Caminar es mejor que llegar

Aunque a veces el camino sea duro, tenebroso, incierto, no hay nada más placentero y gratificante que seguir caminando, pues la riqueza de todo camino reside ahí, en el día a día, paso a paso, puede que jamás lleguemos al final, o puede que si llegamos, nos encontremos que no hay nada de lo que esperábamos, sin embargo siempre nos quedarán esas pisadas, a veces firmes y otras asustadas, aquello que si hemos podido vivir y experimentar a diario y que forma parte del camino para llegar a nuestros sueños, a nosotros mismos.

Hazte seguidor

A MIS SEGUIDORES

Mis queridos seguidores, apenas hace unos meses empezaba este camino en solitario con la llama de la ilusión encendida, una llama ansiosa por gritar, por mantenerse, por iluminar de algún modo el camino de esa gente que aunque no conocía sabía que estaban ahí.
Un camino duro si lo ves como una meta para saltar a la luz literaria, pero si lo sientes como una vía de escape necesaria en tu día a día, que te hace evadirte de estrés siendo tu misma, es muy pero que muy gratificante, ya que la mayoría de la gente que se esconden tras esos avatares son increíbles personas.
Hoy quiero daros las gracias desde el corazón a todos y cada uno de mis seguidores, empezando por Marilyn a la cual tengo especial cariño, ella fue la primera en visitar mi espacio y en traerme esa sensación de que lo que escribes llega de algún modo, gusta, y que algunas veces esas vivencias que plasmo, son compartidas, mucho más de lo que imagino cuando escribo.
Gracias a todos esos que llegaron después y a los que aún no han llegado pero que están en camino.
Gracias a todos esos que me siguen en el anonimato y disfrutan no solo con seguir mi blog, sino con seguir mi vida y para los cuales se que soy y me siento importante.
Gracias a todos los que me comentan aunque no me sigan, a los que me siguen sin comentarme.
Jamás pensé llegar al impensable numero de 100 seguidores, no auguraba ni llegar a 20, sé que muchos de vosotros sabéis como me siento porque tenéis muchos más que yo, mi satisfacción no es por el número, sino porque detrás de de ese número estáis vosotros esperando lo que tengo que decir, viviendo lo que yo vivo, intentando comprenderme y conociéndome a través de mis palabras, lo más importante de todo, es que la mayoría de vosotros vais en la misma dirección que yo y valoráis ese cariño, esos detalles, esa constancia, esa necesidad y esa ilusión.

Así pues mi regalo de hoy para cada uno de vosotros es una pequeña vela que vosotros habéis ido encendiendo estos meses y habéis colocado en mi camino, una vela que mantenéis y que cada día sigue iluminando mis letras, mis pensamientos, esa ilusión que se acrecienta. GRACIAS A TODOS POR ENCENDER ESA LUZ EN MI CAMINO.

Algunos habéis llegado hasta aquí por casualidad, a otros os ha traído algún seguidor mio, otros os habéis sentido atraídos por mis palabras ya que yo os encontré primero.....pero eso da igual, lo importante es que estáis aquí, y me siento un poco en deuda con vosotros, por lo tanto en cuanto termine mi novela os contaré como llegué yo hasta vosotros, no quiero meter ninguna entrada entre medias.



Sé el primero de tus amigos

03 agosto, 2012

Acordes a tu lado (Capítulo VIII )



Quinta cuerda ( LA LIBERTAD )


La campana del horno sonó en el silencio de la noche, avisaba de que la cena estaba lista, sacamos un par de cervezas calientes de la despensa acompañándolas con un par de servilletas de papel, mientras cenábamos barajamos la posibilidad de que Javier no abandonara su cama, le afirmé que a mi no me importaba dormir en el sofá, él se opuso a mi proposición del mismo modo que yo me opuse a la suya, me preguntaba insistentemente, ¿se habría percatado ya de mis encantos?, la respuesta fue negativa. Yo sola me preguntaba y me respondía, era como si en el apartamento estuviésemos cuatro personas; Javier, el mismo que ha veces anulaba en mis conversaciones y que no debía enterarse de lo que circulaba por mi cabecita loca. Yo, que hablaba conmigo misma. Mi fantasma, con el que me sinceraba sobre lo que en realidad sentía por él. Y Carla, que me la imaginaba observándonos con cara de sorprendida. Suponía que me habría estado observando desde que Javier volvió al pueblo, ella sabría mis intenciones con él, las ideas que pasaban por mi mente, sonrojaba mi cara de vez en cuando haciendo que Javier se mosqueara sin saber lo que estaba pensando.



 Las esperanzas de poder compartir su cama con él se desvanecieron, me confirmó que sería él quién dormiría en el sofá, me revelé pidiéndole que no abandonase su cama por mí, yo era la que debía dormir en el sofá. Javier se negó, para que no se me pasara esa idea de nuevo por la cabeza me propuso que durmiéramos juntos, si no me importaba claro. ¿Cómo me iba a importar?, estaba deseando, era a él al que le importaba dormir conmigo, aunque no le importaría tanto cuando finalmente me lo propuso, lo cierto es que íbamos a dormir juntos pero no revueltos. Cené lo más rápido que pude, quería acostarme, le ayudé a recoger las servilletas manchadas y los platos sucios que ni él ni yo íbamos a fregar, simplemente le echamos agua para que no se secaran los restos de pizzas, (si Nana me hubiese visto no lo hubiese consentido, su concepto de limpieza hubiese provocado que se enojase cariñosamente y como siempre hacía, los hubiese fregado ella). Nos dirigimos al dormitorio sin que nos remordiera la conciencia por no haber fregado los platos, Javier se metió en el lado derecho de la cama, supongo que ese era el lado que ocupaba cuando dormía con ella, cogió un libro del cajón de la mesita y con la luz del flexo se puso a leer. Me parecía una grosería de su parte, estaba esperando que yo me desnudase delante de él, no me estaba dando ni un respiro para que lo hiciese sola. En casa me desnudaba en el dormitorio y ahora ¿qué?, tenía dos opciones, meterme en la cama vestida cosa que se iba a notar demasiado, o simular una ducha para cambiarme en el cuarto de baño, la situación me apenaba, también invadiría su cuarto de baño. -¿A qué esperas Laura? – Preguntó, mientras levantaba su mirada del libro que tenía entre sus dedos. -Estaba pensando en darme una ducha. -¿Ahora?, son casi las 1:15h de la madrugada. -¿Y qué?, tú estás leyendo, cada cuál que invierta su tiempo como mejor le parezca. Javier se calló de inmediato bajando la vista de nuevo hacia su libro, a mí me quedó la sensación de haber presenciado una disputa de pareja. Cogí mi pijama y me dirigí al cuarto de baño bajo la mirada atenta de Javier por encima del libro, entorné la puerta para no parecer una psicópata, me quedaba la incertidumbre de que Javier pudiese verme, me desnudé pensando en la riña tan tonta que habíamos tenido o mejor dicho, en la contestación que le había tenido a Javier. Me metí en la bañera y comencé a saborear el baño que pretendía simular, el agua estaba helada, el grifo del agua caliente no funcionaba, era la primera vez y la última que me ducharía con agua fría, parecía una gallina sin plumas, mi piel estaba erizada por completo, tenía la sensación de haber metido los dedos en un enchufe, añoraba el agua caliente de los baños que Nana me preparaba. Me impresionaba saber que Javier se duchaba con agua fría, yo nunca antes lo había hecho. Busqué una toalla para secarme, la única que encontré fue la que Javier había utilizado tras su baño, estaba estirazada en el toallero para que se secase, ahora tendría que utilizar la misma toalla que él, a no ser que le pidiese otra, ¡Joder!, no podía pedirle a Javier que me entrase una toalla, estaba desnuda, chorreando, con el bello de punta, me estaba congelando, tenía que tomar una decisión urgente. Descarté la posibilidad de que me alcanzase una toalla, escogí la primera opción, la más cómoda o quizás, la más incómoda para mí, utilizar su toalla. Comencé a secarme los brazos, la espalda, el pecho, el empeine, las piernas y por último la cabeza, la toalla estaba empapada por su primer uso, no sé si estaba secándome o mojándome más aún, lo cierto es que secarme con ella era como acercarme un poco más a su cuerpo, sentía justo lo que su piel había sentido y eso me aliviaba un poco. ¡Mierda!, con la entrada tan apresurada en el baño había cogido el pijama, pero había olvidado la ropa interior, pensar en ponerme la misma que me había quitado, era imposible para mí y además sin opción a ningún tipo de dudas. Debido a la situación en la que me encontraba decidí ponerme el pijama sin ropa interior, era la primera vez, la sensación que me producía la costura del pantalón era un poco rara, más aún que cuando sentía entre mis muslos la columna de Niebla, lavé mi ropa interior usada en el lavabo del baño, con el mismo champú con el que me había lavado el pelo, la colgué en el toallero y salí al dormitorio con la cabeza chorreando, Javier, que continuaba leyendo, hizo caso omiso al libro para prestarme su atención. -¡Vaya!, pensaba que te habías ido por el desagüe. -Poco me ha faltado, por cierto, ¿en esta casa no hay agua caliente por ningún sitio? -Perdona, yo me lavo con agua fría, pensé que tú… -¿Y las toallas?, deberían estar preparadas en el baño, ¿cada vez que te duchas tienes que cogerlas del armario? -Más o menos, yo soy un desastre para eso, Carla era quién se encargaba de todo, tendrás que acostumbrarte a convivir conmigo, soy un desorganizado. Me retiré del marco de la puerta avanzando hacia el lado izquierdo de la cama a pequeños pasos, la sensación de andar sin ropa interior era muy extraña para mí, parecía un crío con el pañal lleno de caca, me producía escalofríos que el pantalón rozase mis glúteos. Me metí en la cama lo más rápido que pude, no quería que Javier notase mi falta de ropa interior, aunque no sé si dio resultado, la mirada de Javier era bastante inusual. Él prosiguió su lectura, yo me arropé nerviosa lo más cerca posible del borde de la cama que pertenecía a mi lado, tanto, que en medio de ambos cabía otra pareja como mínimo, Javier notó el desaire y me pidió que me acercase. Estaba loco, no podía hacerlo, no sería responsable de mis actos, estaba sin ropa interior y lo único que se le ocurría era provocarme, ¿qué pretendía?, que me abrazase a él para conciliar el sueño, no estaba de acuerdo, aunque en realidad eso era lo que deseaba, mi sentido común me lo prohibía. Logré acercarme un poco, pero solo lo suficiente para que el aire corriera entre ambos todavía. Intentaba dormirme aunque la situación en la que me encontraba me lo prohibía. Estaba en la cama, con el hombre del que estaba enamorada, era imposible que ocurriera nada que estuviese relacionado con mis deseos. La luz del flexo también impedía que conciliara el sueño, Javier notó mi inquietud y me preguntó qué me ocurría, no logró sacarme ni una sola palabra, se me ocurrió decirle que extrañaba la cama y el beso de Nana de todas las noches. -El problema de la cama no puedo solucionarlo, tu cama está a miles de kilómetros de aquí, el beso de Nana, supongo que tampoco ya que para ti es irreemplazable, pero para que no lo pierdas todo, yo te besaré. -¿Qué? – Pregunte preocupada por lo que podría suceder. Javier se acercó sigilosamente hacia mí cara, muy cerca de la comisura de mi boca, me dejó caer un beso tierno, cortó la luz del flexo y me deseó buenas noches, pude ver como cerraba sus ojos y quedaba dormido. Me quedé observándole durante un buen rato, intentaba no rozarle con mis pies, estaban helados, no quería despertarle, mientras tanto yo no podía conciliar el sueño. Cambiaba de postura constantemente sin poder encontrar alguna que fuese adecuada, no sé en que momento de la madrugada el sueño me pilló por sorpresa. Mi sueño se vio interrumpido por el ruido acelerado de un despertador. Me incorporé sentándome en la cama bastante decepcionada, normalmente era la luz del amanecer la que se encargaba de despertarme, la claridad de la luz del día en mis ojos los obligaba a abrirse, aquella mañana, tuve que suplantar todo eso por el ruido exagerado de un despertador que lo único que consiguió fue asustarme. La persiana estaba bajada, no se percibía si era de día o de noche, miré el reloj asombrándome por la hora que era, las 10:30h de la mañana, a esa hora llevaba todos los días un buen rato levantada. Habría dado los buenos días a Niebla tras sacarla de paseo, también a Nana, incluso ya habría desayunado con papá, era imposible que el reloj marcase esa hora, la habitación aún estaba en penumbra. Me acerqué a la ventana, subí la persiana y efectivamente era de día, en la calle había luz aunque el sol estaba escondido, los enormes edificios no lo dejaban exhibirse con completa libertad, a pesar de que era un nuevo día para todo el globo terráqueo, era muy diferente amanecer en un sitio o en otro de la tierra. Javier no estaba en el dormitorio, supuse que estaría en el salón, se sentía alboroto de papeles. Al descubrir que carecía de ropa interior me sorprendí bastante, el recuerdo no me alcanzaba a memorizar lo ocurrido la noche anterior, me daba pavor la posibilidad de que hubiese ocurrido algo entre nosotros, sobre todo porque no lo recordaba. Regresé a la realidad, confirmé que carecía de ropa interior porque yo lo había querido así tras mi baño, las circunstancias me habían obligado a tomar esa decisión. Me vestí una vez aclaradas mis pequeñas dudas y salí al salón en busca de Javier. - Buenos días dormilona – me dijo mientras sus ojos intentaban halagarme. - Buenos días, con razón dicen que quien con Dios se acuesta, con Dios se levanta. Te dormiste leyendo y así amaneciste, ¿qué lees con tanto interés? - Busco agencias inmobiliarias, necesito, quiero vender este apartamento, pienso desplazarme definitivamente al pueblo, aquí ya no tengo nada. Supongo que la alegría de la noticia resaltaba a lo lejos en mi cara, no esperaba que Javier tomase esa decisión en tan poco tiempo. -No me mires así, voy a deshacerme de lo que me haga daño, quiero dedicarme sólo a lo que me llene el espíritu plenamente. Sin duda Javier había cambiado mucho, no era el mismo hombre débil y vulnerable que viajó al pueblo buscando ayuda, una ayuda que tal vez pronto no necesitaría. -Estupendo, te acompaño. -No hay que ir a ningún lado, solo se trata de un par de llamadas telefónicas. Realizó varias llamadas ofreciendo su apartamento a las diferentes inmobiliarias, quedaron en recoger la llave a finales de semana, lo cuál quería decir que para esa fecha no estaríamos en París. La idea de volver a casa, de ver a papá, a Nana, a Niebla, me atrajo tanto que mi alegría era evidente. -Bueno, entonces tú dirás, ¿a que te ayudo? -Por lo pronto reduciremos recuerdos, estoy seguro que no le servirán de mucho a los nuevos inquilinos. Empezaremos por la ropa que embalamos anoche, las fotos, todo cuanto pertenecía a Carla y a nuestra vida en común, debí enterrar con ella el miedo a recordarla libremente, no debí dejar que condicionara tanto mi vida. -No importa el tiempo que tardemos en hacer algunas cosas, lo importante es hacerlas, apuesto a que ahora para ti es mucho más fácil que si lo hubieses hecho antes, tal vez menos doloroso. -En eso tienes razón primita. Odiaba que me dijese primita, sin duda, él me veía sólo y exclusivamente como su prima. Ayudé a Javier a limpiar el apartamento, no solo limpiamos el polvo que había y fregamos como locos, si no que también limpiamos todos los recuerdos de Carla, quizás, el problema que surgió la noche anterior al intentar meter mi equipaje en el armario y toparme con su ropa tuviese algo que ver, en definitiva no me importaba, el resultado era que Javier había tomado la decisión. Mientras Javier sacó al contenedor de la esquina todas las cajas con los recuerdos de Carla, yo le miraba por la ventana, la altura me mareaba, había olvidado en el piso en el que nos encontrábamos e intenté imaginármelo. Me tiré en el sofá exhausta por el cansancio, no había dormido bien, comprobé que respiraba con más libertad que antes, era como si el recuerdo de Carla ya no me persiguiera, en ese momento, hubiese dado cualquier cosa por que Javier hubiese respirado con la misma soltura. Tardó diez minutos aproximadamente en volver, en su aspecto se percibía que había llorado levemente, sus ojos estaban rojos, su nariz parecía congestionada. Si papá hubiese tenido que dar su diagnóstico, hubiese sido sin duda que estaba triste y deprimido, no lo culpaba, era normal, había tenido que volver a decir adiós a lo único que le quedaba físicamente de ella. En el quicio de la puerta Javier respiró hondo, volvió a entrar fingiendo una sonrisa que tal vez no sentía. -Javier, deberías descargarte – le aconsejé. -¿Descargar?, ¿el qué? -Tu estado de ánimo, no caigas otra vez en el mismo error que al principio, no trasportes tú dolor de un lado hacia otro reprochándote o preguntándote si has hecho lo correcto, límpiate de cualquier duda igual que lo hiciste con las cosas que te quedaban de ella. -Tienes razón, empiezo a creer que me conoces mucho más de lo que pensaba. -No creas, sólo tengo que imaginarme que estoy en tu pellejo por un momento, pienso cómo me sentiría según tu situación, después vuelvo a la realidad e imagino que algo igual o parecido puedes estar sintiendo tú, eso no quiere decir que te conozca tanto, al contrario, nunca sé como vas a reaccionar ante cualquier circunstancia, lo único que eso quiere decir es que comprendo por lo que estás pasando, al menos eso creo. Su sonrisa se reforzó y se dejó caer junto a mí en el sofá. -Ya estoy aquí, ¿y ahora? -Ahora piensa en voz alta, no te guardes nada que te haga daño. -Laura, tú sabes… Javier dejó caer su cabeza en mi regazo igual que yo hacía con mi Nana, lo cuál me estaba demostrando que además de su prima seguía siendo su amiga, su confidente. Si él se sentía bien conmigo yo estaba bien con él. Acaricié su pelo enredándolo entre mis dedos y continué escuchándolo, era lo único que podía hacer por él. -No es fácil para mí, he avanzado mucho en este camino del que auguraba no dar ni un solo paso, pero a veces me inunda de nuevo la debilidad, entonces vuelvo a caer, cada vez que tengo que levantarme me cuesta más trabajo, estoy más cansado. La esperanza junto con la posibilidad de llegar al final, la veo cada vez más lejana, procuro llevarlo lo mejor que puedo pero no sé si lo consigo, si te digo que a mi regreso no sentí nada, te estaría engañando, sólo con saber a donde me dirigía un escalofrío se apoderaba y recorría mi cuerpo invadiéndolo por completo. Cuando entré en este apartamento era evidente que todo estaba impregnado de ella, gracias a eso tú la conociste. Sé que aunque no hubiese nada suyo aquí igual que no lo hay ahora, inevitablemente yo seguiría recordándola, su sonrisa, sus gestos, sus manos, su piel, sus ojos, seguiría siendo la excusa perfecta para recordarla. Lo que vivimos Carla y yo no se puede expresar con palabras, era algo fuerte, tan sólido como una roca de esas que hay en el acantilado. Cuanto me gustaría volver a ser ese niño que ajeno a todo esto tiraba piedras contigo retándote a ver quien la lanzaba más lejos, como me gustaría volver atrás sin cambiar el destino, sin poder cambiar la intensidad con la que viví. -Aún sigue quedándome una duda del paso de Carla por mi vida. -¿Cuál Javier? -¿Pude haberle dado más?, no lo sé, quizás sí, pero está claro que lo que no le di también iba en esas cajas que acabo de tirar, o quizás lo siga guardando. Tengo que guardar mis sentimientos, cuando me apetece acariciarla he de reprimir la idea de mi mente, cuando quiero besarla tengo que desistir de hacerlo. El amor que guardaba en mi corazón para ofrecerle se esta extinguiendo sin darme cuenta, Carla está pasando a un segundo plano, sin embargo fue lo más importante para mí. Me deprime que esto esté sucediendo de esta manera, pero no puedo hacer nada, me siento culpable, cada vez que la recuerdo la nitidez con que lo hago es menor, como bien me dijiste un día se volvió un rompecabezas en mi mente, la extraño demasiado y a pesar de lo que me gustaría, creo que la estoy olvidando. -Es normal que cada vez recuerdes menos de ella, de su aspecto, de su ropa, es normal que se te olvide el aroma de su piel, su tacto en tu cuerpo. Lo que nunca podrás olvidar serán los muchos momentos que compartisteis juntos, todo lo que vivisteis, lo que aprendiste a su lado, todo ello hará que te sientas orgulloso de haber compartido tu vida junto a una mujer tan especial que además, fue tu esposa. Renunciar a sus recuerdos materiales, es uno de esos pasos que tienes que dar en tu camino para seguir adelante, eso no quiere decir que no te cueste, renunciar a cualquier cosa siempre cuesta trabajo. Mi opinión es que todos tenemos que tomar decisiones buenas o malas, para ello hemos de renunciar a la opción no escogida, no es más fuerte el que todo lo tiene, “Atreverse a renunciar nos hace fuertes”. En cuanto a tu duda, yo sé que le diste todo lo que estuvo a tu alcance, cuando pienses si era o no lo suficiente, cambia la duda de ¿podría haber dado más por ella?, por esta otra, ¿era feliz a mi lado?, la respuesta es la misma, “sí”, pero al dudar de la segunda pregunta, encontrarás más fácil la respuesta. No es bueno que guardes tus sentimientos, con ello no te estoy diciendo que le des a cualquiera que este a tu lado lo que sin duda iba destinado a ella. Cuando mamá murió, aprendí a expresarle mis sentimientos a través de una amiga que nunca me faltase, que estuviese cerca de mí, que pudiera estar a mi lado en cualquier momento del día o de la noche, entonces descubrí la naturaleza. Cuando deseo darle un beso, lo lanzo al viento, las caricias que no pude darle, se las doy al aire para que éste se las lleve a donde quiera que esté, así me siento más libre. Sólo depende del grado de optimismo de cada cuál, tienes que pensar que recibirá esas caricias y esos besos, tal vez a ti te parezca una tontería, pero el resultado merece sin duda la pena. Libero esos sentimientos oprimidos y puedo dar paso a otros. Gozar de sentimientos respecto a alguien siempre es bueno, nos llena el espíritu. Mientras no aprendas a liberar todos los que guardas, aún siendo para ella, no podrás permitir que otros aniden en ti, y estos últimos, seguro que te ofrecen la posibilidad de expresarlos directamente a la persona que te los produce. Javier elevó sus hombros a la altura de los míos, me besó en la mejilla, descubriendo que está vez, eran mis ojos los que estaban dejando escapar sus lágrimas. Como la noche anterior, dormimos juntos pero no revueltos, yo pude dormir menos inquieta, la casa no era tan desconocida para mí, igual que el día anterior, el ruido del despertador nos devolvió a la realidad, no había que preguntar para saber que ambos habíamos descansado mejor que la noche anterior. Acompañé a Javier a su oficina, allí, en aquel trabajo había comprobado de lo que era capaz, había cumplido el objetivo por el cuál lo dejó todo y vino a la ciudad, buscaba éxito y sin duda lo había conseguido. Javier gozaba de buenos sentimientos, lo cuál hizo que su paso por el bufete tuviese más consecuencias que cumplir su objetivo, conoció a compañeros a los cuales tenía especial cariño, otros sin embargo eran solamente eso, compañeros de trabajo. Javier quiso despedirse de todos ellos guardando en su memoria los buenos momentos que habían pasado juntos, lo que había aprendido, quería agradecer a su jefe que gracias a él había sido contratado en una etapa crítica de su vida. Sin embargo, sabía que a pesar de dejar todo aquello, lo llevaría siempre en su corazón y en su recuerdo con la misma intensidad. Los amigos que había encontrado allí, viajarían siempre con él donde quiera que se dirigiese. Un nudo se le hacía en el pecho, era producto de la opresión de todos los sentimientos agolpados sin saber el modo de expresárselo a todos ellos. Regaló besos y abrazos a diestro y siniestro, pidió a todos disculpas por haberse marchado tras la muerte de Carla, anotó direcciones y teléfonos de los más allegados a él, quería comunicarse con ellos a menudo o al menos cuando los extrañara demasiado. Salimos del edificio pausadamente, mientras, Javier no podía evitar volver la vista atrás, estaba renunciando a su carrera, a sus compañeros, a sus amigos, a todo lo que antes le hacía feliz, pero sin ella nada seria igual. Se tenía que despojar de estos recuerdos, igual que lo había hecho de todos los anteriores, no soportaba la idea de volver a la oficina sin observar a su esposa tras el cristal, para él era muy difícil, demasiado doloroso, tenía que renunciar a todo lo que en cierto modo le hiciese daño, yo estaba de acuerdo con él, aunque no sé hasta que punto le serviría mi opinión. Del mismo modo se despojo también de su coche, un BMW flamante, era azul oscuro, metalizado, el coche representaba elegancia, estilo, una economía jugosa, pero según él, no podría sentarse al volante sin esperar que Carla fuese su copiloto, le regañaría por pasar de los 90 kilómetros por hora y saltarse los semáforos en ámbar, no concebía la idea de pasearse solo, ni en otra compañía que no fuese la suya. Lo había adquirido con su primer salario, según su jefe, los abogados tenían que aparentar, Javier se negaba a seguir aparentando disfrutar al volante de un coche, cuando en realidad no disfrutaba en absoluto. Pasó la semana en la ciudad, Javier seguía sacando de su vida los recuerdos que aún merodeaban por el apartamento, cuando le acompañé a la ciudad, no sabía lo que pretendía, no sabía a lo que había vuelto, ahora sin quererlo le estaba ayudando a despojarse de todo lo que tenía que ver con Carla. Aquella noche, era la última que pasaríamos juntos, aunque Javier disimulaba o intentaba aparentar que estaba bien, se estaba despidiendo de su último recuerdo material, la vivienda que habían compartido durante dos años. A partir de ahora, lo único que recordaría de Carla serían los momentos vividos, eso me lo ponía cada vez más difícil. Javier me agradeció el haberle acompañado, aunque aún no sé por qué, supongo que por tener alguien que le escuchase. Me despedí de él para ir a acostarme pero no fue necesario, él me siguió, entré al cuarto de baño a cambiar mis tejanos por el pijama y cuando regresé, Javier estaba en la puerta del cuarto de baño, de espaldas a mí. Me hubiese gustado pensar que no había estado observándome, tan solo la idea me ponía nerviosa. Bordeé la cama para dirigirme al lado izquierdo, en el que había estado durmiendo toda la semana, su lado seguía siendo el derecho. Javier me siguió poniéndome aún más nerviosa de lo que ya me sentía, el dudar sobre sus pretensiones conmigo me intranquilizaba. Tenía la intención de colgar mis tejanos en la percha del armario, éstos cayeron al suelo a consecuencia de mis nervios, flexioné mis rodillas para cogerlos y Javier me alcanzó en el suelo copiando mis movimientos, su mano se encontró con la mía, ambas estaban agarrando los pantalones, el calor de su mano me estremeció bastante, sobre todo porque las mías siempre estaban heladas. Javier estaba sintiendo mis uñas entres sus dedos, tal vez le sorprendería encontrar algo tan doloroso en una mujer. Levanté la mirada buscando la suya, sólo quería hacerme a la idea de lo que pretendía, sus ojos estaban clavados en los míos, por un instante pensé que se atrevería a desnudarme con la mirada, ése fue el principal motivo para que mi cara cambiase de color, estaba mirándome tan fijamente que podía verme reflejada en sus ojos como si él fuese mi espejo. Parecía que ambos éramos la misma persona. Fue elevándose del suelo sin soltar mis manos, al contrario, cada vez las agarraba con más fuerza. Me dejé llevar por la emoción del momento sin dejar de mirarlo con recelo, sin saber muy bien como nuestros ojos atraían a nuestros cuerpos como si de dos imanes grandes se tratasen, nos estaban dejando a escasos centímetros el uno del otro, podía ver con claridad cada poro de su piel, el color de sus ojos, sentía su respiración sobre mi cara, sus labios llegaron a rozar los míos besándolos con precaución, como si estuviese manejando una bomba casi aséptica. Pero pronto habíamos comenzado a sentir la urgencia de ir más allá, de intercambiar los latidos de su corazón con los del mío, de sentirse al otro lado de ambas pieles, para mí todo había surgido al revés, era él quien se estaba declarando a mí, yo no le había dicho ni media palabra, era el sapo orgulloso el que estaba besando a la rana indecisa. Javier estaba llevando a cabo el beso del que yo había desistido en más de una ocasión, lo que imaginaba que pasaría estando desnudos, nos estaba ocurriendo con la ropa sobre nuestro cuerpo. Sus manos soltaron las mías para acariciar mis hombros, mi cara, mi espalda, mi boca. Mientras las mías le correspondían, nos fundimos en un beso apasionado, sus glándulas salivares se enredaron con las mías, me llevó a la cama y encendió la luz del flexo que siempre estuvo sobre la mesita de noche, nos desnudamos, y lo hicimos el uno al otro para hacer la tarea más interesante, ambos sentíamos cada centímetro de nuestra piel hirviendo bajo la mirada atenta del otro, apagué la luz, me daba vergüenza lo que mis pupilas observaban, comencé a explorar su cuerpo con mis manos cerciorándome de que lo que había visto minutos antes era real, ambos nos mirábamos en la oscuridad para ver el perfil del otro, lo que la oscuridad nos negaba el roce de nuestras manos lo hacía posible. Mi corazón latía tan fuerte, tan rápido, era imposible alcanzarlo, solamente el suyo se atrevía a seguirle. Mi cuerpo temblaba negándose la oportunidad de imaginar lo que sucedería después, mientras tanto, sentía como sus caricias me seguían estremeciendo, el aroma de su piel, sus besos rociando mi cuerpo me hacían sentir viva. Javier se percató que estaba asustada, aunque ansiosa de un desenlace decidido, pero al mismo tiempo inseguro, me susurraba en el oído que me tranquilizase, para mí era imposible, estaba viviendo lo que tantas veces había deseado en sueños, de vez en cuando abría los ojos de par en par para cerciorarme que Javier era real, me estaba entregando al hombre del que estaba enamorada, ambos nos dejamos llevar dando nuestras mejores caricias y sentimientos al otro. Aunque me había perdido el momento en que Javier había engendrado algún sentimiento hacia mí, lo único que me importaba era el resultado, me estaba tomando como si fuese la mujer de su vida. Una vez agotados todos los recursos posibles para demostrar nuestros sentimientos, quedamos sobre la cama, enredados, paralelos, uno frente al otro, sólo una duda me asaltaba. -¿Se quedará? Lo único que la oscuridad me mostraba era el brillo de unos ojos que ni siquiera alcanzaba a ver, me sentía insegura de lo que Javier sentía hacia mí, dudaba que posiblemente se hubiese imaginado a Carla mientras estaba conmigo. Javier llevaba un año sin sexo, suponía que para un hombre un año sería demasiado tiempo, yo sin embargo, hubiese podido aguantar mucho más, no sabía lo que era, lo que se experimentaba, lo que se sentía al practicarlo. Me atormentaba la duda de que hubiese estado en mis brazos sintiendo y deseando los de ella, siempre había dudado de que me viese como una mujer y eso era lo que seguía haciendo. Javier se quedó frente a mí, inmóvil, callado, ausente, yo también estaba ausente en mis preguntas, en mis reproches, en mis dudas, a pesar de que tenía claro no arrepentirme de nada de lo que había sucedido. Deseaba estar con él y lo había logrado. Con ambas miradas perdidas en la pared de la habitación, descubrimos que la luz del nuevo día florecía, iluminaba nuestro rostro. Javier me miró con sentimiento de culpabilidad, quizás se había dado cuenta que había pasado la noche entre las caricias y los brazos de su prima. En cambio, yo me sentía más libre al expresar todo lo que mi corazón retenía, ahora estaba segura de que lo amaba. Pasamos a la ducha uno tras otro, ambos nos vestimos y aguardamos en el salón con la mirada en las maletas que reposaban en el suelo. El timbre de la puerta sonó, era el chaval de la inmobiliaria, venía a recoger las llaves del apartamento, teníamos que marcharnos. Javier salió, esta vez sin volver la vista atrás, el único objetivo de su mirada era el frente, el futuro, yo le seguía, cogimos un taxi que nos llevaría al aeropuerto. Javier ordenó al chofer que se pasara por el cementerio, quería ver a su esposa. Apenas hacía doce horas que le había sido infiel a su recuerdo, justamente en los brazos de su prima, ¡Hombres! Aguardé el regreso de Javier en el taxi mientras él se dirigía solo al panteón donde se encontraba el cuerpo de Carla, de lejos observé como besaba el mármol de su tumba, no pude evitar hundirme de nuevo en mis pensamientos, cuando regresé a la superficie Javier había vuelto, sin articular una sola palabra emprendimos el viaje de regreso al pueblo. La situación era fría, distante, creo que se sentía culpable, ¿Estaría arrepentido de haberme hecho suya? Sin duda la conciencia le remordía, tal vez había sido el deseo, la soledad que llevaba anidando durante tanto tiempo, ansias de vivir nuevos momentos lo que incitó que me buscase como mujer. Personalmente me hubiese gustado que se hubiese sentido atraído por mí, aunque no sabía qué pensar, sus besos y sus caricias me parecía que le habían surgido libremente, sin presión alguna, fue después cuando se vino abajo, cuando pensó que había manchado el recuerdo de Carla, él era libre en la realidad, estaba viudo, no compartía su vida con nadie, permanecía solo, pero en su mente y quizás en su corazón era preso de lo que sentía por ella. Parecía que se sentía culpable, había descubierto que todo lo que un día sintió por ella se había disuelto, ya no existía. Desde que nos habíamos vuelto a reencontrar en nuestro camino, siempre había logrado o tratado de comprenderle, de consolarlo, de darle de mí lo único que podía, mi afecto y mi cariño. Con el tiempo casi sin darme cuenta, había sido el único hombre en mi vida a parte de papá con el que me alegraba la vista cada mañana, del que me despedía para irme a dormir cada noche, con el que compartía y disfrutaba las 24 horas del día, porque en mis sueños también estaba presente, junto a mí. Yo solo quería ayudarle a salir del enorme agujero donde se encontraba, quería demostrarle que existía una salida a su situación, a cualquier situación, quería elevar su autoestima y sin entender muy bien cómo, fui enamorándome de él, había bastante diferencia de lo que sentía por el amigo, por el primo, por el confidente. Mi corazón empezó a desear algo más, exactamente lo que la noche anterior había sucedido, sin embargo no fui yo quién había provocado la situación, había sido él, aunque yo estaba completamente de acuerdo. La idea me fascinaba, lo único que me quedó fue dejarme llevar. Mi postura la tenía clara, era la suya la que no lograba entender, el recuerdo de Carla rondando en su cabeza me confundía, me daba pavor que me hubiese visto como una mujer solo para saciar sus deseos reprimidos, que hubiese imaginado que estaba junto a ella, que me hubiese utilizado como algo pasajero, que le hubiese servido solo para desahogarse. Mis pensamientos se estaban adentrando en un terreno que me hacía daño, prefería seguir con la miel en los labios de lo que había experimentado junto a él, con el sabor agridulce de sus besos, preferí desviar e inclinar mis dudas hacia otro lado mientras nos disponíamos a despegar para desplazarnos de una ciudad a otra. Mi pensamiento buscó a mi Nana, me sentía francamente mal, tenía ganas de verla, de sentir sus palabras cálidas en mis oídos, ansiaba poder contarle todo lo que me había ocurrido junto a Javier. También era una ansiedad producto de mi alejamiento con ella, nunca me había separado de ella ni de papá, para mí era un situación rara, difícil, aún así las circunstancias lo estaban agravando todo. Estábamos volando, esta vez tenía su asiento correlativo al mío, sin que sirviera de precedente hubiese deseado que no solo no estuviese a mi lado sino que a ser posible viajáramos en aviones distintos. Le veía tan pensativo, tan callado, me daba miedo lo que estaría pensando. Me preguntaba qué hubiese pasado si yo me hubiese declarado a él, si hubiese tomado la iniciativa de esta aventura, sin duda él estaría fatal y la culpable sería yo o al menos, esa sería mi sentencia final, culpable. Me animé a mirar por la ventanilla del avión como excusa para mirarle de perfil. Javier estaba sentado junto a ella, solo quería saber cuál era su estado de ánimo, patético, él estaba volando en un avión distinto, imaginario, ¿se encontraría ella en sus pensamientos?, lo cierto es que yo no estaría presente. No pude evitar sentirme peor de lo que ya estaba, de refilón observé cómo la ciudad quedaba pequeña, el avión se había elevado bastante, me planteé qué había aportado a mi vida mi paso por ella, desde que había llegado fueron sucediendo situaciones bastante incómodas para mí. Presencié cómo Javier se deshacía de toda una vida a su lado, lo único que pude recordar con agrado era el haberme sentido importante para él mientras escuchaba sus inquietudes, el poder haber conocido de su mano lo que era el amor. Por desgracia estaba segura de que ninguna de las dos situaciones se repetiría, creía que nunca más volvería a confiar en mí, que nunca tomaría la iniciativa de nada conmigo. Yo, por mi parte no podía tomar una decisión, no sabía lo que realmente pensaba, todos mis planteamientos estaban en el aire, a la espera de conocer sus sentimientos. Si Javier decidía rechazarme después de lo ocurrido, lo aceptaría lo mejor posible, me retiraría a tiempo para no aspirar a mucho más con el, si por el contrario me afirmase que sentía algo por mí o que lo sintió en algún momento, tenía muy claro que lucharía por él para retenerlo a mi lado a pesar de la opinión de papá. Auguraba que me quedaba bastante tiempo para conocer una respuesta de parte suya, aunque la mía la tenía clara, sin la suya no me servía de nada. Me di cuenta de que habíamos llegado porque los pasajeros se estaban levantando del avión, Javier se había quedado dormido, parecía que el avión le daba bastante sueño, estaba vacilando entre si lo llamaba o no, de pronto despertó, seguía sin articular palabra, yo lo respetaba, no quería obligarle a nada, por otro lado, en esos momentos a mí tampoco me apetecía hablar con él. Recogimos el equipaje y volvimos al pueblo en autobús, me parecía increíble el poder presenciar la escena de un pueblo que no había cambiado en absoluto, mientras, Javier y yo ya no éramos los mismos. Intenté no ponerme nerviosa, sabía que Nana y papá se encontraban a tan solo 3 kilómetros de donde yo me hallaba, estaba ansiosa por verles, sobre todo a Nana, en estos momentos era a quien más necesitaba. Bajamos del autobús permaneciendo callados, ninguno de los dos se atrevía a contarle al otro dónde se dirigía, qué había pensado hacer con su futuro, cómo se sentía en este momento. Parecía que éramos dos completos desconocidos sin embargo, conocíamos cada milímetro de nuestra piel, ambigüedades de la vida. Como Javier no soltaba prenda me animé a exponerle lo que yo pretendía hacer: -Me iré andando hasta la casa, necesito pasear. -Estupendo – me contestó con sarcasmo en sus palabras – yo iré a ver a papá. -¿Volverás a casa luego? -Necesito tiempo – me gritó mientras se alejaba de mi vista dirigiéndose a casa de su papá. -Javier recuerda que el tiempo es el tesoro más valioso que tenemos, se nos puede agotar en cualquier momento sin que le hallamos sacado partido, tú lo sabes mejor que nadie. Creo que Javier lo escuchó, asintió con la cabeza que quizás estaba de acuerdo con mis palabras, de lo que estoy segura es que seguía caminando hacia delante. Me quedé un rato observándole con la esperanza de que volviera la vista atrás, fue inútil, casi no se distinguía en el camino, solo se animaba a mirar hacia delante del mismo modo en que salió del apartamento, ¿qué pensaría en ambas ocasiones? Mi mente era incapaz de encontrar la respuesta adecuada.


La semana que viene.. Capítulo IX



Safe Creative #1207302045435

45 comentarios:

  1. Hola Amparo!!!!
    Por fin sucedió lo que esperábamos,pero aún así,aunque en ese momento sintieran su amor,su pasión...parece que Javier,tiene dudas,pensaría en su mujer o su amor por Laura inundaba todo su cuerpo??
    La libertad que obtuvo al deshacerse de todo lo de su mujer,puede que la usara demasiado pronto y no estuviese todavía preparado para una nueva relación,se dejó llevar por los sentimientos en se momento,pero...era el momento adecuado??

    Escribes de maravilla y reflejas el corazón de Laura a la perfección,y recreas los remordimientos de Javier,parece todo muy real y convincente.
    Me alegro de haberte encontrado Amparo porque dejas volar mi imaginación y es tan bonito...!!
    Gracias!!

    Un fuerte abrazo con mi cariño!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida de nuevo a mis pensamientos, veo que lo de engancharte no es solo un cumplido, has vuelto de inmediato, me alegro, jijij
      Por fin sucedió estrella, Laura lo necesitaba y en el fondo Javier también, siempre hay dudas, pero tal vez las dudas de Javier no sean dudas, sino culpabilidad al ver que algunos sentimientos se desvanecen en el para ocupar otros nuevos.
      El sacar todos esos recuerdos de su vida fue un paso necesario para poder continuar en la vida, con Laura o con quien sea, no puedes avanzar si a cada paso un recuerdo te tortura y te hace sentirte impotente, Javier lo hizo en el momento adecuado, dejó el apartamento y no podía cargar esos recuerdos al pueblo con el, demasiado hacia llevándose todos los no materiales.

      Gracias por tu apreciación como escritora, la verdad que tener lectores así te llena de orgullo y te empuja a continuar desahogándote en el red, expresando como te sientes y lo que llevas por dentro, te anima a recorrer un camino que lo mas seguro es que no nos lleve a ninguna parte, pero quedara en nosotros esas pisadas, esas huellas firmes y la compañía que hemos encontrado a lo largo del camino.
      Gracias por cruzarte en mi camino, tus comentarios me llenan el espíritu y tu presencia me llena de alegría y orgullo.

      Un fuerte abrazo de tu amiga.

      Eliminar
  2. Hola Amparo. Te felicito por tan hermoso relato que leo detenidamente porque me engancha. Gracias por demostrarnos tu don de escritora y dejarnos la huella profunda de este capítulo tan hermoso.
    Muchos besos. Rosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi querida Rosa, gracias por tu felicitación, como decía a Estrella en letras anteriores, lo que nos queda de todo esto es el camino, y estoy muy orgullosa también de haberte encontrado en el mio, la ilusión se acrecentan con vuestra presencia y las ilusiones son cada vez mas fuertes.
      Me alegro que te enganche mi novela, porque eso significa que te engancha mi forma de ver la vida y de sentir, por lo tanto te gusta como soy, no hay mejor forma de conocerme que como me estas conociendo, a través de letras ordenadas que juntas gritan muy alto, te lo aseguro.

      Te espero en el próximo Rosa. Un fuerte abrazo

      Eliminar
  3. Amparo, un placer leerte...

    A la espera del próximo, te envío un beso desde mi playa...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Recojo tu beso de tu playa Algamarina, tal vez hayas leído solo este capitulo pero te aseguro que llegaste en el momento indicado, espero que disfrutes el desenlace.

      Besos

      Eliminar
  4. Hola Amparo, este capitulo fue sumamente intenso. No entendía lo de libertad, el comentario de Estrella me ayudo.
    Escribes maravillosamente, con la intriga necesaria para esperar el próximo capitulo
    Mis felicitaciones
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Infinidad de Gracias por estar de nuevo en uno de mis capítulos, para mí es sumamente importante vuestra opinión, no solo sobre mi forma de escribir, sino sobre los hechos que acontecen, ya que me considero un poco de cada personaje y en cierto modo algunos retazos son o fueron reales en mi vida.

      Gracias por tu valoración, te espero en el próximo capitulo donde habrá grandes acontecimientos.

      Un abrazo

      Eliminar
  5. Aún no es libre del todo, por lo que leí. Le queda un pendiente importante, él mismo. Quizás ella le abra el corazón.

    Saludos, Amparo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno Luna, depende a lo que llamemos libertad, si nos referimos a la libertad de recuerdos no es libre, ya que es difícil desprenderse de momentos que nos han marcado de la noche a la mañana, ahí no puede ayudarle Laura solamente el tiempo será su aliado.
      Pero si nos referimos a libertad para desprenderse de todo lo que está a su alcance, del empuje para dar un paso adelante dejando ese recuerdo un poco atrás, si que siente esa libertad necesaria para hacerlo con firmeza, en el próximo capitulo terminaras de comprenderlo. Lo siento pero no puedo adelantarte más..

      Espero que lo hayas disfrutado tanto que te animes a esperar el próximo donde te espero. Besos

      Eliminar
  6. Hola Amparo
    Con este capítulo de tu novela me remonté a unos añitos atrás cuando iba a la casa de mi abuela y urgando entre las cosas de mi tía Irene leía a escondidas las viejas novelas de Corin Tellado. Anoche fue eso... me sentí como una niña de 13 años queriendo devorar las escenas y sus letras y sus momentos y sus suspensos y sus suspiros y sus besos y sus pasiones y sus silencios y sus soledades.....si todo eso, haciéndome presente en esas vivencias tan intimas y tan plenas de Javier y Laura.
    Amparo me cautiva tu forma de escribir, adelante wapa!!!
    A la espera del capítulo siguiente, dale un final feliz, que estos dos tortolitos se merecen vivir a plenitud ese amor y ese fuego que llevan dentro y que tienen tanto tiempo e historia por vivir......

    Un abrazote fuerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ayyy Genessis, quien no ha leído alguna vez una de esas novelas tan románticas y llenas de pasión.
      Me alegra que te hayas metido en los hechos que nos acontecen, que la hayas sentido en cada linea, que la hayas disfrutado y sobre todo que hayas deseado más y más de todo lo que estabas viviendo, porque cuando el lector se mete en la piel del personaje, logra vivirlo de verdad.

      Gracias por tu sinceridad, gracias por tus palabras que me susurran bajito hasta estremecer mi ilusión y mis ganas de continuar escribiendo.

      Tendrás el próximo capitulo, donde te aconsejo que disfrutes de la felicidad que tendrás, ya sabes wapa, los buenos momentos no duran siempre y aquí puede darse el caso, si algo refleja mi novela es la vida misma, y en la vida real, duran muy pero que muy poquito, a ver si entre todos podemos saborearlos lo máximo posible.
      Me alegro de haberte conocido, de que formes parte de mi camino en este mundo y por lo tanto que formes parte de mi vida, porque ya lo eres.

      Un abrazo intenso.

      Eliminar
    2. Amparo
      Acabo de leerte y me saltan unos lagrimones pero de contenta. Sabes cuánta alegría me da encontrarte y encontrarme en tus palabras. Sin conocernos y sin saber casi nada más de nosotras, más que estos trazos de frases, hay un hilo de sentimiento puro, tierno y bello que nos acercan. Y esa son las palabras, la ternura, la poesía, las historias, las vivencias, la vida familiar, las fotos, las artes, los recuerdos, las ilusiones, las fantasías, la pasión, el amor.........
      Yo doy gracias a la vida y a mi Dios que me dio la oportunidad de conocerte a través de este medio.
      Un beso grande
      y que tengas una linda semana,
      genessis.

      Eliminar
  7. Bueno: Era lógico que sucediera. Pero que manera tan natural de suceder . como si el universo los hubiera empujado al desenlace y ellos no tuvieran fuerzas para decir que no y es claro que no lo hubieran dicho. De cualquier forma los dos se deseaban.

    Me queda una sola duda sobre esta historia y esperare para ver como se resuelve...

    Muy bien Amparo. Has visto los comentarios, nos tienes a todos enganchados

    Un aramo de besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si era lógico Daniel, lo estaban deseando los dos y efectivamente el universo los empujó al desenlace.
      Tendrás el desenlace en los próximos capítulos, espero resolver tus dudas y que poco a poco ese aura de misterio vaya desapareciendo a medida que avanza el final.
      Gracias por tu interés por mi escritura

      Un abrazo

      Eliminar
  8. gracias por tus estimables palabras y por encontrarme en este gran espacio. Siento en cada palabra el halago de tu persona lo que hace que surja una emoción digna de un sol radiante al ver un dia lleno de felicidad. Siempre que pueda pasaré por este digno blog con majestuosas palabras y memorables sentimientos.
    Gracias por tu amabilidad. un beso . un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenido Paco, vaya entrada, tus palabras me dejan entusiasmada, es un halago para mí el recibirlas. Gracias por hacerme participe de todo eso que sentiste al leer.

      Este humilde blog siempre estará abierto a tu paso por el y encantado de mostrarte su interior.

      Gracias por quedarte, besos.

      Eliminar
  9. Gosto destas histórias de família, do modo como as contas com muita emoção e sentimento e contextualizadas num espaço que respira recordações, amores, sonhos...tudo aquilo que as palavras nos trazem. Obrigada,Amiga!
    Beijo
    Graça

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. As histórias da família são os que se sentem, porque qualquer um pode se relacionar com eles, quando os sentimentos e emoções são puros e sinceros, são capazes de transmitir tudo o que nós amamos e nos faz sentir vivos.
      Obrigado por sua visita e estadia.
      Beijos, Amparo

      Eliminar
  10. Amparo linda: no es que no haya venido, es que vengo de a capítulos jajajaj, vengo leo me voy vuelvo a venir (me parezco a la Bubu=mi mamá cuando ve sus novelas) jajajaj una historia linda y este capítulo muy amoroso y muy deseoso, al fin se juntaron estos dos, me ha gustado mucho quiero saber que le pasa a Javier, está muy distante..... besitos preciosa muá ^.^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues muchas gracias Patty por parecerte a esa Bubu que te retorna una y otra vez a sumergirte en mi novela. Si, al fin se juntaron estos dos, estaban deseando, jeje, aunque ahora están un momento crucial del que depende su felicidad, Laura lo tiene claro y ahora más aún, veremos a ver que pasa por la cabecita de Javier.

      Muchos besitos bonita.

      Eliminar
  11. La verdad tengo que decir "Al fin", era necesario que sucediera. Ahora se abre un nuevo panorama. Ni imaginar, Carla esta con todos los temores juntos. Y el? Es la intriga. Bueno, hay que esperar, como Carla.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Veo que te has leído al menos 4 capítulos del tirón, eso me halaga, si has sido capaz de engullir mis palabras sin descanso es porque en realidad te gusta. Gracias por tu entusiasmo.
      Al fin Cecy, es cierto que tenían que cruzar ese umbral, ese punto decisivo que ahora los enclava en una tesitura complicada. Carla murió, jejej, es Laura la que teme por la decisión de él, jejej normal con tantas letras te has quedao pillada, jejej.
      Efectivamente tenemos que esperar y que Javier nos saque de dudas.

      Un abrazo, Amparo

      Eliminar
  12. Amparo, tus relatos son muy bellos, es un placer siempre venir a tu rincón a quedarme prendada entre tus letras.

    Mi admiración por tu bella manera de transmitir.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta la nueva foto de tu avatar María, aunque la de antes no se quedaba atrás.
      Para mí es un placer tenerte entre mis letras, que seas protagonista de tus comentarios en mi rincón y ver que verdaderamente soy capaz de transmitir entusiasmo.
      Te espero en el próximo capítulo.

      Un beso

      Eliminar
  13. Era lógico que acabasen así,además de que la situación fue hilvanándose para que claudicasen.
    Creo que ambos se atraen irremisiblemente,pero lo que en ella es enamoramiento,en él, un cúmulo de dudas planea en el aire,porque no cabe duda de que un año sin sexo para un hombre es tanto que claudica seguro,pero a la vez, parece muy aferrado aún a su mujer a la que amaba...
    Comprendo a la pobre con su inquietud.
    Besos,escritora.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Marinel, veo que tu tambien cambiaste la foto de tu avatar, personalmente me gusta más.
      Ambos están hasta las trancas el uno por el otro, aunque Laura lo tiene más claro que él,ayyy, si es que los malos momentos nos hacen mucho más vulnerables y receptivos al cariño y Laura le esta dando todo el que vive en ella, se lo regala constantemente sin reservas y como solo ella sabe, poniendo el corazón. Es lógico que el se sienta atraído por esos sentimientos.
      Estoy segura que aunque solamente sea por el cariño que le tiene a Laura desde niña, Javier la respeta, si se entregó a ella y dejo que ella se entregará sabiendo que era su primera vez, fue porque en ese momento Carla no estaba en su recuerdo y la veía como lo que es, una mujer.
      De cualquier modo, habrá que esperar y que sea el mismo quién nos lo cuente en el próximo capítulo.

      Besos, mi querida amiga

      Eliminar
  14. Fascinante relato! Muy bien escrito, no se te pasa ni un detalle. Espero el proximo capitulo!


    un abraxo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por volver Marylin, gracias por seguir sorprendiéndote y disfrutando.
      Te espero en el próximo capítulo.

      Un abrazo

      Eliminar
  15. Hermoso capítulo Amparo. Al fin pasó lo que tenia que pasar, aunque no lo veo yo muy claro.

    El final me deja pensativo "El tiempo es el tesoro más valioso que tenemos..." Yo hubiese mirado atrás con una sonrisa seguro. jeje A ver que sucede en el próximo capítulo. La escena de la peleita, la toalla... me ha encantado, muy buena, divertida. Pobrecita :)

    Enhorabuena por esos cien seguidores, muy merecidos. Y que sean muchos más, los que se unen a disfrutar del blog y de tu compañia. Me encanta ver tu ilusión y tus ganas de escribir y aquí estaré para leerte. ;)

    Un abrazo!.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también hubiese mirado atrás arrastrando cualquier posibilidad hacia delante, es lo que tiene la necesidad de vivir el momento, pero Javier es otra historia.
      A mi también me encanta esa escena, donde Laura logra hacerlo cada vez más suyo imaginando que ya forma parte de el y de su vida, ayyy el amor!!!

      Gracias a ti por formar parte de esos seguidores y mantenerte, también agradezco tus buenos deseos y espero que estés aquí para verlo.

      Un abrazo

      Eliminar
  16. Hola Amparo.
    Gracias por avisarme, no me di cuenta que la subias por capitulos.
    me alegro de estar aqui.
    La verdad es que el capi me ha dejado con ganas de mas.
    Me parece que escribes maravillosamente
    Un beso y espero pasarme para el proximo capi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Anna!! gracias por volver, llegaste en lo mejor, aunque si quieres puedes leer los atrasados.
      Tendrás más muy pronto y espero que después tus ganas de más sigan en alza.

      Un beso

      Eliminar
  17. Qué bonito escribes! Me ha encantado tu casa donde siempre estará llegando gente nueva. Yo me anoto para seguirte. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida Alma, gracias por quedarte y por tus palabras, sin duda me estimulan a continuar.

      Un abrazo

      Eliminar
  18. Que buen relato Amparo, solo he leído este capitulo, pero ha sido suficiente para engancharme en la historia,. me ha dado mucha pena Javier.. ¿Como sacar fuerzas para deshacerse de todo los recuerdos del gran amor de su vida? y sin embargo tuvo que hacerlo.. por otra parte se ha abierto una oportunidad para Laura que lo a amado desde siempre.. ojalá Javier abra su corazón a nuevos sentimientos..

    Me ha gustado mucho conocer tu espacio.. espero el próximo capítulo.
    Besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida Diazul, me alegro que con un capítulo te baste para darte cuenta de la magnitud de esta novela, la verdad que has llegado en el mejor momento y has pillado todos los cabos a la primera, y eso por supuesto es merito tuyo hasta tal punto de que te has enganchado.
      Siempre existen fuerzas cuando creemos que no podemos más, y aunque nos cueste un mundo, hay que dejar los recuerdos pesados porque nos impiden continuar.
      Abrirá su corazón, lo abrirá...

      Ya tienes el próximo capítulo, te espero cuando quieras.

      Besos

      Eliminar
  19. Amparo:

    Me extrañó que me invitaras de nuevo, pero ahora que regreso veo que mi comentario que te dejé no está, estaba debajo del de Cecy... cosas que pasan, que ya ni me acuerdo que fue lo que te comenté cuando vine.

    Va muy bien tu historia.

    Muchos Besos, escritora!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Sara lo importante es que lo hayas leido y disfrutado y que no te pierdas en el desarrollo de la novela, si tu comentario no me llego, será un capricho del destino que me permite disfrutar el resto con más intensidad.

      Gracias por lo de escritora, la verdad ese adjetivo me pone el bello de punta.

      Muchos besos amiga!!!

      Eliminar
  20. Hola Amparo.

    Lo primero de todo es agradecerte que una escritora, visitara mi humilde espacio. No he tardado en venir a ver tu obra.

    Veo que escribes por capítulos, imagino que ya editados en papel y, por supuesto, me incorporo a tu lista de seguidores desde ya.

    Saludos y feliz semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida Pilar, un placer en tenerte por aquí, gracias por venir tan rápido.
      Espero te pongas al día en capítulos, eso si no has logrado pillar el hilo aún, por si acaso en el blog encontrarás todos los anteriores, por si te aburres.

      Esta novela la tengo editada en papel sí, pero no esta publicada, ya sabes como va este mundo, o te lo financias o no te comes un colín.

      Gracias por quedarte entre mis letras. Un saludo y feliz semana también para ti.

      Eliminar
  21. Por alguna razón, blogger, no me deja entrar en tu lista de seguidores.
    Lo intentaré a otra hora. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por insistir Pilar, veo que ya estas entre mis seguidores, así que da igual la razón que no te haya dejado entrar antes.:)

      Eliminar
  22. Querida Amparo, deliciosa escritora,


    Seductor es tu blog y tu camino,
    que hoy gracias a ti he descubierto,
    una prueba mas que es el destino,
    que marca las palabras y por eso
    he caído al ver tu obra, seducido,
    en lo más profundo del silencio,
    en lo mas delicioso del delirio...!

    Recibe muchacha un dulce beso!

    Federico

    (De tu hermoso relato sólo he leido este capítulo y ha bastado Amparo para admirarte y felicitarte por tu forma de escribir. Ahora estoy algo apurado de tiempo pero prometo leer los capítulos anteriores y, por supuesto los posteriores.
    Maravilloso relato... Gracias pequeña escritora, eres realmente deliciosa...!)

    Otro beso para ti

    Federico

    ResponderEliminar
  23. Gracias Federico, la respuesta a este comentario tuyo se me quedo atrasada, ahora entiendo porque, porque la vida me daría en esta semana la oportunidad de conocerte, ahora puedo decir, que se que me admiras y también mi forma de expresar y vivir la vida, me consta que los leíste todos, por ello gracias Federico.

    Pd; sabes que tus poemas me chiflan, así que espero seguir recibiéndolos.

    Otro beso para ti, Amparo

    ResponderEliminar

Saca el escritor que llevas dentro

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...