Había una vez una ciudad donde los juguetes de toda la vida, aquellos con los que jugaban vuestros papas y mamas, vuestros abuelos y abuelas eran olvidados. Algunos niños y niñas ya no se acordaban de los payasos, las pelotas, las muñecas, las cajas de música, los trompos, los trenes, los cuentos…., todos eran olvidados. Solo se acordaban de los juguetes electrónicos, las vídeo consolas, las nintendo, los ordenadores, etc.
Aquella ciudad estaba encantada, durante el día los juguetes dormían plácida mente, pero durante la noche, todos despertaban y jugaban solos a sus anchas mientras cada uno hacia lo que sabia.
El joyero musical jugaba a abrirse mientras cantaba en voz alta, cuando la canción se acababa el joyero se cerraba para después volver a abrirse y cantar otra canción. El oso de peluche que no sabía hablar, jugaba a abrazarse con los demás muñecos para ofrecerles su ternura, su suavidad y su calor.
La muñeca de color negro jugaba al escondite con las de color blanco, pero siempre la encontraban la primera porque su color destacaba de las demás.
La pelota jugaba a saltar y saltar por toda la habitación mientras saludaba a los demás juguetes.
El trompo bailaba dando vueltas y más vueltas mientras animaba al resto a que bailasen con el y los cuentos se abrían, no paraban de hablar y contar lo que dentro de ellos había escrito….. Así uno a uno todos los juguetes hacían lo que sabían hacer mientras jugaban y se divertían.
Todos menos el viejo tren que no se movía de su sitio, el payaso que solo sabia hacer reír, se acercó a el tren para que no estuviese triste y le preguntó:
- ¿Por qué no juegas como nosotros, pronto sera de día y tendrás que dormirte otra vez?
El tren le contesto, no juego porque se me han roto mis vagones, lo que a mi me hace feliz es llevar pasajeros de un lado a otro, en otro tiempo, cuando mis vagones estaban nuevos se llenaban de pasajeros que no se conocían y cuando salían del tren eran amigos, durante el viaje, hablaban, reían, compartían unos con otros lo que sabían y pensaban y disfrutaban del paisaje juntos.
Ahora que no puede subir nadie, lo mejor es que me quede parado.
El muñeco de peluche se había enternecido por la tristeza del tren y el payaso sonreía una vez más porque había encontrado una solución para que el tren jugase con ellos.
El payaso hizo sonar su grande trompeta para que todos prestasen atención.
Todos escucharon al payaso y como estaban de acuerdo con su idea ayudaron para hacerla realidad.
Formaron grupos entre ellos donde cada juguete era distinto al otro, luego todos los grupos se pusieron en fila detrás del viejo tren, así uno a uno fueron formando los vagones del tren y juntos emprendieron un viaje hacia la amistad, porque mientras la pelota ensañaba a los demás a saltar de alegría, la caja de música enseñaba al resto a ponerse contentos y cantar con sus melodías, los peluches enseñaban al resto abrazarse y todos bailaban juntos para no dejar solo al trompo, mientras escuchaban atentos todo lo que vivía dentro de aquellos cuentos….. el tren silbaba de alegría pues en el viajaban muchos pasajeros que antes jugaban solos y que ahora jugaban en grupo, habían descubierto que mientras aprendían lo que los demás sabían hacer ,ellos podían enseñar al resto sus cualidades………. Sabían que aunque los juguetes electrónicos eran mas modernos, ellos se divertían mucho más.
Colorin colorado………..el tren todavía no ha parado.
En vuestro viaje por la vida encontrareis mucha gente en vuestro mismo vagón, con los que competiréis, de los que aprenderéis y a los que también enseñareis cosas que no sabían. Encontrareis gente a la que no echareis de menos cuando bajen porque solo habrán sido compañeros de viaje, pero también encontrareis gente a la que nunca olvidareis porque serán grandes amigos y amigas vuestras, con las que habréis compartido risas, ilusiones, deseos…..y un sin fin de sensaciones buenas y agradables que viajaran siempre con vosotros en la maleta de vuestro corazón, una maleta llena de recuerdos en la que siempre estarán las sonrisas del payaso, el abrazo calentito del oso de peluche, momentos que os harán bailar de alegría como lo hacia aquel trompo, la melodía de esos buenos momentos sonara tan fuerte que vuestro corazón sera capaz de escucharla, como aquella caja de música. Recuerdos que siempre podréis sacar al exterior y enseñar a los demás como si fuese una gran historia de aquellos cuentos.
Y que siempre resaltaran del resto como lo hacia aquella muñeca negra.
Subiros siempre al tren cuando pase por vuestra puerta porque tal vez no le de tiempo a pasar de nuevo, disfrutar siempre de vuestro viaje, aprovechar al máximo cada momento, valorar la belleza de cada paisaje que encontréis a vuestro paso, pero sobre todo procurar hacerlo en compañía, en un vagón donde viaje mucha gente, aprender todo lo que podáis y enseñarles vosotros todo lo que sabéis y habéis aprendido, compartir todo lo bueno que tenéis, pero sobre todo hacerles un sitio en la maleta de vuestro corazón a todos aquellos que por algún motivo se vuelvan importantes para vosotros. ALGÚN DÍA PODÉIS NECESITAR ARROPAROS CON ESE EQUIPAJE.
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