Acabaron las misas y tuve el presentimiento de que había
terminado todo lo relacionado con los sueños, estaba orgullosa por haber
afrontado mis miedos y satisfecha por haber recorrido el camino que se me
estaba pidiendo, desde aquí agradezco a la gente de mi entorno que me ha
apoyado en ese camino, a parte de mi familia que no solo ha estado dispuesta a
acompañarme sino que también lo han recorrido conmigo, a mis amigas que han
estado para descargarme cuando sentía que no podía más, cuando el miedo me
invadía, sin ellas mis pasos hubieran sido más cortos, más asustados. A las
curanderas que me han iluminado el camino cuando todo estaba oscuro, a mis
hijas, por convertirse en mi refugio cuando dudaba de mí y mis posibilidades, y
sobre todo a ellas, a esas mujeres que aparecían en mis sueños, con ellas he
descubierto mi fuerza interior, mi límite, mis posibilidades como persona. Gracias
a ellas he crecido y engordado como persona.
Atrás habían quedado esas cavadas en la tierra, esa búsqueda
sin sentido, esa cercanía de mis abuelas, pero el motivo de todo ello, aún
estaba frente a mí, ese me acompañaba todavía intentado encontrar la respuesta
que hasta ahora no había podido.
Pasaron unos meses donde la tranquilidad me invadió sin
darme cuenta, ya no estaba tan nerviosa ni sentía recelo por este tema, pero me
seguía preguntando a menudo a mí misma, ya pocas veces sacaba el tema con mamá,
con esa gente que había estado a mi lado, sabía que no me iban a dar la
respuesta y lo que menos quería era seguir preocupando a la gente que quiero.
Me considero una mujer luchadora, constante, en mi razón no
entraba abandonar así porque sí.
Hace poco mamá fue a Lucena, más o menos a una hora de mi
pueblo, allí hay una mujer que reza, pero además de ser curandera, ve cosas de
nuestra vida que te quedas impactada, puedes preguntarle de trabajo, de salud,
de relaciones, y no solo te cuenta como te ha ido en el pasado, sino como puede
que te vaya en el futuro.
Mamá es creyente nata, me pidió que la acompañase y pensé
que era buena oportunidad para ir para mí, tenía la excusa perfecta y así se
notaría menos.
Bajamos un viernes con mis hijas, a mi marido no le hacia
mucha gracia, él de estos temas no quiere saber nada, pero la verdad que esta
vez poco me importaba su opinión, mi necesidad era más grande.
Al llegar a casa de la mujer tuvimos que esperar un rato a
que abriera, es increíble la de gente que había esperando, nos sentamos en unas
sillas de piedra que tiene en la puerta y la gente que llegaba se ponía a
hablar mientras la mujer abría.
Una mujer nos contó que no podía quedarse embarazada y que
ella le dijo que antes de tres meses se quedaría, hoy tiene un hijo con 22
años.
Entre charla y charla de gente que nos contaba su
experiencia y porque habían vuelto, se abrió la puerta y salió una mujer de
pelo corto, blanco, unos 60 años de edad, en su acento se veía que era
analfabeta.
-
¡Buenas tardes a todos! ¿Cómo estáis? Y se puso a
repartir besos a los que estaban más cerca de la puerta.
Mamá la conocía, prefirió acercarse a saludarla, yo sin
embargo preferí quedarme donde estaba, todo esto me daba recelo.
Tras los saludos la mujer se acercó a la mesa donde estaba
yo sentada con más gente y se puso a charlar tranquilamente, olvidando por
momentos el motivo de nuestra visita.
Nos dijo que no había dormido mucho, la noche anterior había
estado visitando gente hasta las 5 de la madrugada y a las 8 de la mañana ya
tenía gente de nuevo en la puerta.
Quedé impresionada, a medida que iba escuchando iba quedando
más atónita….
- Yo no puedo abrir la puerta cuando quiero – explicaba – a mí
me dicen cuando tengo que hacerlo. Por eso todavía no puedo visitar, me tienen
que avisar para que lo haga.
No daba crédito, pero seguía escuchando sin articular
palabra, igual que el resto de la gente.
- Todas las mañanas me abren las puertas de par en para y el
olor a incienso me levanta, no puedo oponerme, aunque duermo poco no me siento
cansada. Hace dos años el día del Señor, yo estaba en cama porque estaba
enferma, la gente subía a mi habitación a verme y a que las viera, de pronto
hubo un momento en el que todos los que estábamos allí, miramos al techo y lo
que veíamos era el mismísimo firmamento, había desaparecido el techo de casa,
solo veíamos el cielo y las estrellas que estaban más amontonadas de lo normal
y más brillantes.
Mi madre estaba disfrutando con los hechos que nos estaba
contando la mujer, a mí se me erizaban los pelos, no estaba acostumbrada a
escuchar testimonios de esta magnitud. Aún así seguía escuchando.
- Dios no es como ustedes os creéis, es más alto, más
fuerte, sus espaldas son anchas y sus brazos robustos, su cara es blanca como
la naca, es un gran amigo.
Hace unos días vino una familia de un pueblo de Granada, la
mujer estaba invalida, la calle estaba a rebosar de gente de distintos lugares
y yo salí a la puerta porque me lo dijeron, el cielo tomó color malva y un
viento fresco se levantó mientras nos acariciaba a todos los presentes, era él,
venía a estar con todos los que esa noche habían llegado hasta mi casa, no me
buscaban a mí, lo buscaban a él, igual que hoy lo buscáis ustedes, y el quiso
agradecerles la visita. Cogí un folio en blanco de casa y sin saber leer ni
escribir, con el folio entre mis manos, iba leyendo lo que él me decía que les
dijera a todos. Cuando se marcharon, la mujer invalida se levanto sin darse
cuenta de lo que hacia y se subió en su coche.
No pude disimular más mi asombro y creo que la mujer lo notó,
entonces se dirigió a mí y me dijo.
-
Muchacha yo solo te digo que el que cree en Dios dejará
de creer, y el que no cree en Dios creerá para siempre.
Me lo tomé como algo personal, intuí que ella sabía que mi
fe no era 100 % como la de mi madre, no pude evitar ponerme colorada. Ente eso
y que mi hija no paraba de moverse y jugar inquieta de un lado a otro estaba al
borde del infarto.
Por un momento entró a su casa, saco una rosa roja de plástico
pinchada en una piedra, la puso encima de la mesa y continuó hablando. Seguí
escuchando mientras pensaba, si en algún momento de verdad había olvidado
porque estábamos allí.
- Yo sé la situación de la gente sin conocerla, él me lo
dice, un día venía por la calle y vi a un señora joven vestida de negro, tenía
un niño en los brazos, sin explicar nada me acerqué a ella y le compré un
bocadillo a ella y a su hijo en la tienda de al lado, la mujer me sonrió y
preguntó si la conocía, yo solo le dije que a partir de ahora seriamos amigas,
y cada mes va a mi casa y la ayudo en lo que puedo, hay veces que doy tanto a
los demás que no tengo para pagar la luz ni el agua, han intentado cortármela
dos veces, el hombre que viene a cortármela me dice que no puede hacerlo por
tratarse de mí.
Yo no necesito nada, cobro 600 euros de paga, con un tomate
al día y un yogurt por la noche lo demás me sobra, si no tengo luz enciendo una
vela, y si no tengo agua sé que mi vecina me dejaría ducharme en su casa. Que
pena que con lo poco que tengo no pueda hacer grandes cosas, pero me siento
bien de aportar mi granito de arena.
Sentí admiración por aquella mujer, que pena que muy
poquitos piensen como ella, cuanta gente se muere de hambre al día y pasan
necesidades básicas mientras otros despilfarran el dinero en lujos o cosas sin
las que pueden vivir.
Pensé que para vivir lo único que necesitamos es estar
vivos, lo demás sobra.
De vez en cuando miraba la rosa que había puesto encima de
la mesa, por momentos estaba abierta y cuando la mirabas de nuevo estaba tan
cerrada como un capullo.
Mi pulso se aceleraba por momentos, estaba empezando a
asustarme, un olor incienso me invadía y tras unos segundos no olía a nada.
Mientras, ella no paraba de hablar.
- El verano pasado me regalaron una oveja, como no tengo
sitio para tenerla se la di a unos amigos que tienen tierras, un día fui a
verla y pensé, pobrecita con el calor que hace y el montón de lana que tiene
que llevar de un lado a otro ¡Dios mío no te da pena!
A los dos días vino mi amigo a hablar conmigo, me trajo la
oveja y estaba totalmente pelada, solo tenía el pellejo, fue él, obra a través
de mí, lo que le pido me lo cumple.
Cogió la piedra y limpió como una sal blanca que estaba
despegada, tras unos minutos volví a mirarla y la piedra había criado otra vez
sal.
- La piedra es del santo custodio – explicó (Un santo muy
conocido que murió hace mucho tiempo) algún día os contare la historia de esta
piedra y esta flor.
Sin lugar a dudas, la historia de esa piedra era muy
importante.
Pasó casi una hora desde que la mujer salió y comenzó a
relatar hechos que le habían sucedido, mientras la gente escuchaba atentamente
y dejaban garrafas de agua destapadas en la puerta de su casa para que el agua
fuese bendecida.
Manteniendo esa cara de entusiasmo y asombro a la vez, vi
como se acercó a la puerta de su casa y las abrió de par en par, se puso en el
escalón y dijo que pasara el primero en llegar.
Las primeras en llegar fuimos nosotras, palidecí al
descubrirlo, todo el mundo estaba expectante de que pasáramos, mamá me animó a
que fuese yo la primera porque mi hija estaba demasiado nerviosa ya de esperar.
Miré a mamá reprochándole que me abandonara en ese momento,
cuando miré a la puerta la mujer me llamaba con las manos, tenía ganas de que
entrase.
Al fin y al cabo a eso se debía mi visita.
Cogí a mis hijas y con mil hormigas en las piernas entré
hasta el salón de su casa donde me invitó a pasar.
Mientras yo miraba la imagen de la Virgen María que tenía en un
mueble ella cerró la puerta.
- Dime ¿a qué has venido? –me preguntó
- Vine porque mi hija tiene un problema en el ojo y me han
dicho que tal vez tengan que operarla.
- ¡Déjame que le rece!
Le quitó las gafas y comenzó a rezarle mirando un cuadro de
Jesús que tenía colgado en la pared y al que ella no quitaba la vista, la
verdad que el cuadro impresionaba, parecía que era real. Cuando terminó de
rezarle me preguntó;
- ¿Quién ha dicho que a esta niña hay que operarla? Solo le
faltan vitaminas y minerales en el ojo por eso esta perdiendo visión, está
desarrollando y coge más vitaminas del ojo de las que debería.
Se dirigió a un mueble y sacó un folio y un bolígrafo;
- Escribe lo que te voy a decir que yo no se escribir.
Apunté el nombre de unas vitaminas de herboristería que me sugirió
que le diera y el de unas pastillas para fortalecer la visión del ojo. Miraba
al cuadro mientras me dictaba nombre, composición e indicaciones de carrerilla,
como si lo estuviese leyendo.
Le abrí la puerta y se salió mientras me quedaba sola con mi
hija la pequeña y con la mujer.
- Y a esta ¿Qué le pasa? – me preguntó
No me dejo contestarle cuando ya le estaba rezando, cuando
acabó me dijo que la niña estaba muy bien de todo, que a pesar que de pequeña
ha tenido problemas de salud importantes ya estaban superados, su veredicto, que
estaba baja de defensas, me preguntó si comía
bien, le dije que no, que es malísima para comer, así que me pidió que volviese
a apuntar en el folio dos tipos de jalea real con multi vitaminas para ir alternándolos.
Abrí la puerta y le dije que fuera en busca de la abuela
mientras yo acababa.
Nos quedamos a solas y me preguntó:
- ¿Porqué has venido? – el tono de su pregunta restaba
importancia al motivo por el cual había ido.
Sabía que solo podía preguntarle una cosa por persona, no
estaba segura de contarle lo de los sueños, así que me decanté por otro
problema de salud que me trae de cabeza, tengo problemas de colon y quieren
practicarme una endoscopia, algo que me da pánico. Aunque mi interior le
gritaba que estaba allí por los sueños.
La mujer comenzó a rezarme y nuevamente me dijo que apuntara
unas hierbas en el folio, me explicó que mi problema era nervioso y que me
atacaba a la flora intestinal, de ahí mis problemas de colon, pero que no tenía
nada malo. Algo que me alivió bastante, era una de mis máximas preocupaciones.
Entendí que mi visita había terminado y comencé a
despedirme, pero no me dejó, me dijo que le preguntase lo que había ido a preguntarle,
cosa que me sorprendió bastante y me hizo pensar que eso de que le decían las
cosas era cierto.
Supe que había llegado el momento, respiré hondo y le dije
que estaba preocupada por unos sueños que estaba teniendo, que veía a una mujer
que me decía que cavara en las tierras de mi padre y que aunque no sabía muy
bien de que se trataba, que lo había hecho pero que no había encontrado nada,
le conté que semanas después comencé a soñar con mis abuelas y que curiosamente
en todos los sueños salían juntas, una enfadada y la otra con actitud
protectora….
La mujer me miró fijamente a los ojos y me dijo que sabía
que todo lo que decía era cierto, pero que ninguna de las hipótesis que había
barajado este tiempo eran ciertas, según ella a veces las almas no están todo
lo tranquilas que parecen, necesitan luz para elevarse y poder descansar
eternamente, me contó que la mujer que aparecía en mis sueños no era nadie de
mi familia, ni de antepasados de ella, era alguien que no conocía y que se había
acercado a mí para obtener luz porque no podía elevarse, que su alma estaba
vagando por la otra vida y que necesitaba de gente como yo para poder
descansar.
Me dijo que esta acostumbrada a estos casos y que aunque a
veces las personas nos parezcan buenas, son demonios vestidos de Ángeles como
era mi caso, según ella me dijo que en las tierras de papá no había nada, que
no buscara más y que tuviera cuidado con lo que hacia porque aunque a mí me pidió
que cavase, a veces las peticiones son para poner en peligro tu vida y quedarse
con esa luz, me dijo que sabía de gente que se había suicidado por estas almas
que vagan.
Quedé muda, jamás me esperaba un desenlace de este tipo, por
un momento palidecí y comencé a pensar en todo lo que había hecho, en todo el
miedo que había pasado, en todas esas oposiciones que había tenido para llevar
mi cometido y que no beneficiaba ni a
mí, ni a mi familia.
Cuando reaccioné solo me quedaba una duda, ¿Volverá?, me
dijo que ella iba a rezar para que me dejase tranquila pero que si me volvía a pedir
algo que no le hiciese caso.
Eso era muy fácil decirlo, pero la leyenda cuenta que las
almas suelen venir cuando tienen promesas no cumplidas, entonces piden a
alguien que las cumpla por ellos, si no lo haces, se los piden a los más débiles
de familia, a los niños.
Yo tengo dos hijas y lo último que quería es que ellas tuviesen
algo que ver con esto, aún con lo que me acababa de decir, dudaba de que ignorara
las posibles peticiones del más allá si con ello había una mínima posibilidad
de que mis hijas estuviesen implicadas.
Salí desorientada, mi ego estaba machacado, me dolió tanto
la respuesta, que aunque cualquier otra cosa me aterraba la prefería antes de
la que obtuve, me sentía humillada, había combatido contra mí misma, contra los
demás, gracias a alguien que quería hacerme daño.
Se cumple la regla de que a veces la principal ayuda la
recibes de tus enemigos porque gracias a todo esto me había hecho más fuerte, había
asentado teorías y había definido donde esta mi límite, ahora sabía de lo que era
capaz y tenía claro que el miedo no podía conmigo, por más frío que a veces
pueda sentir, siempre esta esa pregunta que me empuja a todo ¿Y porque no? una
pregunta que me ha ayudado siempre y que la llevo como eslogan en mi vida…….
Mis hipótesis se desmoronaban junto con todos esas preguntas
que hasta hoy me acompañaban, en cierto modo me sentía liberada de la presión
del misterio, de la oscuridad del miedo, del frío de lo desconocido, y de la
sombra de un fantasma disfrazado que quería arrebatarme mi luz..
De regreso a casa mientras conducía, mamá me preguntó que me
había dicho la mujer, dudé en contárselo porque sabía que le iba a doler, pero
no podía dejarla con la intriga, no se hubiera dado por vencida y además no era
justo, me había acompañado durante todo este tiempo, había sido un apoyo
imprescindible para mí, quise cerrar este capítulo de mi vida con ella, igual
que lo había empezado, juntas.
Cuando se lo conté dos lágrimas brotaron de sus ojos
acompañando a mis ojos enjugados que no me dejaban ver con claridad la
carretera, pero sabía que había quedado zanjado también para ella, ambas
podíamos descansar.
No recorría ni un solo kilómetro en el que no pensara en lo
ocurrido, me parecía increíble que todo esto me hubiera pasado a mí, pero lo más
increíble de todo, es que a pesar de no ser bueno, había sacado lo mejor de mí,
mi parte luchadora, tras dos años sumergida en sueños sin explicación, ahora
sentía que por fin había despertado.
Muy interesante tu relato. Definitivamente hay gente que tiene el don de la vision. Espero a ver que pasa...
ResponderEliminarun abraXo
Si Marilyn, yo cada vez estoy mas convencida de que tras de la muerte hay vida, todas estas vivencias me lo confirman, junto con mi esperanza de que esa luz infinita exista.
EliminarUn Abrazo especial
Hola Amparo, yo como tu marido no es que crea mucho tampoco en los videntes, pero los respeto. Si tu tenías necesidad de acudir hiciste bien. El relato que nos has puesto se ve interesante pero ya nos dejas con la intriga ! jaja pillina!. Por cierto mi correo es: garlopin1@hotmail.com, mándame un correo así veré cual es el tuyo, pues ayer te mande fotos del faro de Trafalgar pero no se si te habrá llegado. Me alegra saber que de vez en cuando pasarás por mi blog para estar cerca del mar. Eres genial. Venga AMIGA mucho ánimo y sigue con tus fotomontajes y deleitándonos con tus escritos. Saludos Jesús Conil
ResponderEliminarHola Jesús, cuando la desesperación te invade y sientes que en esos videntes encuentras la luz que necesitas, empiezas a creer por necesidad... Tendrás que esperar un poco hasta ver el desenlace, jejej.
EliminarYa te mandé mi correo, así que espero ansiosa a ver ese faro....GRACIAS POR HACERLO POSIBLE.
Saludos desde Jaén
Me gusta el buen camino que toma el relato. Es fascinante ¿continua...?
ResponderEliminarUn beso
Si continua, este es el relato final de los sueños reveladores que ido teniendo estos meses, y de esa cercanía de mis antepasados, no acaba como yo pensaba pero lo importante es que termina.
EliminarAntes del fin de semana lo sabrás.ç
Un beso
Hola Amparo. Que bueno que me visitaste porque así vine a devolverte la visita y pude disfrutar tu relato que ya me ha dejado enganchado como una novela de suspenso.
ResponderEliminarMe gusta de tu escritura que posee la frescura de una muchacha de pueblo. Solo cuando nombras a tus hijas uno te imagina mayor después vuelves a mencionar a tu madre y nuevamente te haces chiquita.
Quiero creer en esa respuesta que le has dado a mi amiga Marilyn. Necesito creerlo.
Abrazos y gracias por tu visita
Estoy segura de que así es Daniel,en algún lugar del universo, mas allá del estrés, la ansiedad y el reloj ....tal vez volvamos a coincidir en un cielo inmenso donde reina la paz y el amor.
EliminarUn abrazo concentrado
Siempre adelante, un sueño es vivir la vida haciendo aquello que nos gusta.
ResponderEliminarEfectivamente Lola, gracias a este blog puedo soñar despierta!!
EliminarUn saludo
Interesante. Me gusta el estilo. Esperaré la continuación.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Julio por estar entre mis seguidores ansiando el desenlace, lo tendrás el fin de semana, espero sea de tu agrado.
EliminarUn saludo
Hola Amparo, nos gustaría a Angeles y a mi que el primer comentario de mi nuevo blog fuera el tuyo. Tu faro nunca faltará. Te voy a buscar unas fotos buenas del Faro de Ceuta de la tierra de mi mujer. Saludos Jesús Conil
ResponderEliminarPor supuesto que comentare en tu blog de las primeras, para mi es un privilegio. En cuanto a las fotos del faro gracias, he de decirte que también las del faro de trafalgar me encantaron, son sensacionales, gracias por tan bello regalo.
EliminarSaludos, Amparo
Hola Amparo volví a entrar para decirte que después del atípico y profundo comentario que has dejado en mi blog no he tenido mejor respuesta que comentarlo. así que si tienes tiempo te invito a que vuelvas y leas mi respuesta.
ResponderEliminarBesos
En cuanto a tu comentario en tu blog, he de darte las gracias por dedicarme tan bellas palabras, más aún cuando se que vas justo de tiempo y no puedes dedicarle a tus seguidores mas tiempo, no te quepa duda que vuelvo siempre a ver tus comentarios y a releer tus relatos, me encantan.
EliminarGracias por cruzarte en mi camino, Amparo