre medias.



Sé el primero de tus amigos

17 agosto, 2012

Acordes a tu lado ( Capítulo X )


Papá era muy complejo, cuando quedaba callado era motivo suficiente para preocuparse por sus posibles pensamientos al respecto, Javier y yo salimos de la consulta con la sensación de haber ganado la batalla, habíamos descargado la presión, el miedo que nos producía el hacer a papá participe de nuestros sentimientos en común, sabíamos que su silencio era su oposición si expresar pero igualmente la aceptábamos.
Conocía a papá más que a mí misma, sabía que su corazón estaba de acuerdo con mi felicidad, deseaba abrazarme con todas sus fuerzas para compartir mi felicidad, sin embargo sus principios no le dejaban disfrutarla conmigo.

Papá estuvo dos meses sin mediar palabra con nosotros a no ser que fuese extremadamente necesario, evitaba las miradas y las sonrisas, mientras tanto Javier y yo disfrutábamos nuestro amor delante de todo el mundo, y mucho más delante de él, queríamos que entendiera que merecía la pena para nosotros y que necesitábamos que mereciese  la pena para él.
Javier vino a vivir de nuevo a casa, su cuarto se situaba junto al mío, lo cuál nos tranquilizaba a la hora de dormir, a pesar de que ya habíamos estado juntos, papá no lo sabia, y no queríamos que se sintiera peor de lo que ya se sentía, por ahí jamás colaría papá, decidimos renunciar a compartir las noches, recuperábamos ese tiempo de día, sabíamos que estábamos cerca el uno del otro, la presencia de Javier me estaba facilitando la realización de muchos de mis sueños, era el portador de mi felicidad.
Al parecer Carla se había convertido en un recuerdo grato pero difícil de conservar. Javier no hablaba de ella aunque a veces necesitaba su espacio para estar en soledad. Yo lo respetaba sin necesidad de perturbarme, al fin y al cabo yo era su presente y ocuparía un gran puesto en su futuro, pretendíamos contraer matrimonio.
Mantuvimos casi 4 años de noviazgo en los que Javier se mostraba ilusionado, cariñoso, comprensivo, entusiasmado, y era bastante gentil, yo intentaba disfrutar al máximo de lo que me ofrecía su amor que para mí no era poco. El tiempo se propagaba más rápido que el sonido, mi corazón agolpaba recuerdos y momentos muy gratos compartidos junto a él, momentos en los que me hubiese gustado congelar el tiempo y emborracharme de esas sensaciones que me hacían sentir plenamente feliz.
Quedaban solo tres meses para la boda, supongo que papá comprobó que mi felicidad estaba junto a Javier, jamás me había visto tan ilusionada y feliz desde que mamá murió, por fin aceptado a Javier como su yerno olvidándose parcialmente que era su sobrino, le costó hacerse a la idea pero se trataba de la felicidad de su hija, lo único que le quedaba, de modo que no podía permitirse el lujo de perderlo por una oposición que no nos haría desistir de nuestro amor. Él sabía lo que era estar enamorado, tuvo la posibilidad de descubrirlo de la mano de mamá, sabía que en el corazón no se manda. No quería que su oposición enturbiara la felicidad que sentía.
Varias veces habíamos pensado en marcharnos de casa para iniciar nuestra propia vida, papá se negó, estaba claro que por ese aro no iba a colar, se negaba a renunciar a mí, de modo que decidimos quedarnos en agradecimiento al apoyo que finalmente nos manifestó. La casa era lo suficientemente grande para vivir todos, allí estaría Niebla, Nana, el mar, mi interior se negaba a renunciar a todo lo que siempre había tenido aunque si hubiese sido necesario lo hubiese hecho sin lugar a dudas.
Afortunadamente Javier se mostraba complaciente conmigo, velaba por mi bienestar, sabía que quedándome lo tendría. La boda fue lo más sencilla posible, se llevó a cabo al aire libre, junto al laurel del jardín que a mamá le encantaba, allí, en el vientre de mamá, había descubierto mis primeras caricias, había recibido el cariño maternal que me había sido arrebatado al nacer. Solo asistieron papá, Nana, y el papá de Javier como invitados de honor. El sacerdote que ofició la ceremonia era invitado primordial, y por supuesto nosotros. Niebla era invitada indirecta aunque bien recibida. El viento se encargó de divulgar a todos los alrededores el paso que estábamos dando, tras darnos el sí quiero recibimos la enhorabuena de todos los presentes, elevé mi vista al cielo y a pesar de que estaba limpio, que no había ninguna estrella que fuese alcanzada por mi vista, yo sabía que mamá estaba allí, observándonos, sonriéndonos. No podía percibir ninguna estrella porque la luz del sol las cubría, pero podía sentirla, podía imaginar su sonrisa, podía sentir su beso de felicidad al verme, recordé que papá salía al mar en busca de ella cuando quería sentirla más cerca, al fin y al cabo, el mar para mí era el reflejo del cielo, un cielo en el que ella se encontraba. Levanté mi vestido ligeramente por la parte delantera y me alejé en busca del mar, portaba el ramo de rosas frescas que me había acompañado durante el evento, lo besé y lo lancé tan lejos como pude, mi corazón le encargaba a las olas que se lo llevaran lo antes posible a mamá. Antes de darme la vuelta, mamá ya lo había recibido porque sentí como me abrazaba en silencio mientras mis lágrimas brotaban lentamente.
Celebramos el enlace en el salón de casa, debido a los pocos invitados era el sitio perfecto, fue algo sencillo aunque se prolongo toda la noche, al día siguiente comenzó nuestra luna de miel, nadie supo donde nos íbamos, excepto Niebla, sin duda lo intuía, aún así ella no podría hablar.
Pasamos dos semanas y media en el manantial, una tienda de campaña era nuestro nido de amor, la habíamos montado junto al agua, no habíamos podido escoger un sitio mejor. Allí nos habíamos reencontrado, nos habíamos dado la oportunidad que no estábamos dispuestos a desaprovechar. Creo que Nana sabía que no estábamos muy lejos porque le habíamos vaciado la despensa llevándonos las conservas que encontrábamos a nuestro paso, fueron dos semanas en las que tuvimos la oportunidad de agrandar lo que ya sentíamos, de conocernos más, de compartir sueños, de confiar, de desear y de admirar a la otra persona, pero sobre todo tiempo para hacer planes de futuro que aunque nuestro corazón quería vivirlo lentamente, nuestra mente no podía evitar hacer castillos en el aire. Nos dedicamos exclusivamente a hacernos felices, a pensar en cómo complacer al otro, a cumplir los objetivos del otro mirándonos desde nuestra propia piel.
Bastaron solo siete meses desde nuestra boda para plantearnos la posibilidad de tener un hijo/a, ambos deseábamos que nuestro amor diese los frutos de lo que ya no se podía expresar con palabras, a decir verdad yo estaba más ilusionada con la idea, a Javier le daba pánico volver a empezar de nuevo, no saber educarlo, no poder cuidarlo en un momento dado, yo sin embargo sentía más miedo a la hora de pensar en el parto, lo demás intentaba dejarlo en manos del tiempo.
Era normal que Javier contase con la desventaja de haber visto la paternidad de mano de su padre, desde que tenía uso de razón, el problema de su padre siempre le había afectado, quizás le había educado de forma que pensara que un hijo no es tan importante, sin embargo para mí, era lo principal.
Logré convencer a Javier de que lo nuestro sería diferente, no podía olvidar que había perdido el fruto de su amor con Carla, él sí había experimentado lo que era ser papá por un día, por unas horas, después lo había perdido todo.
Pasaron los meses, mientras tanto intentábamos decidir si tendríamos el bebé o no, queríamos llevar una vida normal aunque la conexión ente nosotros estaba empezando a fallar, discutíamos sin motivos aparentes, nos lo recriminábamos todo, la posibilidad de tener un bebé se estaba convirtiendo en un obstáculo entres los dos, el deterioro de nuestra relación junto con los intentos por quedarme embarazada hicieron que renunciásemos a la idea de ser papás.
A la semana siguiente mi ánimo era fatídico, no tenía ganas de nada, me mareaba el solo hecho de levantarme de la cama, los olores se acentuaban para mi olfato, Nana me llevó una taza de caldo caliente a la cama, según ella resucitaría a cualquiera, menos a mí claro, mis ansias de vomitar eran tan grandes que la boca se me hacía agua constantemente, Nana me propuso la idea de que tal vez estuviese embarazada, yo  descarté la idea de inmediato, llevaba casi siete meses intentándolo sin éxito alguno, ya habíamos desistido de la idea de ser padres, era imposible.
Nana insistió en que me hiciera un chequeo para salir de dudas, yo la complací con la certeza de que daría negativo.
Mi rostro se sorprendió al leer que el test de embarazo había dado positivo, no sabía como decírselo a Javier, él ya no quería tener ese bebé, aunque nuestras precauciones sexuales habían sido escasas últimamente me aterraba la idea de que pensase que no sería suyo.
No sé como me sentía exactamente, a veces creía que estaba contenta, de pronto descubría que estaba triste, los deseos de Javier eran órdenes para mí y él no quería tener bebés. Salí de la consulta para encontrarme con él, aguardaba en la sala de espera, no me dejó que le dijera nada, me dio un beso en los labios, su cara estaba rajada por una sonrisa sincera, ya lo sabía, aunque no sé como se pudo enterar. Fuese por el motivo que fuese me había ahorrado a mí el mal trago de decírselo, nunca pensé que se lo tomaría de ese modo.
A medida que pasaba el tiempo me sentía peor, para mí vomitar al levantarme era tan necesario como lavarme la cara o peinarme, mi cansancio se producía por cualquier motivo, por nada y por todo, perdí bastante peso del cuál no disponía, mi cuerpo iba tomando formas diversas, parecía que el bebé le soplaba a mi tripa consiguiendo inflar mi barriga como si de un globo se tratase. Javier estaba loco de contento, la experiencia le estaba durando más de un día y auguraba que finalmente disfrutaría del desenlace.
Javier cambió bastante pero para peor, estaba demasiado ocupado con el futuro bebé a pesar de que aún no le conocía, yo había pasado a un segundo plano en sus prioridades, el cariño que recibía era escaso, necesitaba mucho más, aunque no podía obligarle a que me lo diera, para que me sirviese tenía que salirle de forma natural, espontánea, desinteresada. Afortunadamente en todo ese tiempo no me faltó el apoyo y el cariño de mi Nana, se preocupaba tanto por mí que sentía que no necesitaba a nadie más a mi lado. Aunque yo echaba de menos a Javier.
Experimentaba sensaciones que no podía compartir con nadie, ni siquiera con mi Nana, eso me ponía triste, ahora entendía por qué mamá lo hacía con el laurel, pretendía que a mi bebé no le faltase cariño bajo ningún concepto, además de ofrecerle el mío le transmitía el que los demás me daban, incluido el de Nana.
Javier estaba tan metido en su burbuja que no se ocupaba del entorno que le rodeaba, cada vez que hablaba conmigo era para exigirme de algún modo que tenía que darle un hijo varón, según él era mejor que una niña, a mí me daba igual el planteamiento que le llevó a esa conclusión, yo sólo quería complacerle, hacerle feliz, quería que se sintiese orgulloso de él y de mí. Siempre le impuse que en el momento del parto estuviese a mi lado, quería que lo viviese al igual que yo, nunca me dijo que no, pero tampoco me confirmó que lo haría, no fue necesario, mientras dilataba no dejó de ponerme nerviosa ni un solo instante, tardé ocho horas, si para el fueron interminables, para mí eran el infinito. Nunca supimos lo que tendríamos, siempre que me practicaban una ecografía no se veía el sexo del bebé, lo cual nos llevó a mantener la esperanza de que fuera un niño hasta el último momento.
Cuando pensaba que carecía de fuerzas, cuando mi único deseo era abandonarme a la voluntad de Dios, la última contracción apareció en mi vida, los deseos de empujar que sentía mezclados con las ganas de ver a mi bebé hicieron posible su nacimiento, esa era la última de tantas y tantas horas de espera, mi bebé estaba en el mundo, la matrona lo apoyó de espaldas a mí, sobre mis piernas, no alcanzaba a verle bien, había nacido muy sucio, Javier que permanecía al lado mío no pudo evitar asomarse para saber el sexo.
   -¡Es una niña! – me afirmó.

La semana que viene (Capítulo XI)

37 comentarios:

  1. Bueno. finalmente llegó la hora no podía ser de otra manera. Cualquier otro resultado nos hubiera contrariado a quienes seguimos esta historia. En mi caso particular me gustan los relatos donde no cabe el "fueron felices y comieron perdices" Pero este tuyo es una excepción a la regla por su frescura y originalidad.
    Ya son tres en la nueva familia. Veremos que pasa

    Un ramo de besos para vos

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    1. Gracias Daniel por tu pronta visita de nuevo para seguir mi novela, aún no fueron felices del todo, habrá que esperar, tal vez sea uno de esos finales que te gustan. Ya son tres!!!

      Gracias por dar color a mi espacio y entregarte en tus comentarios, nos leemos.

      Un beso

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  2. Queridas Amparo y Laura:

    Las felicito a ambas (aunque si se trata de la misma personita, como creo, la felicitación es doble), y lo hago puesto que de ambas intuyo y pruebo la ternura que a ambas las adorna.

    Me alegra ser, Amparo querida, el autor del primer comentario del capítulo X de tu novela.

    Te mando un beso y el ruego que veas la respuesta que acabo de darte en mi blog "POEMAS"

    Un tierno beso, muchachita del alma

    Federico

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    1. Mi gran amigo Federico, haces bien en no saber que llamarme, pues a veces yo misma llego a confundirme, somos tan parecidas.
      Eres el segundo en comentar pero te diré que para mi el primero es aquel que estoy leyendo y ahora estoy contigo, por la tanto estas en cabeza. ja ja
      Leí tu respuesta en tu blog de poemas, y no solo la leí, sino que decidí adornar mi blog con ella y dar una oportunidad a esa gente que aun no te conocen.
      Gracias por dedicarme tan bellos poemas. Es un privilegio. Algo delicioso como tu dices!!

      Un beso enorme Federico.

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  3. Me parece un relato muy bien contado, sencillo y muy tierno.
    Un abrazo, Amparo.

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    1. Hola Ohma, me alegro de verte por aquí y sobre todo de que te guste lo que lees, en realidad es así, tan sencillo como la vida misma, no hay mejor base a la hora de escribir que las propias experiencias mientras de vez en cuando vuela la imaginación.

      Un abrazo y hasta el próximo.

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  4. Se precipitaron los acontecimientos, todo sobre rieles... gozándonos a la par de Javier y Laura. Ahora son tres vidas que engalarán los siguientes episodios.
    Qué insaciable....ahora que terminé de leerte Amparo, ya estoy a la espera del siguiente.
    Un abrazo wapa y
    que tengas un lindo finde....

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    1. Bienvenida de nuevo mi querida Genessis, se precipitaron los acontecimientos, estaban tan seguros de lo que sentían, que en el más mínimo empujón que la vida les ha dado se han tirado al vacío sin red, sin miedos.

      Tu apetito sobre mis letras es algo que me halaga pues incentivas mi ilusión por continuar.

      Un abrazo enorme, tuve un finde fantástico en familia, espero que tu semana este yendo sobre ruedas.

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  5. Hola Amparo este capitulo este lleno de ternura y tristeza, en la realidad siempre se entrecruzan.
    Muy bien relatado, habrá que esperar el próximo
    Un abrazo con mis felicitaciones

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    1. Hola Lapislazuli, este capitulo es especial, pues se enfrentan a todo con la mejor arma, sus sentimientos, sin importarles demasiado la opinión a pesar de que para ellos es importante, finalmente al resto solo le queda ceder y disfrutar de esto que sienten, algo tan fuerte que el mejor regalo de la vida ha sido sin duda esa niña, pero habrá que esperar....

      Un abrazo, y gracias por tus felicitaciones.

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  6. Y parecía que todo terminaba con el matrimonio...pero no, veo que es una historia con una linda trama.

    Hasta pronto, Amparo.

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    1. Siempre hay un después, solos o en compañía, y Laura me pidió a voces compartir un poquito de ese después con vosotros. Sabia que lo necesitabais.

      Hasta pronto Luna.

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  7. Hola Amparo!!
    Acabo de leer los dos últimos capítulos...y son increíblemente emocionantes, qué capacidad tienes para escribir esas sensaciones,esos sentimientos que siente Laura,esas dudas de Javier, su necesidad de sentirse en paz consigo mismo ante lo que siente por Laura,me han gustado mucho y por fin han dejado atrás sus dudas para enfrentarse a su vida en común, con el beneplácito de Nana(estaba claro) y de su padre, que prefiere ver a su hija feliz ante todo y ahora después de las dudas para ser padres por fin ha nacido una niña,jaja, se lo tomará Javier tan bien como cuando supo que estaba embarazada??
    Espero la siguiente entrega...aunque no pueda leerlo enseguida en cuánto tengo tiempo estoy aquí para meterme en tu historia de amor, un amor grande entre dos personas, salvando todos los obstáculos como debe ser ante su amor.

    Gracias cariño por tu comentario y por estar ahí!!
    Y gracias por esa luz que nos das,gracias a ti por hacerla realidad, pues sin ti habría una llama apagada,te mereces todos esos seguidores y más, aunque como dices (soy de la misma opinión) no importa la cantidad,lo importante es la calidad humana de quienes nos leen y de eso no tengo ninguna duda.

    Un fuerte abrazo guapísima!!!!

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    1. Querida Estrella!! gracias por tus palabras, me tratas como una escritora de verdad y eso hace que me lo crea al menos mientras leo tus palabras, me gratifican mucho de verdad, emocionante son tus comentarios que los llenas de sentimientos y sinceridad y te entregas absolutamente, eso es lo más importante y lo que nos acerca cada día mas. No sabemos como se lo tomara, pero que pasará con Laura???
      Mi entrada te estará esperando con la misma ilusión que el primer día, gritándote en mis palabras y gozando de ver como lo vives.

      Sin duda vosotros encendéis esa luz en mi camino, yo simplemente intento mantenerla lo mejor que puedo, de la única forma que se, siendo yo misma.

      Un fuerte abrazo mi querida amiga.

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  8. Amparo, sigo totalmente interesada en esta novela que haces que en cada momento se lea con mayor detenimiento. Te felicito, pues es una buenísima novela.
    Besos. Rosa.

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    1. Gracias Rosa por permanecer agarradita a mis sentimientos, por enredarte en las vidas de Laura y Javier y por vivir con emoción cada momento de sus vidas.

      Gracias por estar aquí, gracias por ser parte de mi entrada, pues con tu comentario contribuyes a que mis palabras tomen forma.

      Besos, Amparo

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  9. Un bonito capítulo :) casados, y con una pequeña. Muy emotivo el gesto del ramo, me ha encantado. Umm.. ¿que nombre pondrán a la niña? ¿Como su abuela quizá?. :)

    Habrá que esperar a la próxima semana.. ;)

    Un beso Amparo, buen fin de semana.

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    1. Gracias Oscar, a ver cuanto dura la felicidad, nada es eterno así que esperemos que puedan paladear estos momentos hasta llevarlos al extremo de la máxima felicidad.
      Habrá que esperar a la próxima semana, mientras ese ramo de deseos viaja por el mar de la vida buscando la sonrisa de su madre, alguien que jamás le falta a pesar de no estar con ella.

      Un beso Oscar, y gracias de nuevo por volver y comentarme.

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  10. Amparo!
    Es hermoso leerte, seguir las líneas del relato y la profundidad de los contenidos!
    Estaré esperando...

    Besitos azules desde mis bahías...

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    1. Todo un privilegio Algamarina, un privilegio que hayas surcado tus mares y dejado tu playa para venir a mi espacio y dejar tus palabras como estela que dibuja ese paso por aquí.
      Es hermoso volver a verte por aquí, hasta la próxima semana.

      Besos

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  11. Hola Amparo, gracias por seguirme, es un honor viniendo de ti pues te he leído en alguna ocasión, y también he visto tus comentarios en otros blogs y la verdad que me han gustado mucho. Me gusta como escribes y lo que respondes, alguna vez he hecho mención en el blog de Daniel o en el tuyo no estoy segura.pero lo haces con determinación y soltura y muy real.
    gracias por compartirlo.
    un abrazo.

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    1. Hola Azul, gracias por volver, me gusta que te guste mi forma de escribir y mis comentarios, pues en realidad te estoy gustando tal y como soy, y no hay nada mas gratificante que la gente del entorno nos acepte por lo que somos y no por lo que tenemos ni podamos llegar a ser, intento ponerme en las situaciones en las vivencias, es tan sencillo como poner un micrófono al corazón y dejarlo que se exprese. Sin duda lo que expresa es real, MI REALIDAD!!!

      Un abrazo

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  12. Amparo, ya veo que eres muy popular y una gran escritora, te felicito por tu don. Por que para escribir así hay que ser muy especial.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias Universo, tus palabras me abruman, cuando te entregas en el papel, jamás piensas la transcendencia que ello puede tener ni como repercute a los demás, sin embargo es un puente para que te conozcan y sepan quien eres en realidad, me alegra que me veas así, es un privilegio.

      Gracias por tu llegada a mi espacio, me gustaría verte más seguido.

      Un beso enorme

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  13. Gracias por tu visita Amparo, estuve paseando un tiempito por tu espacio y me agradò mucho, vendrè a visitarte en la medida en que el tiempo me lo permita.

    Te sigo y te dejo un abrazo y mi agradecimiento por compartir la luz, que siga brillando siempre!

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    1. Gracias Adriana, bienvenida a mi espacio, pasea cuantas veces quieras, esta es tu casa también, espero que disfrutes en cada una de tus visitas como lo has podido hacer en esta.

      Vosotros sois quien me ilumináis, Besos

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  14. Preciosos tus relatos, tienes madera de escritora...

    un beso

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  15. Respuestas
    1. Gracias Omar, encantada de verte por aquí, gracias por quedarte, espero verte mas seguido.

      Saludos

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  16. Hola Amparo, te confieso que apenas he tenido tiempo para leer el último, me gusta la forma en que hilvanas la trama, el lenguaje diáfano y sencillo con el que escribes, definitivamente una historia de vida, que intentaré leer desde el principio, para poder llegar al seguro muy buen final.

    Te dejo mi fraterno saludo.

    P.D: Gracias por dejarme ver a Federico, una vez me pasé por su blog, pero mi poco tiempo y tantas caritas...voy a verlo.

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    1. Hola Alborada, bienvenida, gracias por tu apreciación sobre mi forma de escribir, en realidad así es la vida, mas sencilla de lo que nosotros la hacemos, y con la sencillez de mis palabras, el camino resulta mas fácil.

      Federico me hablo de ti, me alegro de que os reencontréis

      Recibí tu fraterno saludo.

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  17. Amparo hoy estoy contenta leeré 2 capítulos seguidos jajajajajajaj, así se ponen los hombres muchas veces, testarudos y obsesionados con la idea de los hijos, si lo sabremos nosotras verdad? besito linda muakkkkkkkkkk :**

    pd. Que bello el poema dedicado a ti, :**

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    Respuestas
    1. Bueno Patty, me alegra que el motivo de tu alegría sea estar en mi espacio, no hay nada mas gratificante para mi, tiene razón en cuanto a los hombres testarudos, hay cosas mucho mas complejas que elegir el color de un vestido.

      Me alegra que te guste el poema, muakkkkkk

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  18. Su sueño una realidad preciosa, amor por todos los lugares.
    Que historia ideal.

    Un abrazo.

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  19. hola Amparo,
    es un capítulo para llorar de alegría, contraen matimonio y tienen una hija!
    Muy hermoso!

    un abrazo^^

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  20. Hola Amparo.
    Cuanto amor y sufrimiento veo en tu novela.
    Y a la vez, cuanta intensidad y felicidad.
    Espero que con el nacimiento de la niña,
    los sentimientos se equilibren.
    Un abrazo.

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Saca el escritor que llevas dentro

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